TP Psicología del Desarrollo 2
Enviado por silvana_rom • 12 de Enero de 2021 • Trabajo • 3.823 Palabras (16 Páginas) • 139 Visitas
Trabajo Práctico
Facultad de Humanidades, Artes y Ciencias Sociales UADER
Materia: Psicología del Desarrollo 2
Profesora: Diana Floresta
Comisión: 6
Alumna: Silvana Emilia Romero
DNI 41.907.588
Año: 2018
En el pasaje por las distintas instituciones sociales como la escuela, la familia y en las relaciones que allí se configuran, adquirimos una forma de experiencia social, vamos internalizando las imágenes que los otros nos devuelven hasta configurar nuestra propia imagen. En este paso por las instituciones nos fabricamos una imagen acerca de lo que valemos. En este tiempo en el que vivimos, la función de las distintas instituciones van perdiendo fuerza y se van debilitando los límites entre aquellas instituciones y sus funciones, como es el caso de la familia y la escuela.
Para tratar este tema de la escuela como lugar de subjetivación tanto para el docente como para el alumno, en conjunto con la familia elegí la película “El profesor”. Un profesor llamado Henry Barthes es contratado para una sustitución en una escuela donde predominan muchachos con serios problemas de adaptación en la sociedad y la realidad. El aula en sí es un infierno para Barthes. Henry posee un auténtico don para conectar con los alumnos, pero prefiere ignorar su talento. Al trabajar sólo sustituciones, nunca permanece bastante tiempo en un instituto como para mantener una relación afectiva con sus alumnos o sus compañeros. Cuando llega a este instituto donde una frustrada administración ha conseguido volver totalmente apáticos a los alumnos, Henry no tarda en convertirse en un ejemplo a seguir para los adolescentes.
En su primera clase el profesor logra dominar con una aparente indiferencia una situación muy difícil con un adolescente que lo desafía delante de todos, ganándose paulatinamente el respeto de todos los de su clase por su valentía y honestidad.
Barthes además tiene en una clínica a su anciano abuelo enfermo, que alucina en los días previos a su muerte y se tortura psicológicamente por la muerte por sobredosis de su hija, madre de Barthes. Éste recuerda esa muerte por ser testigo presencial. Barthes es un buen hombre, pero es un personaje solitario.
Barthes, de camino a la clínica, conoce en la calle a una prostituta adolescente llamada Erika y decide rescatarla de la calle, llevarla a su apartamento y ayudarla intentando salvarla de la miseria de las calles. Ella acepta los cuidados de Henry, y finalmente se enamora de su benefactor, lo que le va a traer problemas ya que ha avisado a Asuntos Sociales, quienes la llevan a un centro para menores.
Por otro lado, la profesora del colegio, Sarah Madison, insinúa una relación con Barthes. Esto le da un ligero bálsamo a su insípida existencia. Logra una conexión emocional con su alumnado, con el resto del profesorado y con Erika. La situación se complica cuando una alumna, Meredith, se obsesiona con Barthes y lo abraza efusivamente en la sala, siendo sorprendidos por Sarah, quien cree que Barthes está cometiendo acoso sexual. La situación se tornará aún más oscura cuando Meredith tome una crucial determinación al saber que Barthes termina la sustitución.
Detachment expone, con un dramatismo exagerado vale decir, la declinación de los instituidos modernos, la crisis propia del posmodernismo. Es la caída de una ilusión, y se erige en torno a la trasmutación de las condiciones sobre las cuales ancló la promesa primordial que pilarizó la escuela. Vivimos bajo las consecuencias de un proceso en el cual el poder soberano del Estado fue traspasado al mercado.
“La escuela en ocasiones, se plantea como uno de los últimos refugios de la igualdad de oportunidades, haciéndose cargo de una función socio-asistencial, sin estar preparados profesionalmente sus actores para afrontarla. Los docentes asumen desafíos y las contradicciones de intentar paliar parte de la miseria social que atraviesa a la condición de los estudiantes. El sufrimiento social pasa a ser una forma habitual de la vida de numerosos alumnos que resulta difícil negar. Cada institución y cada maestro reacciona de diversos modos frente a esta realidad estudiantil: a veces los rechaza, a veces los comprende, a veces se propone “sacar adelante” a esos niños y jóvenes”[1].
En el caso de la película el profesor Barthes es un profesor sustituto que trata de mantenerse al margen de sus alumnos, él dice “Paso mucho tiempo tratando de no tener que lidiar… de no comprometerme. Soy maestro sustituto. No tengo responsabilidad real de enseñar. La única responsabilidad es mantener el orden. Asegurarme de que nadie se mate en la clase, y después, simplemente se pasa a la próxima materia”. Originalmente el profesor fue formado, se le brindaron todas las herramientas de formación para poder enseñar a los alumnos. En estas palabras se puede ver que el rol del profesor y su preocupación no es que los alumnos adquieran conocimientos.
En la película se puede ver como el trabajo del docente va mas allá del aula, su trabajo influye con sus actividades diarias y hace que la vida privada influya en la escolar y viceversa. Es difícil encontrar el equilibrio emocional para dejar de lado los sentimientos que no son propios del contexto en el que se encuentra en el momento y esto se refleja muy bien en esta película. Se puede ver que los docentes están atravesados por numerosas problemáticas que ocupan su pensamiento. En Barthes se puede observar que expresa ante los alumnos tristeza y desgano, lo cual una de sus alumnas se lo hace saber. Al no tener la tarea ni la necesidad de enseñar el profesor no se puede subjetivar enseñando ya que sus alumnos le demandan otras cosas. “los maestros faltan porque se enferman porque no pueden enseñar. Es decir, los maestros estaban tan desbordados, tan dispersos en la cantidad de cosas que tenían que hacer que en ninguna de esas prácticas en las cuales se encontraban se podían constituir subjetivamente”.[2] Esto también ocurre con la directora que se encuentra desbordada al tener que tratar con los padres, elaborar planes para aumentar el nivel de la escuela debido a problemas económicos.
Un gran problema que se observa en esta escuela es que los directores y maestros nombran con gran frecuencia el bajo nivel de los alumnos y les dicen que no van a llegar a hacer nada importante con su vida, invitando a los alumnos a que no busquen diferenciarse de lo que esperan de ellos. Uno de los casos de la película es cuando la psicóloga se reúne con la alumna y le dice que no va a lograr lo que ella quiere en su vida, que es estar en una banda, diseñar, porque no le interesa estudiar. Philippe Meirieu habla de efecto expectativa: “los psicólogos destacan hasta qué punto la imagen que podemos formarnos de alguien, y que le damos a conocer, a veces sin darnos cuenta, determina los resultados que se obtienen de él y de su evolución[…]. Se habla de predicción creativa e incluso de autorrealización de profecías, aludiéndose con ello al considerable poder de atracción del maestro que, decretando que tal alumno es un buen alumno y comportándose como él como si fuese tal, lo induce a modificar el comportamiento para mostrarse digno de la imagen que se tiene de él. […] Pero claro está también es cierto al revés. […] Para no desautorizar una opinión tan sentenciosamente formulada, o tan solo porque no se siente apoyado en los esfuerzos que intenta, se considera obligado a hacer que se cumpla la predicción.”[3] Hay una desubjetivación de los alumnos, no pueden hacer nada para cambiar. Duschatzky y Corea también hacen referencia en su libro a este problema de la dicotomía buen y mal alumno en donde se toma como referencia la idea de alumno originaria: “los alumnos son descriptos mediante atributos de imposibilidad: “tienen mal comportamiento, muchos problemas, son rebeldes, tienen los valores cambiados, no están cuidados, no hay autoridad que los pueda regir, están mucho en la calle, desatentos, vagos, sin límites””[4]. Esta resistencia a aceptar nuevas condiciones de educación se convierte en un obstáculo para la subjetivación, es un obstáculo para que un orden nuevo pueda advenir. “El enemigo de la educación es la idea de lo definitivo, de la determinación, de la impotencia, de la irreversibilidad”[5].
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