Volver a pensar la educación
Enviado por silvanalapilvi • 14 de Marzo de 2017 • Resumen • 1.714 Palabras (7 Páginas) • 244 Visitas
Volver a pensar la Educación
Educación y Democracia: ante el desafío postmoderno ( Wilfred Carr- Edit. Morata)
En una sociedad democrática, La Educación presupone:
- algo distinto de una mera socialización.
- Consiste en cultivar la capacidad de los futuros ciudadanos para pensar por s{i mismos, para deliberar, juzgar y escoger sobre la base de sus propias reflexiones racionales.
Este concepto de “ capacidad de pensamiento racional independiente” ha constituido el objetivo de la educación liberal desde los Griegos hasta Kant y sus seguidores que, para ocuparse de un pensamiento racional ilustrado, era pensar de acuerdo con principios Universales de justificación racional, independiente de las circunstancias históricas sociales o culturales concretas.
Así se podría, con el progresivo desarrollo de la razón humana, salir de la ignorancia y la superstición que provocaba la religión y la política del antiguo y despótico orden social.
¿Cómo se lograría esto?
Una parte fundamental del cometido práctico de la ilustración consistía en una tarea educativa.
Distintos autores reafirmaron poderosamente a la educación que, tratando de armonizar las realidades educativas emancipadoras , sostienen la visión ilustrada de las sociedades democráticas, constituidas pos ciudadanos racionalmente autónomos.
Pero hoy en día esta visión se está derrumbando por el impacto del pronunciado ataque emanado de lo que suele llamarse postmodernismo , cuya característica más notable es la “retórica común de la rebelión contra el discurso ilustrado”, ya no resulta adecuado cuando tratamos de explicar nuestro mundo social y cultural contemporáneo.
¿Qué respuestas se dan ante el desafío postmoderno?
- Una consiste en que no hay necesidad de repensar la idea del papel de la educación en las sociedades democráticas modernas y que las estrategias tradicionales para lograr nuestros objetivos educativos ilustrados todavía siguen siendo válidos.
- Otra es la necesidad de deshacerse de todo vestigio del pensamiento educativo ilustrado y considerar anticuada toda sugerencia de que la razón humana pueda constituir una ayuda indispensable para la emancipación humana.
Las dos posturas, según el autor, son demasiado extremas.
Para formular una respuesta educativa al postmodernismo, resulta aún más complicado debido a que hay “ un conjunto de postmodernismos, y cada uno teoriza en forma diferente el significado de la postmodernidad.
- Ruptura total de la modernidad, configuración completamente nueva con características exclusivas y distintas.
- La modernidad no ha llegado a su fin, sino que entró en una nueva fase.
No cabe duda de que la vaguedad y las antigüedades que rodean el concepto de postmodernidad respaldan el punto de vista que sostiene que su importancia real no responde tanto a que identifique una nueva realidad social, sino a que pone de manifiesto una actitud nueva hacia la realidad social.
El Postmodernismo hace un desafío a la filosofía “ fundamentalista de la Ilustración”, pensada para demostrar que el concepto del sujeto racionalmente autónomo, no se aplica simplemente a una cultura o sociedad concreta, sino que basa en verdades filosóficas a priori sobre la esencia universal de la naturaleza humana.
¿Qué estrategias utiliza para destruir y desacreditar esta lógica fundamentalista?
- Cuestiona el supuesto de que el Yo humano tiene en su centro una facultad característica de razones: “una naturaleza humana esencial” que precede a la historia y es antecedente de las circunstancias culturales concretas. Para el Postmodernismo esto es un mito. La autocompasión está siempre mediada por los discursos, dado que circulan en nuestro contexto histórico, no hay ninguna naturaleza humana esencial que descubrir. “ El lenguaje habla al hombre”. ( Heidegger).
- Niega que la filosofía sea una disciplina fundante que proporcione un acceso privilegiado al ámbito de las verdades universales sobre las que puede eregirse una sociedad racional. Según Richard Rorty, esta visión de la filosofía es simplemente un intento vano de salir de nuestro pellejo y compararnos con algo absoluto… para escapar de la finitud de nuestro propio tiempo y lugar, los aspectos meramente convencionales y contingentes de nuestra vida.
Todo esto no quiere decir que esta crítica postmodernista hacia los fundamentos filosóficos sobre los que erigieron los principios de valores educativos emancipadores no significa que estos valores no puedan sobrevivir a la justificación filosófica que le dio la ilustración.
Tampoco supone el abandono necesario de los objetivos educativos de emancipación y capacitación que hicieron posible por primera vez tales conceptos.
¿Qué estrategias tomar para posicionarnos en esta nueva forma de pensamiento?
Compromiso continuado con estos valores en su congruencia con nuestra comprensión actual de nosotros mismos y nuestro convencimiento de que, dada nuestra situación histórica concreta y las tradiciones educativas a través de las cuales se han elaborado nuestros discursos y prácticas dominantes, éstos siguen siendo valores educativos más razonables y apropiados que adoptar.
Otro punto es rechazar la idea de una razón histórica común a todos. En cambio estaría atemperamentado por el convencimiento de que no existen normas universales de racionalidad independientes de la historia y la tradición y que la misma naturaleza humana se construye socialmente mediante la iniciación en los discursos y prácticas preexistentes.
Por último no considerar la democracia como la encarnación de un orden social universalmente válido, sino como un proyecto humano contingente que surge en determinadas circunstancias históricas y que ahora ha de reinterpretarse y revisarse de manera que satisfaga las nuevas condiciones culturales que articula y describe la idea de postmodernidad.
Dewey fue un filósofo ilustrado totalmente comprometido con los ideales emancipadores que no había logrado renunciar a la visión tradicional de la filosofía como disciplina fundamental de la cultura, ya que podía descubrir el ámbito de verdades trascendentales. Pero al rever la historia de la filosofía hace tres observaciones críticas:
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