Naranja mecánica

La naranja mecánica nos presenta a Alex el protagonista, un joven que adora la música de Beethoven, ama la violencia y no conoce la moral. Alex y sus amigos disfrutan de la ultraviolencia, no conocen los límites, disfrutan de ella y es su única forma de entretenimiento: violaciones, robos, palizas… Todo vale para ellos.

Alex es un joven que se mueve por instinto, que es incapaz de pensar en la repercusión de sus actos, de distinguir el bien y el mal. Parece que no hay razón ni motivación que explique esa violencia en el protagonista; es muy influyente y es el líder de sus amigos. El mundo en el que vive y la relación con sus padres, probablemente, tenga algo que ver con su conducta.

Alex no trata bien a nadie, ni siquiera a sus amigos, quienes, en uno de sus crímenes, le traicionan. Alex se convierte en un joven asesino y, como consecuencia, es enviado a la cárcel. Allí, perderá su nombre y adquiere su nueva identidad como preso. En la cárcel, siente cierta atracción por La Biblia, pero su interpretación de la misma difiere mucho de la convencional; se siente identificado con las escenas más violentas. Acepta que se le acorte la condena a cambio de ser sometido a un tratamiento psicológico experimental: el método Ludovico, diseñado para que no se vuelva a reincidir en actos de violencia. A Alex no le interesa cambiar, sino hacer lo que sea necesario para quedar libre cuanto antes.

La película nos plantea la verdadera naturaleza de la maldad ¿es Alex malo por naturaleza? ¿Es malo a causa de las circunstancias? ¿Tiene algo que ver la sociedad? Son algunas de las preguntas que surgen a medida que vamos conociendo a Alex.

El tratamiento Ludovico tiene como finalidad cambiar a los jóvenes violentos como él, convertir su conducta antisocial en apropiada y socialmente aceptada. Este tratamiento se iguala con el condicionamiento clásico, al más puro estilo de Pávlov y su estímulo-respuesta. Alex se somete al tratamiento y lo supera con éxito, demostrando ser un hombre bueno.

Logra salir de prisión, del lugar que le había arrebatado su libertad, sin embargo, es todavía menos libre. Al salir Alex no elige el bien, el tratamiento le ha condicionado tanto que es incapaz de defenderse, de hacer lo que le gustaría realmente. Es incapaz de tocar a una mujer, de responder a un insulto o de evitar una situación humillante, pero no por su propia decisión, sino por el efecto del tratamiento. Es así como no solo pierde la libertad al salir de la cárcel, sino que Alex deberá enfrentarse a su pasado, sufrirá y vivirá atormentado. Sus antiguos amigos, por el contrario, siguen ejerciendo la violencia, pero ahora, justificada y permitida: se han convertido en policías. Por lo que ahora se convierte en víctima de sus amigos que tienen todo el poder para ejercer violencia justificada y así poder vengarse de Alex, por otro lado, también es víctima de las personas que anteriormente agredió, surgiendo así otra pregunta ¿existe la violencia justificada? ¿es la venganza un acto moralmente aceptable?

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