7 saberes de la educación
Enviado por MarisolCarolina • 12 de Septiembre de 2018 • Ensayo • 1.383 Palabras (6 Páginas) • 293 Visitas
Podemos presenciar cotidianamente como la heteronormatividad y heterosexualidad siguen arraigadas en la sociedad Chilena en situaciones tan banales e inconscientes como quedar mirando a parejas homosexuales, comprar ropa rosada a mujeres y azul a los hombres o hacer comentarios de tipo: “parece niñito vestida así”, “las niñitas lloran”, “los niños silban” o “¿Por qué no le cortan el pelo? Parece niña”, que en cierta forma, imponen y castigan a las personas que se salen de esta norma.
Donde podemos ver fuertemente reflejada dicha normatividad, es en los centros educacionales, siendo impuesta por las reglas del establecimiento como por ejemplo, en la diferenciación de los baños por sexo o por los directivos, docentes e incluso apoderados, moldeando implícita e instintivamente las cabezas de los infantes. Rogério Junqueira (2013) comenta:
La heteronormatividad está en el orden de las cosas y en el cerne de las concepciones curriculares; y la escuela se muestra como institución fuertemente empeñada en la reafirmación y en la garantía del éxito de los procesos de heterosexualización compulsoria y de incorporación de las normas de género, poniendo bajo vigilancia los cuerpos de todos(as). (p. 483)
Dado lo anterior y entendiendo que la educación es un derecho para todos los niños/niñas, sin discriminación alguna, sea por religión, situación económica, social, género, entre otras, hemos visto casos donde la libertad para manifestar la propia identidad de género no han sido respetados, como es el caso de la pequeña Andy (nombre social), en el año 2015, donde se presentaron certificados médicos junto con las explicaciones correspondientes de los apoderados sobre la situación de su hija y, aun así, el colegio decidió rechazar la nueva identidad de Baltazar. Para evitar nuevos casos como este, es que se ha creado una circular con el fin de asegurar y regularizar los derechos de los niños y niñas transgénero en el ámbito educacional, tanto en su ingreso o como en el recorrido educativo.
Este circular nos habla de la dignidad del ser humano, de considerar los intereses de los niños en las decisiones que lo afecten directamente, de disfrutar plenamente su desarrollo físico, mental, espiritual, moral, psicológico y social. Indica que se debe eliminar cualquier forma de discriminación que impida el aprendizaje y participación de los estudiantes, que se vele por la igualdad de oportunidades y la inclusión educativa. Se nombran derechos como el derecho a participar y expresar su opinión libremente, a que se respete su integridad física, psicológica y moral, a estudiar en un ambiente de respeto mutuo, entre otros (Ramírez. A (2017). Muchos de los puntos planteados son derechos que tiene cualquier niña/niña que este dentro del ámbito escolar, sin embargo, las propias instituciones no los cumplen, ya sea porque son católicos y no reciban estudiantes con padres solteros o porque no les dan la oportunidad al niño/a transgénero.
Edgar Morín, en su libro “Los siete saberes necesarios para la educación del futuro”, nos plantea los principios de un conocimiento pertinente, lo que significa: “promover un conocimiento capaz de abordar problemas globales y fundamentales para inscribir allí conocimientos parciales y locales. (…) Un modo de conocimiento capaz de aprehender los objetos en sus contextos, sus complejidades y sus conjuntos” (Morín, 1999, p. 2). Este saber, es fundamental en el contexto educativo de los niños trans, el que nos ayudaría a comprender y entender el problema global, en este caso, la identidad de género y sexual, para llevarlo a la cotidianidad y la práctica, para entender los distintos contextos de cada individuo, para lograr entender el cambio en la persona y no juzgarlo, para que no tengan que volver a instaurar circulares que promueven la erradicación de la discriminación, cuando el problema está en la enseñanza que se le da a los infantes, enseñanza muchas veces maquinal, pero que va formando con prejuicios a los niños. Este aprendizaje, va de la mano con el de enseñar la condición humana, con el entender que el ser humano es biopsicosocial, concepto que esta un tanto excluido de la formación, pero que ayuda a entender al ser humano en su totalidad, como un ente social, cultural, biológico y psicológico, lo que es muy importante al momento de entender y tener conciencia de la propia identidad y la de los demás y aceptarlas sin escrúpulo, comprendiendo al ser humano como dependiente de las relaciones sociales. Enfrentar las incertidumbres y enseñar la comprensión, son dos postulados más de Morín, significativos en el desarrollo escolar de cada individuo. Se debe educar sobre las evoluciones biológicas e históricas y preparar a todo público para lo inesperado e incierto, pudiendo enfrentarlo sin problema, sin generar tabúes. “Hay que aprender a enfrentar la incertidumbre puesto que vivimos una época cambiante donde los valores son ambivalentes, donde todo está ligado” (Morín, 1999, p. 42). Se debería enseñar la comprensión para acabar con las raíces ego-socio-céntricas. Como nos dice Morín (1999): “La incomprensión produce tanto embrutecimiento que éste a su vez produce incomprensión”, y es justamente lo que pasa en casos discriminatorios de niños trans, a las personas les falta información, les falta esa sed de conocimiento para llegar a entender una problemática tan fuerte como la planteada. El egocentrismo es tan potente que no son capaces ni siquiera de pensar en que pasa por la cabeza del niño o adolescente trans, que está en cambio constante, que está en la mirada de todos. El egocentrismo es tanto, que les importa más el que van a pensar sus hijos (cuando, muchas veces ellos no dicen nada, dado que el prejuicio no es innato) o como ellos mismos le tendrán que explicar a sus hijos que su compañero transgenero, use el mismo baño que ellos, que verán un genital no acorde con su “hijo normal”, pero no son capaces de pensar que un acto tan banal como usar el mismo baño, significa un cambio significativo para el niño/a trans, que está siendo aceptado por su entorno y aceptado por lo que él o ella se identifica, no son capaces de pensar que con comentarios tan comunes y ordinarios como “llorar es de niñitas” o imponer que los hombres deben usar el pelo corto, que implantan la heteronomatividad, estamos pasando a llevar a los niños y personas pertenecientes a comunidad LGTBI, haciéndolos sentir extraños, haciéndolos creer que son ellos los que están mal, cuando la sociedad es la equivocada, la que no entiende o no quiere entender, la apática. Como nos dice Morín (1999): “La comprensión mutua entre humanos, tanto próximos como extraños es en adelante vital para que las relaciones humanas salgan de su estado bárbaro de incomprensión” (p. 3), pero para acabar con esto, debemos acabar con las cegueras del conocimiento, usando la racionalidad, liberando al conocimiento de las doctrinas y verdades establecidas, de los estereotipos, conformismos, entre otros, pero lo más irónico, es que los mismos establecimientos e instituciones de educación, no te dejan:
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