PSICOLOGÍA SOCIAL Y COMUNITARIA. TRABAJO PRÁCTICO N°1. PARADIGMAS DOMINANTE Y EMERGENTE
Enviado por Esteban Bosch • 21 de Mayo de 2019 • Ensayo • 1.264 Palabras (6 Páginas) • 184 Visitas
PSICOLOGÍA SOCIAL Y COMUNITARIA.
TRABAJO PRÁCTICO N°1. PARADIGMAS DOMINANTE Y EMERGENTE.
PROBLEMÁTICA: PRECARIZACIÓN LABORAL. CONTEXTO.
PRECARIZACIÓN LABORAL EN AMÉRICA LATINA Y ARGENTINA.
Integrantes:
Lucía Escobedo E-5108/1
Florencia Muñoz M-5121/7I
Iván Pucheta P-1952/6
Kevin Delaloye D-5029/6
Esteban Bosch B-2756/1
La “precariedad” se define en este contexto más bien como una “condición”, un fenómeno emergente e irruptivo, una forma de estar en el mundo vinculado a la pérdida y debilitamiento de los vínculos sociales de integración y protección social. En esa dirección el concepto de “precarización laboral” tiende asociarse al deterioro de las condiciones laborales, a una condición de inestabilidad laboral e inseguridad laboral; un lugar en el espacio social donde el trabajador se encuentra desprotegido ante la expansión de las relaciones no formales, donde las leyes no lo protegen, la consolidación de un área de desprotección, la inexistencia del derecho de afiliación o participación sindical, etc. Pero a la vez la profundidad que implica éste concepto, el de “precarización laboral”, debe ser entendida en un contexto histórico y en su compleja multidimensionalidad, espacial y temporal : La precarización laboral solo es entendible en su complejidad como síntoma de los cambios y mutaciones en la dinámica e interior del patrón de acumulación capitalista como paradigma dominante, y como parte de una respuesta del capital a su propia crisis y en beneficio de sus empresas, en torno al mismo paradigma dominante.
Así es como la emergencia de las formas de la precariedad laboral en contextos donde la seguridad social había primado, seguridad que había constituido “un remedio colectivo contra la adversidad posibilitada por la aversión al riesgo, los ciudadanos modernos “aceptaron” reducir sus ingresos en pos de la posibilidad de tener que afrontar a futuro un gasto mayor” generó las bases de un nuevo contrato social del precariado , donde se instala el efecto de un desfase entre una expectativa social construida de movilidad, ascenso, protección, y las capacidades efectivas de una sociedad dada para ponerla en funcionamiento: un nuevo imaginario de “lo moderno” como producto de la hegemonía neoliberal en emergencia.
Con el proceso de globalización de los mercados (del capital y de las finanzas, de tecnología, de consumo, etc.) y la puesta en escena de parte de las potencias imperialistas a través de sus organismo económicos de la tríada liberalización, privatización y desregulación, con la consecuente la retirada del Estado de Bienestar y la acción de un estado social en un capitalismo flexible, se consolida en la Europa de la década de los 80’ un debate sobre la precarización de las condiciones de trabajo, que tenía en sus principales tendencias la fragmentación, individualización y desafiliación del trabajo.
Con ello se sumó la competencia entre países con salarios inferiores, lo que incrementó el número de los empleos de producción con menor cualificación y de carácter precario18. Así se acelera, y por partida doble, la destrucción de empleos manufactureros en los sectores más tradicionales de la producción en los países centrales, con un proceso de deslocalización de la producción y una promoción de la inmigración , donde los nuevos circuitos de intercambio hacen que las importaciones procedentes de “países en desarrollo” hacia los “desarrollados” generen una disminución de los empleos y, por otra parte, las empresas deban mejorar la productividad para mantener su competitividad, instalándose una relación de correspondencia y dependencia estructural de la economía a nivel internacional bajo este tipo de principios.
El nuevo régimen del capitalismo ha vuelto de la inseguridad y la inestabilidad en el trabajo unas de las principales determinantes de la estructuración y construcción de sujetos en la actualidad.
La precarización constituye así, un proceso de cambio y metamorfosis en las relaciones sociales, con un proceso dialéctico de emergencia/descomposición de nuevas subjetividades e identidades, de clase, en el mundo del trabajo. La “transición, desde una precariedad marginal, hacia una precariedad discriminatoria” se convierte en un proceso donde la precarización de ciertas ocupaciones específicas en la estructura ocupacional avanzaba hacia un cambio sustancial de los mercados del trabajo: el debate mutaba de la precariedad hacia la precarización (social) como una tendencia y una dinámica del mundo del trabajo. En el caso de América Latina, la restructuración de las economías latinoamericanas se dio en distintas direcciones que, por cierto, redefinen la heterogeneidad de formas que asumen las economías nacionales en la actualidad y la de su constante dialéctica en el desarrollo histórico, como un proceso permanente de diferenciación de la periferia.
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