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Resumen psicopatología


Enviado por   •  19 de Junio de 2023  •  Resumen  •  1.333 Palabras (6 Páginas)  •  47 Visitas

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LACAN[pic 1]

                                     ACERCA DEL LUGAR DEL ANALISTA

El lugar del analista en análisis es el de la causa, del motor de la cura. Es decir, el lugar del analista en un análisis es el lugar del objeto como caso inerte, como caso perdido.

El psicoanalista es un “ser parlante” incita el analizante a una sola cosa, hablar, con que el analizante digo una sola palabra es suficiente para que el analista comience a hallarle alguna razón a lo que dice.

Desde esta perspectiva se le da al Otro el lugar de alguien que sabe, el dispositivo analítica “incito” al analizante a tener fe en el Otro, en tanto Otro del saber. Sin embargo el psicoanalista sabe que de todas modos este otro no es más que una ficción a destituir y que el mismo no se convertirá más que en los restos de esta estatua de saber.[pic 2]

LACAN: LOS CUATRO CONCEPTOS FUNDAMENTALES DEL PSICOANÁLISIS

Son los cuatro conceptos que fundan lo mental:[pic 3][pic 4]

  • Inconsciente[pic 5]
  • Transferencia
  • Pulsión
  • Repetición

        La transferencia es algo transferido de un pasado a un presente. Cuando alguien conoce a algo o alguien lo encuadra dentro de un catálogo mental que tenemos, cualquier objeto nuevo quedo encasillado allí.

El aspecto consiente de la transferencia es afectivo, se le adjudican valores, atribuciones y/o disvalores o que otro que aún no conocemos, esto sucede por ese encasillamiento, se generó una proyección, esta parte será la transferencia imaginaria.

El otro aspecto de la transferencia es la transferencia simbólica, sucede cuando traslada una situación del pasado al presente, pero que no es consciente, por ejemplo, por cosa me hace acordar a tal otro, simbólico, refiere o algo que esto en lugar de otra cosa, algo simbólico es algo que representa a algo o alguien sin serlo por ejemplo, una escarapela representa la patria.

La pulsión, es en lo humano lo que para el animal es el instinto, se tratan de indicios a “hacer algo” que se asocian a representaciones y palabras. El objeto de la pulsión es contingente, por lo tanto puede ser cualquier cosa, por ejemplo, un fetichismo.

La pulsión tiene 4 elementos, la zona erógena o fuente que será el lugar desde donde sola la pulsión hacia su fuente; hay 3 zonas erógenas (anal, oral, genital) que corresponde con las fases del desarrollo del niño. Lacan determina 2 zonas erógenas más, los ojos y la pulsión de la palabra (invocante).

Por otro lado, dentro de la pulsión se encuentra el empuje (algo urgente), también hay un objeto (sobre el cual ir) y una finalidad, que será la descarga.

La pulsión es continua, hasta cuando dormimos, generalmente sigue este circuito.

La descarga siempre es parcial y a veces la forzamos, generando una pulsión de muerte.

La repetición se relaciona con la pulsión de muerte.

Nosotros tenemos huellas mnémicas, de memoria. Algunas son conscientes y otros inconscientes.

Por ejemplo al enfrentarse con un problema tendemos a actualizar un resolución antigua para resolver este problema actual, por lo tanto repetimos sin tener en cuenta que quizás haya nuevas herramientas, por ejemplo, con nuestras parejas.

Freud dirá que la repetición proviene de la pulsión de muerte porque es un desgaste inútil, repetir sin aprender.

Es una tendencia que se puede superar.

Para superar esta repetición se debe hacer una renuncia narcisista, aceptar y soltar ese pasado. [pic 6][pic 7][pic 8][pic 9]

El recién nacido tiende a usar su puño, pulgares, dudas para estimular la zona erógena anal.

Al cabo de unos meses encuentran esta satisfacción/ placer al jugar con por ejemplo una muñeca, un osos. Su primera posesión del “no-yo”.

A raíz de estos dos grupos de fenómenos se estudian:

  • La naturaleza del objeto
  • La capacidad del niño para reconocer un objeto como “No-Yo”
  • La ubicación del objeto: afuera, adentro en el límite”
  • La capacidad del niño p/crear, imaginar, producir,etc.
  • La iniciación de un tipo afectuoso de relación de objeto.

El autor también habla de “objetos transicionales” y “fenómenos transicionales” para designar la zona intermedia de experiencia entre “el pulgar y el osito”.

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