AUNQUE SEA UNA VEZ
Enviado por • 5 de Octubre de 2012 • 2.621 Palabras (11 Páginas) • 372 Visitas
Aunque sea una vez
Desperté acostada en mi cama como todas las mañanas, sería el primer día de clases y mamá ya estaba preparando el desayuno, creí poder encontrar en el bus a su amiga Jessica, sería divertido pasar el resto del curso escolar en la misma escuela, pero a mi papá le ofrecieron un trabajo en el extranjero y supuse que mamá y yo iríamos con él, aunque no tiene mucho tiempo la noticia de que nos mudaremos creo esta pendiente la decisión, yo lo único que quiero es llegar al la escuela y escuchar esa campana que tanto me gusta, apresúrate mamá! Le grité, aunque ella no pudiera escucharme, a algunos niños no les gusta ir a las escuela, pero a mi me parece interesante ya que sólo a eso me dedico.
Creo en mi casa últimamente hay problemas, y algunas veces he escuchado a mis padres discutir, parece ser por mi culpa, esta tarde al regresar de la escuela mamá parecía estar cansada porque esperó a mi papá hasta horas de la madrugada, a mi me venció el sueño, sinceramente no se bien como esta el asunto entre ellos pero ya no quisiera verlos pelear.
En la escuela nos dejaron investigar sobre los métodos anticonceptivos, cuando le hablé de eso a mamá se puso nerviosa, se le subieron los colores a la cabeza, sé que es un tema avanzado para mi, pero si al menos me permitiera explicarle lo importante que es informarse de su uso para todos, no sólo para los adolescentes. La convencí de acompañarme al café internet y después de terminar la tarea juntas, regresamos a casa, fui a tomar un baño y enseguida me senté en la mesa para cenar, ellos estaban enojados, no se dirigían la palabra, pensé que ya todo seria normal luego de la discusión que tuvieron la semana pasada, se supone que arreglarían sus problemas eso fue lo que llegué a escuchar cuando mi abuelita fue a mi casa, a veces quisiera taparme los oídos para no escuchar sus voces al discutir, o cuando se escuchan los gritos de mamá hasta el otro lado de la calle, creo deberían escucharme solo una vez, para que me entiendan y sepan que me duele verlos así.
Pasaron los días y las semanas pero creo sólo se empeoraban las cosas, mientras yo trataré olvidar ese asunto y concentrarme en lo que hago, ya que los últimos días en la escuela no ando muy bien, no entiendo nada, parece ser que los profesores están en mi contra ¿o qué creen? ¿el que más fuerte me grite ganará un premio? o ¿conseguirá la atención de mis padres?, que tontos eso ni yo lo puedo hacer. En fin, mis “amigos” y yo planeamos un convivio para este fin de semana, solo asistirán unos compañeros por que no todos tienen el permiso de sus padres, quien como yo, que hubiera preferido ser educada en casa sólo con la condición de estar más tiempo con mis papás que me pusieran cinco minutos de su atención, seguro que mamá ni siquiera sabe los días que voy a la escuela, o que mi papá no sabe el día de mi cumple, quizá eso me pondría un poco feliz, pero… ¿qué necesito yo de ellos? si ellos no necesitan de mí.
Llegará viernes y saldré como todas las mañanas de casa, esperaré el bus en la esquina y llegaré a charlar con Jessica, hace tiempo que la conozco, y me parece es la única amiga que tengo, es que no me gusta socializar demasiado, la gente suele ver de una manera extraña sin saber nada de los demás y yo conociendo todo de ellos, basta con mirar sus ojos y saber por lo que pasan, ese truco me lo enseñó papá, o ¿así lo imaginé yo?, cada vez que yo mentía el se daba cuenta en mi mirada y siempre acertaba a las respuestas correctas, debería tener más cuidado con él, mamá sin embargo es diferente, si le hecho el choro mareador no tendré problemas y si pregunta algo respondo con otra cosa para que cada vez la enrede más y ya no tenga que preguntar. Los únicos días que los veo son para la entrega de calificaciones ¿o eran?, por que ya no estudio mucho que digamos, o a veces en las noches si aún estoy despierta para cenar.
Como decía… llegó viernes y salimos de la ciudad a buscar un lugar donde podríamos disfrutar de la comida y del lindo paisaje para convivir mis compañeros y yo, parecía todo estar bien hasta que uno de los amigos de Jesi, me parece que su nombre es Sergio, sacó de su mochila una botella de licor, nunca he tomado ni una sola copa y mira que si he tenido muchas oportunidades, no quisiera cometer un error, pues he leído en algunas revistas que afecta el sistema nervioso y otros órganos, estaba preparada para decir que no, pero mi boca dio otra respuesta cuando me preguntaron que si quería probar, no lo puedo creer bebí más de cinco copas seguidas, bueno usamos vasos desechables pero para mi era la primer copa que bebía, al transcurrir las horas me empecé a sentir mareada, empecé a recordar mi pasado, sentí la necesidad de soltar unas lágrimas, pero el vómito llego primero, arruiné la blusa que llevaba puesta y ahora ya nada me importaba.
No recuerdo más, todo había pasado tan lento pero muy acelerado a la vez, la tarde se fue rapidísimo y la noche ya estaba a la vuelta de la esquina. Desperté recostada en el sofá de la casa de Jesi, pensé que alguien tuvo que hacer algo por mí la noche anterior y así fue, para mi fortuna tengo la mejor amiguix del mundo, cuando estaba dispuesta a pararme, en el techo se me figuró la cara de papá que decía: - Mírate en un espejo, ¿segura que quieres eso para ti?, pensé que en realidad querías cambiar las cosas, pensé que eras diferente a tu madre- bla… bla… bla… quien sabe cuantas veces me lo había repetido que ya lo tenía presente como una oración, salté del sofá y me acerque a la puerta que me dirigía a la recámara de mi amiga, escuché que dos personas hablaban en voz baja, me acerque un poco más y distinguí las voces, era Jesi y su mamá que discutían sobre mi estado, me alejé de la puerta, luego de la sala hasta salir de su casa. No dije adiós por falta de educación, si no que era la mejor opción, aún con la cabeza dándome vueltas, despeinada, desarreglada y principalmente con mucha hambre, empecé a vagar por las calles a las 7:00 a.m. para llegar a casa, a pesar de todo había una buena noticia ¡era sábado! y no me agarraría la tarde, de hecho tenía todo el día para descansar de la pesada semana de clases.
Creí que las cosas empeoraría con mi comportamiento del viernes, por que aunque no me vieron llegar a casa, supieron que estuve fuera esa noche y que estaba perdida en alcohol, ¡lo supuse! ...mamá de Jesi les avisó por una llamada telefónica, nadie se atrevía a visitar mi casa, quizá por que parecía estar tan deshabitada, solo me visitaba algunas veces mi abuela y la “Doña” la señora con la que empecé a trabajar hace unos días, creo era la salida a mis problemas. Bueno cambiando de tema, lo pasado ya quedo atrás y empiezo otra semana más.
Pasó
...