Mamá no puedo hacerlo

Ensayo

Mamá no puedo hacerlo

06 octubre 2012

Alonso se divierte mucho construyendo con bloques. Cada vez que termina una torre nos llama y nos dice que es una sorpresa para Amaro, para mi, para Giovanni o para la familia. Nos muestra muy orgulloso su trabajo y pone unas caritas tan ricas. Cuando me di cuenta que en verdad era algo que lo motivaba comencé a tomarle fotos a sus torres, es como una especie de historial gráfico que da cuenta de la complejidad que ha ido adquiriendo.[pic 1]

En una oportunidad llevaba mucho tiempo tratando de construir, yo escuchaba como se le caían las piezas y como suspiraba, pero volvía a intentarlo. Estuvo así mucho tiempo hasta que comenzó a enojarse. En ese momento me llamó y me dijo “mamá ¿qué pasa?, ¿por qué se caen?”. Le respondí,” tranquilo mi amor, debes ser más cuidadoso… poco a poco”. Entonces continuó, pero nada, las piezas se caían una y otra vez. Me volvió a llamar y muy enojado me dijo “mamá yo no sé, no puedo hacerlo” y con sus pies empujo las piezas.

Muy temprano Giovanni,  antes de irse al trabajo, estaba buscando un documento. El cajón de su velador estaba atorado por la gran cantidad de cosas que ahí habían (aprovecho la instancia jajaja); en su búsqueda contra el tiempo decidió sacar el cajón que tiene unos rieles bastante raros según mi parecer.[pic 2]

 En ese momento, no me pregunten cómo ni de dónde vino una iluminación, le dije a Alonso “hijo, ¿ves ese cajón?, para mí es muy difícil ponerlo, lo he intentado antes y no he podido. Mira, con práctica se pueden hacer muchas cosas. Tú practica con los bloques y yo practicaré con este cajón, los dos lo lograremos y verás lo feliz que te vas a sentir.

Dios míoooo, ese cajón!!! Comencé a idolatrar a los mueblistas, ¡cómo es posible!, Lo intenté una, dos, millones de veces!!! Y sentía como Alonso también lo intentaba una y otra vez, la presión comenzó a apoderarse de mí. Prometo que hasta recé… ese cajón!!! No se cuanto tiempo estuve ahí, lo que si se es que Alonso cada cierto tiempo asomaba su cabecita y me veía trabajar.

[pic 3]

De pronto lo logré, “¡Hijo lo hice!”, mi felicidad fue autentica para nada pedagógica como en otras ocasiones. No tengo claridad aún qué fue exactamente lo que provoqué en él… Pero luego de unos minutos escuché “Mamá ven. Una sorpresa para ti”

Karina

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