Malos entendidos y una cruda verdad

UNA CRUDA VERDAD

*Un diagnóstico letal ensombreció a la familia de Claudio

*Amiga contiene a niño en medio del desconsuelo

En la ciudad de Montevideo, en el barrio de Capurro, vivió hasta los 12 años Claudio Alberto Dionisio Fermín Nepomuceno Umberto,  conocido por sus vecinos como Claudio, quienes lo describen como  un niño bueno y tranquilo. Claudio en ese entonces tenía a su vecino Norberto como amigo de travesuras, pero no fue este quien estuvo a su lado cuando debió enfrentar y sobrellevar una confesión lapidaria de su padre Sergio sobre el real estado de salud de su madre Aurora, que pronto iba a fallecer.

¿Cómo enfrenta un niño la noticia de una enfermedad terminal de un ser querido?

La psicóloga y escritora Pilar Sordo en su canal oficial de YouTube señala: “A los niños se les dice la verdad, pero no una verdad extensa, sino simplemente una verdad, la enfermedad que tiene se llama cáncer haremos todo lo posible, pero existe también la posibilidad de que muera. Y si el niño pregunta se le responde de manera precisa y corta, pero con la verdad.”

Y fue tal como lo hizo Sergio, padre de Claudio, quien en un momento privado con su hijo, le contó sobre el real estado de salud de Aurora y le indicó que le quedaba poco tiempo de vida, que estaba grave y que ella no sabía su real estado.

“Fue muy difícil contarle esta triste noticia a mi pequeño, pero el desenlace estaba cerca y no era justo que él no supiera, aunque fue doloroso le permitió aprovechar todos los momentos y caricias de su madre, sé que esta noticia quebró su niñez y quizás marque toda su vida, pero él no me hubiese perdonado nunca no haberle dicho la verdad”, confesó el padre de Claudio.

Una intrusa por la ventana

En medio esta abrumadora pesadumbre, en el que un abismo de preguntas y desconcierto retumbaban en la cabeza de Claudio, se apropió del niño un sentimiento de orfandad que desbordó en lágrimas de tristeza por la inminente partida de su amada madre. Pero esta soledad fue interrumpida de manera abrupta por una intrusa, que con destreza escaló las ramas de una higuera.

La niña, de nombre Rita, era prima de su mejor amigo y vecino Norberto, ella ya sabía de Claudio y quería conocerlo, al verlo llorar le preguntó el por qué y el niño le contó que su madre moriría pronto.

Al consultarle a Claudio, por qué conto a Rita, una niña que recién conocía lo que le pasaba, este un poco contrariado comentó: “yo estaba muy mal, y ella era la prima de mi mejor amigo, fue muy tierna, muy linda y como mi papá me pidió que no le dijera a nadie del pueblo le conté a Rita, porque ella me dijo que al otro día se volvía a su país, Argentina”

“Después me sentí un poco mal por haber sido indiscreto con algo tan personal y privado que me dijo papá, pero recuerdo aún los besos de consuelo y siento que Rita llegó como una intrusa por esa ventana, me calmó y siempre la voy a recordar,  porque llegó en el momento que más lo necesitaba” señaló Claudio con emoción.

Para la psicóloga y psicoanalista experta en duelo, Paula Zalaquett, “la red de apoyo, sean familiares o amigos, es fundamental en la aceptación de la pérdida. “El que puedan actuar como soporte afectivo y facilitar que la persona pueda expresar sus sentimientos positivos o negativos, sin demasiados consejos, sino más bien escuchando o preguntando por ellos es muy necesario”. Indicó la experta.

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