Actitud De Victima
Enviado por moragluumy • 10 de Mayo de 2014 • 3.282 Palabras (14 Páginas) • 325 Visitas
MARCO TEORICO
La importancia de este tema del victimismo radica en que todos alguna vez nos hemos sentido víctimas de las circunstancias.
El victimismo, se trata de un papel de sentirse víctima que tiene sus ventajas y también sus inconvenientes.
Sintiéndose víctima, la persona muchas veces consigue lo que desea, que le presten atención, que le proporcionen cariño, cuidados, comprensión, una justificación a lo que le sucede, etc.
Es como ponerse en el papel de "bueno de la película", que siempre es mejor visto socialmente que el papel de "malo". Pero sostener este papel en el tiempo, genera mucho sufrimiento. La persona que se siente víctima, utiliza este sufrimiento como arma para conseguir lo que pretende y se vale de quejas, exigiendo, a veces soterradamente, a los demás que se comporten de una manera determinada, despertando en ellos, en muchas ocasiones, un sentimiento de culpa.
Esta manera de ver de la persona que se siente víctima, es una distorsión de la realidad, una manera de interpretarla, que se basa en la creencia de que son los otros los responsables, los culpables de lo que le sucede, y por ello, son los otros los que tienen que cambiar, los que tienen el problema, siendo ella la que sufre las consecuencias.
Al ver las cosas de esta manera, el víctima, siente que la otra persona saca beneficios a su costa, que no lo trata como se merece, siente que todo le sale mal, que siendo una "buena persona", está padeciendo una serie de injusticias y el culpable siempre es el exterior: la vida, el destino, las personas, la mala suerte, Dios, etc.
Esta postura de víctima, tiene que ver con percibir sólo una cara de la misma moneda, sólo una parte de la realidad, donde la persona siente que está en lo cierto, que tiene razón, y que es el otro el que está equivocado, por lo que está sufriendo injustamente, de esta manera, al sentirse víctima, delega la responsabilidad de lo que le sucede, porque se siente indefensa, paralizada, pudiendo asumir una actitud pasiva o activa.
Si actúa de manera pasiva, se valdrá de la queja y sentirá que el "exterior" es más fuerte, se sentirá indefensa y sumisa y permitirá que el otro se abuse, priorizará al otro, pudiendo despertar en él sentimientos de culpabilidad.
Pero puede ocurrir lo contrario, que actúe de una manera más activa, donde se justifique por todo lo que ha sufrido en la vida, lo que "le han hecho injustamente", por toda la adversidad que ha soportado, y por ello se muestre agresiva, con un gran resentimiento en su interior, que le da la fuerza para luchar, atacar, contra la situación o persona que siente que es la culpable de lo que le sucede o sucedió.
Cuando ha habido un daño real, donde la persona recibió agresiones, injusticias graves, es natural que durante un tiempo, la persona se sienta víctima, debiendo trabajar adecuadamente las emociones, a veces con ayuda terapéutica, para no quedarse instalada en el papel de víctima indefinidamente.
Hay distintas razones que podrían explicarnos porque una persona se muestra y se siente víctima. Expongo algunas de las más frecuentes:
1- Deformación de la realidad: El sujeto cree que es sólo una víctima del entorno o los demás, por lo que la culpa en todo caso, es siempre del resto. El sujeto muestra un pesimismo exacerbado frente a la realidad que le rodea, sobredimensionando lo negativo, recelando de lo que surge a su alrededor y presumiendo de que los otros son injustos y le maltratan. De esta actitud surge un morboso afán por descubrir agravios nimios para sentirse discriminado o maltratado con el fin de achacar a instancias exteriores una supuesta actitud perversa y agresiva que representa todo lo malo que le sucede. De esta forma, su susceptibilidad le lleva a reaccionar con crispación ante la más mínima crítica, elevada inmediatamente a la consideración de grave ofensa.
2- Táctica del reconocimiento: En este grupo el individuo suele utilizar el victimismo para llamar la atención, sobredimensionando cuestiones y hechos poco relevantes de carácter negativo. También es bastante común que interprete el papel de víctima para que se reconozcan sus méritos. Su perfil encajaría en la conocida frase “hacer una montaña de un grano de arena”. Por lo general su actitud no está asociada a patologías graves, sino que es fruto de un aprendizaje con diversas carencias e incapacidades para las que no se han tenido, o empleado correctamente, los recursos apropiados de superación. El individuo queda estancado en la mediocridad, una realidad que percibe de un modo más o menos consciente y que pretende superar con el reconocimiento que sólo consigue, o cree conseguir, mediante su papel de víctima. Considerar que podemos “comprar” de alguna manera el afecto, la atención, el apoyo, la compañía, la aprobación, etc. de los demás. Esta manifestación podría ser consecuencia de una escasa autoestima y/o la falta de recursos y habilidades asertivas, cognitivas y un desarrollo ciertamente inmaduro.
3- Táctica defensiva: Este grupo se caracteriza por individuos cuyo victimismo se ha convertido en la razón de su existencia. Viven en el autoengaño. El papel de víctima está asociado a un negativismo sin concesiones. Todo está en su contra. Su percepción de la realidad está completamente distorsionada y sienten que nada puede hacerse para cambiar esta situación (indefensión aprendida). Este comportamiento casi siempre está relacionado con hechos traumáticos de diversa índole que no se han podido superar, tales como los malos tratos, el abuso sexual en la infancia u otras disfuncionalidades familiares o de carencias de tipo afectivo. Su actitud es pasiva e inconscientemente manipuladora, se vale del chantaje emocional y suele hallarse inmersa en una eterna e inactiva espera, donde la pretensión de que el mundo reconozca su inmenso dolor y la injusticia que se ha cometido con ella, nunca es satisfecha.
4- Táctica ofensiva: En este caso, no es en absoluto inocua, sino plenamente consciente y con un afán manipulador que no repara en medios para lograr sus objetivos. Siempre miran hacia uno mismo y no les importa demasiado los daños colaterales causados por su actitud. El victimismo no es su modo de vida, sino un elemento más que utilizan a su conveniencia. También suelen estar relacionados con hechos traumáticos, incluso los mismos que el grupo anterior, pero a diferencia de estos, no esperan un resarcimiento pasivo, sino que están dispuestos a cobrar la supuesta deuda a cualquier precio. Podríamos decir que las personas de este grupo sienten en cierta manera como su dolor o malestar se alivia cuando causan daño a los demás.
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