ANIMISMO Y OMNIPOTENCIA DE LAS IDEAS

RESUMEN ANIMISMO Y OMNIPOTENCIA DE LAS IDEAS

Freud nos dice que el término “omnipotencia de las ideas” lo tomo de uno de sus pacientes, que después de haberse curado, demostró ser muy inteligente, y este desarrollo el termino para explicar una serie de sucesos y/o eventos que le pasaban y que nos suelen pasar a la mayoría de nosotros; el intentaba explicar de una forma lo que sucedía cuando el pensaba en alguna persona y de repente la encontraba o la volvía a ver, o cuando por ejemplo tenía tiempo de no ver a alguien y de repente preguntaba por ella para luego enterarse de que esa persona había muerto, o como de alguna manera se imaginaba o pensaba, sin ninguna mala intención, algo malo sobre alguna persona y vivía con el miedo de pensar en que eso que el había pensado le pasaría a la persona y se sentía culpable o con remordimiento por eso; de alguna forma cuando esto pasaba su paciente decía que era porque de alguna forma esa persona hacia o lograba atraer telepáticamente su atención y hablaba entonces de una fuerza psíquica, una fuerza natural abstracta que no lograba identificar, una fuerza poderosa a la cual denomino omnipotencia añadiendo “de las ideas” porque eran estas las que surgían en su mente para luego volverse realidad, lo que ocurre también como cuando pensamos en algo que imaginamos que nos va a pasar y luego de un momento o tiempo nos pasa, Freud nos dice que esto sucede con todos los enfermos obsesivos padecen de esto, se vuelven supersticiosos.

Freud nos dice en su texto que la omnipotencia de las ideas, es el predominio que existe de los procesos psíquicos sobre los hechos de la vida real y que esto muestra la ilimitada influencia que tienen sobre la vida de las personas neuróticas y un claro ejemplo es el que nos da con su paciente que incluso después de haberse curado por medio del psicoanálisis aun vivía con el temor de sus ideas, temiendo que por el solo hecho de pensar en la muerte de una persona esta fuera a ocurrir y el fuera el culpable de ello por haberlo pensado; esto nos dice que no existía en si por completo la libertad de ideas puesto que pensaba que el solo y simple hecho de exteriorizar sus malos deseos era necesario para que estos se volvieran reales. Nos dice que esta actitud muestra su tan pequeña cercanía con el salvaje que era quien pensaba que podía transformar al mundo solo con sus ideas.

Freud divide a la evolución de la concepción humana del mundo en tres principales fases que son: la fase animista, la fase religiosa y la fase científica. Y nos dice que en la primera fase, la fase animista el hombre se atribuye a sí mismo la omnipotencia de las cosas, es aquí donde el hombre experimenta grandeza se siente un ser superior, se denomina a si mismo omnipotente y grande; después sigue la fase religiosa, donde cede un poso su poder hacia los dioses, hacia divinidades que van mas allá de él pero no suelta su poder por completo, argumentando que aun cuando el poder ahora es de los dioses, él se siente capaz de poder controlarlos, quedándosele así algo de poder a él, se cree capaz de influir en los dioses a manera de que estos actúen conforme a lo que el hombre quiere; en la tercera fase nos dice que no existe ya espacio para la omnipotencia del hombre, nos dice que en esta fase ya entendió su lugar en el mundo y ya reconoce su pequeñez en el mismo y da lugar a someterse ante la fuerzas naturales de este, aun así en esta tercera etapa donde existe confianza en el poder de la inteligencia humana y se cuenta ya con leyes sobre la realidad, aun encontramos indicios sobre la antigua fe de la omnipotencia del hombre.

Llevando este análisis en el desarrollo de las tendencias libidinosas, desde la forma en la que esta afecta en la edad adulta hasta sus primeros comienzos en el niño nos dice que se encontró un interesante resultado y que existen dos fases en este. Nos dice que desde un principio y en lo que sería la primera fase las manifestaciones de los instintos sexuales pueden ser reconocidas pero que estas en sus inicios no se

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