Proyecto de Intervención Social
Enviado por Jeniffer Valdez Rincones • 12 de Noviembre de 2018 • Trabajo • 2.699 Palabras (11 Páginas) • 189 Visitas
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MAESTRÍA EN PSICOLOGÍA CLÍNICA Y EDUCATIVA
MENTE, CULTURA Y SOCIEDAD
DRA. LUCÍA RUIZ RAMOS
REINSERCIÓN SOCIAL DE ADOLESCENTES INFRACTORES RECLUIDOS EN CENTROS DE READAPTACIÓN
- VALDEZ RINCONES JENIFFER BRIGUITTE
SEGUNDO SEMESTRE
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Una Nueva Oportunidad de Vida…
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REINICIA: Una Nueva Oportunidad de Vida…
Centro Estatal de Readaptación Social de Adolescentes Infractores, ubicado en Cd. Güemez, Tamaulipas
Jeniffer Briguitte Valdez Rincones
Abril de 2018
ÍNDICE
DESCRIPCIÓN DEL PROYECTO 4
INTRODUCCIÓN 5
JUSTIFICACIÓN 6
ACTIVIDADES Y TAREAS 10
CRONOGRAMA DE ACTIVIDADES 12
REFERENCIAS 13
DESCRIPCIÓN DEL PROYECTO
“REINICIA: Una Nueva Oportunidad de Vida…” surge como una propuesta cuyo objetivo principal es: brindar a adolescentes infractores que se encuentran recluidos en Centros de Readaptación, la oportunidad de ser exitosamente re-inducidos a la sociedad a través de herramientas laborales y emocionales. Al mismo tiempo, REINCIA busca proporcionar a los familiares más cercanos de estos jóvenes una orientación integral para, en conjunto, prevenir la reincidencia delictiva de este grupo minoritario, obteniendo adolescentes y familias empoderadas, enfocadas hacia actitudes positivas en la construcción de su proyecto de vida.
INTRODUCCIÓN
Dentro del panorama social y contextual actual de nuestro país, se ha vuelto común el asociar con mayor frecuencia a los adolescentes con actividades delictivas que los llevan a ser privados de su libertad y recluidos en centros de readaptación, si bien esta situación tiene como fin la ejecución y apego a las leyes y sanciones jurídicas que rigen a México, también debe reconocerse el impacto negativo que este hecho genera en el desarrollo cognitivo, sociocultural y emocional de los jóvenes infractores.
La privación de la libertad provoca daños y deterioros irreversibles en el desarrollo y evolución de los adolescentes. Por ello, tanto la Convención sobre los Derechos del Niño como la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y la Legislación Nacional correspondiente, han establecido que la acción ya mencionada debe ser una medida de último recurso, aplicable sólo por delitos graves y por el tiempo más breve que proceda, debiendo privilegiarse otro tipo de medidas en el entorno comunitario, consideradas más beneficiosas para las y los adolescentes y para la propia comunidad a la que pertenecen (Azaola, 2015).
Sin embargo, Azaola (2015) menciona también que, en México, cada año en promedio 4,500 adolescentes son detenidos y acusados de haber cometido delitos considerados graves por la ley, delitos cuyas condenas pueden ir desde un año en prisión hasta 15 o 20 años de reclusión en los casos más extremos.
Azaola (2015) considera que la reinserción social y familiar de esta población, aunado a la difícil situación que priva en muchos de los centros de internamiento del país, son de urgente atención, encontrándose en juego la posibilidad de dotar a los jóvenes de herramientas que les permitan reincorporarse de manera sana y productiva a la sociedad, oportunidad que se confronta al constante riesgo de que este grupo minoritario se arraigue permanentemente en una carrera delictiva.
JUSTIFICACIÓN
La Organización Mundial de la Salud (2013) define a la adolescencia como: “el periodo de crecimiento y desarrollo humano que se produce después de la niñez y antes de la edad adulta, entre los 10 y los 19 años, siendo una de las etapas de transición más importantes de la vida del ser humano, que se caracteriza por un ritmo acelerado de crecimiento y de cambios”.
Por su parte, la UNICEF (2009) considera a la adolescencia como una época de cambios, trayendo consigo enormes variaciones físicas y emocionales, las cuales transforman al niño en adulto. En la adolescencia se define la personalidad, se construye la independencia y se fortalece la autoafirmación. La persona joven rompe con la seguridad de lo infantil, corta con comportamientos y valores de la niñez y comienza a crear un mundo nuevo y propio. Sin embargo, para lograr los objetivos anteriores, todavía necesita de apoyo: de la familia, de la escuela y de la sociedad, ya que el adolescente sigue aprendiendo durante este estadio.
De acuerdo a datos proporcionados por la UNICEF (2009), México cuenta con un total de 12.8 millones de adolescentes, de los cuales 6.3 son mujeres y 6.5 son hombres. En 2008, casi 3 millones de jóvenes no asistían a la escuela. Del total, correspondían a este grupo de edad 48.6% de hombres y 44.1% de mujeres. Para los adolescentes, abandonar los estudios significa el riesgo de continuar el aprendizaje predominantemente en las calles. Con esto, las capacidades y oportunidades de este sector de la población se ven recortadas de manera drástica, y sus riesgos de salud aumentan.
Durante esta etapa de la vida, el adolescente experimenta elevadas emociones, es más vulnerable al estrés y tiene mayor propensión a reaccionar sin pensar. La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (2017) menciona que la violencia traumática, en particular, puede retrasar o descarrilar su óptimo desarrollo cerebral. Los adolescentes expuestos a la violencia a menudo terminan aislados y en lugar de recibir una intervención a beneficio de la recuperación de su salud mental, obtienen rechazo por parte de comunidades y cuidadores, lo que los empuja aún más lejos en sus comportamientos negativos. A menudo son aislados de sus familias, escuelas y vecindarios y terminan en múltiples hogares y albergues y, en último término, en centros de internamiento de las instituciones de justicia.
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