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Psicología sistémica


Enviado por   •  8 de Junio de 2023  •  Ensayo  •  2.255 Palabras (10 Páginas)  •  47 Visitas

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Enfoque Narrativo

Claudia Ahumada

Martina Hood

Profesora: Marcela García-Huidobro

19 de diciembre, 2022

Tal y como plantea Linares (2015), los sistemas se equilibran mediante la homeostasis, la cual se regula mediante mecanismos de retroalimentación, lo que propiciaría la preservación de dicho equilibrio sin la necesidad de que existan cambios. Lo anterior se posiciona desde la primera cibernética, sin embargo, hoy se reconoce que los sistemas sí cambian, que no son rígidos, y que son modulados por sus contextos y etapas evolutivas. Así se llega a la segunda cibernética.

De esta manera, surgen conceptos como morfostasis y morfogénesis, los cuales son procesos que surgen de manera dinámica dentro de los sistemas para que estos puedan asegurar el bienestar de los integrantes de este, combinándolos de acuerdo a sus propias necesidades, ya sea equilibradamente o que una de ellas predomine sobre la otra (Linares, 2015).

La cibernética de primer orden está situada dentro  del pensamiento moderno, desde el cual se concibe a la realidad como independiente del observador, situando al terapeuta en una posición de poder, en la cual él es el experto que debe arreglar el problema de los consultantes.

Por otro lado, la cibernética de segundo orden se sitúa desde el pensamiento posmoderno, el cual postula que la realidad no es independiente del observador, sino que ésta está permeada por la epistemología de este, por sus experiencias y por su biología.

En esta misma línea, se comienza a dar especial importancia a la co-construcción de la realidad y, por tanto, a las narrativas que cada persona posee, pues es desde aquí que la realidad se construye, otorgando significados a través del lenguaje.  

Es por lo anterior que el presente trabajo desea abordar el enfoque narrativo, buscando explicitar los aportes de este en el abordaje de los problemas en salud mental en nuestro contexto actual.

La mirada epistemológica de la terapia narrativa nace desde el posmodernismo. Entendiendo esto como la construcción del mundo y de una plurirrealidad. Entendiendo, además, que la realidad no es objetiva, pues el narrador de esta siempre estará posicionado y se altera a través de su experiencia, así como se encuentra determinado por su propia estructura biológica. Es por esto que es imposible hablar de un observador completamente objetivo, sino que se debe hablar de una objetividad entre paréntesis (Maturana, 1997, citado por Liberati, 2007), donde se intenta ser neutral, pero reconociendo que nunca se llegará en su totalidad a esta objetividad.

Entonces, si la realidad no es una sola que se descubre, como planteaba la modernidad, la persona que se plantea desde lo posmoderno entiende que la realidad es algo que se construye. Más preciso: La realidad está en un constante proceso de co-construcción por todos los participantes de esta.

En tanto la realidad se construye a partir de sus participantes, es importante reconocer una de las corrientes que más utiliza las terapias narrativas, o sea, la teoría sistémica. En esta, a diferencia de sus antecesoras, reconoce que las problemáticas de las personas, razón por la cuál tienen síntomas y asisten a terapia, no es de tipo intrapsíquica, sino que se dan en un contexto relacional.

Para comprender esto es importante entender que los humanos somos seres sociales que necesitan para su desarrollo y funcionamiento el poder relacionarse e interactuar con el resto. De infantes, esto se vuelve literal, debido a la dependencia y necesidad biológica de ser cuidados por otros, inclusive de la interacción con otros, pues la inexistencia de este también lleva a la muerte del infante.

Debido a esto, todo lo que aprendemos es desde la socialización. A medida que interactuamos, vamos adquiriendo información, lo cual llenará de significados que guían nuestras experiencias presentes y futuras, creando entonces pautas de relación, que determinan nuestro comportamiento hacia situaciones futuras que activen los significados pasados.

Es en este punto importante destacar que los significados y, entonces, la realidad misma para los humanos, su herramienta central, si es que no única, es el lenguaje. A través de este le damos un sentido a las experiencias, asociamos palabras específicas, e inclusive, creamos un sistema de pensamiento, con el que ahora tanto se redacta como se lee este ensayo.

Así, también es importante destacar las influencias del constructivismo y, principalmente, del construccionismo social, el cual posee una visión social del conocimiento, desde donde se presentan múltiples interpretaciones (García-Huidobro, 2022).

Según Ceberio (2018) el enfoque narrativo o el modelo de la terapia narrativa trabaja con la historia y el relato que los consultantes crean a partir de sus propias experiencias, dándoles sentido. Aquí, no existe una historia sin experiencia, y esta experiencia no es comprensible si no existe un relato. Asimismo, con la ausencia del marco creado en el relato desde donde se organiza la vivencia, no es posible crear significados. Esto se logra a través de una serie de herramientas narrativas que buscan replantear la manera en que se piensan esos sucesos e, inclusive, en que se piensa a sí mismo el paciente o sistema consultante.

En primer lugar, retomando la idea que se plantea desde el posmodernismo, se debe reconocer el rol que juega el terapeuta en las sesiones y la terapia en sí. Como profesionales se busca disminuir lo más posible esta jerarquía implícita que supone la terapia psicológica. El terapeuta no se plantea desde “el experto al que tienes que hacer caso para que te repare”, sino desde un profesional que facilita el espacio para que tú puedas desenvolverte, elaborar y resignificar lo que le está causando malestar. El terapeuta se encarga de facilitar este proceso a través de la conversación terapéutica y una serie de técnicas narrativas, tales como cartas y cuentos que favorecen procesos como la externalización del problema y la mentalización.

La externalización, en simples palabras, sería “tomar” el síntoma y trasladarlo fuera de la persona consultante, de manera que este se separe de la identidad de este, haciendo más fácil hablar del problema que le está aquejando, lo que facilita el proceso de analizar qué es lo que está pasando, quitando “barreras” que pueden haberse creado, tales como vergüenza, incomodidad, etc.

Por otra parte, actualmente las sociedades occidentales están cada vez más fragmentadas socialmente, primando el anonimato, las sensaciones de aislamiento tanto social como individual (Vinogradov y Yalom, 1996), lo que ha provocado un empobrecimiento en cuanto a las interacciones de las personas con otras persona, implicando, a su vez, que estas no se comunican, no dialogan y, en consecuencia, no se entienden, pues no existe el esfuerzo de tratar de comprender los significados del otro, sino que existe la tendencia a dar por hecho que todos adscribimos a los mismos. Y este es el gran problema de la sociedad hoy en día, lo que se ve reflejado en esferas más pequeñas, tales como en las comunidades, las familias, las parejas y las amistades, etc.

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