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Adicciones en la Infancia. Adicciónes tecnológicas

gtrrz18 de Marzo de 2013

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Adicciones en la Infancia

Según los últimos años las adicciones tecnológicas como la de sustancias químicas son muy frecuentes en niños y adolescentes.

En muchos casos las consecuencias tanto, en adicciones tecnológicas como las sustancias químicas pueden ser problemáticas para la salud, psicológica y física.

La adicción tecnológica surgen a partir de los tres años de edad del niño, ya que sus padres utilizan estos medios como sedantes o chupetes electrónicos para mantenerlos tranquilos, logrando que estos pierdan actividad social con otros niños (deporte, juegos didácticos, etc.)

Por otra parte tenemos las adicciones de sustancias químicas, como el alcohol y drogas (inyectadas, inhaladas, e ingeridas), que surgen también a partir de muy corta edad, debido a que la mayoría de estos chicos viven en la indigencia y no tienen contención de los padres.

Adicciones tecnológicas.

Es el fruto de la globalización que, cada vez más niños posean un celular en sus manos, una computadora o un video juego.

Las publicidades en Internet, televisión, o en un simple cartel, promueven un consumismo de masa en el cuál nadie queda afuera.

La vedette hoy es la playstation, los niños de 4 a 12 años pasan horas y horas frente a una pantalla del televisor, enmudecidos y sin enterarse de nada de lo que pasa a su alrededor; llegan a sus colegios y hasta se olvidan de merendar, solo importa el juego. La inconciencia de los padres es aún mayor, ya que prefieren que su hijo esté en casa, callado, quieto y sin molestar, creyendo que nada malo pude pasarle a sus hijos. Este es un gran error, poner a un niño frente a la pantalla de un televisor, una computadora o brindarle un celular y no tratar de que éste realice actividades extras escolares mas productivas provoca, aislamiento en el niño, mal rendimiento escolar, mala alimentación, problemas en la comunicación, entre otros.

Celulares

Sabemos que el uso abusivo de celulares puede convertirse realmente en un problema. Detrás de su apariencia, la utilización excesiva de teléfonos móviles es capaz de desencadenar problemas de conducta y, paradójicamente, de comunicación. Y hasta puede generar adicción.

La radiación electromagnética que emiten los celulares está directamente en contacto con la cabeza. Una gran parte (70 a 80 %) de esta energía por el portátil penetra en la cabeza hasta alcanzar una profundidad de varios centímetros suficientes como para alcanzar diversas estructuras nerviosas como las meninges, el nervio óptico, el hipotálamo y que podría llegar a aumentar la temperatura del cerebro del orden de un grado.

Quienes nacieron a partir del año 1988 constituyen la generación para la cual el teléfono celular ha formado parte de sus vidas desde siempre, por lo que la apropiación que han hecho y el grado de familiaridad alcanzado con ese dispositivo difieren sustancialmente de lo que ha ocurrido con los adultos.

El alerta de está dando en estos días un caso que conmueve a España: es el de dos chicos, de 12 y 13 años, que están en un tratamiento por el uso adictivo de esta “droga” tecnológica a la que cada vez más niños tienen acceso. Los menores, que sufren un trastorno de conducta por el uso desmesurado del aparato, están siendo atendidos en el Centro de Salud Mental Infantil y Juvenil. “Los dos presentaban un trastorno de conducta y en ambos casos la situación degeneró en fracaso escolar”

Usan el teléfono cada vez más, y desde más chicos. Algunos especialistas cuestionan su uso indiscriminado. Pero los chicos lo utilizan como un centro de entretenimiento portátil. Cuarenta (40) millones de teléfonos celulares hay actualmente en la Argentina, lo que implica una penetración de más del 100 %. Quinientos (500) mil teléfonos celulares, al menos, se estima que son utilizados en la Argentina por chicos de entre 7 y 12 años (fuente: Diario Clarín.)

Aunque el uso de celulares no está permitido en las escuelas varios distritos de la Argentina, el la Capital y en provincia de Buenos Aire, Córdoba, Santa Fe, Catamarca y Santiago del Estero, los alumnos sin darle la menor importancia no cumple con la norma, y no satisfechos con una sanción o las famosas “amonestaciones” siguen utilizando los celulares a la hora de clases, para las pruebas, para escuchar música, entre otras.

Consecuencias y enfermedades:

No podemos negar que en muchos casos los celulares son de gran necesidad, pero se puede convertir en un arma de doble filo si no se sabe como controlarlos al momento de utilizarlos, así como puede afectar a la salud física, también lo puede hacer con la salud mental.

Las consecuencias que trae la adicción a estos equipos de entretenimiento se ven rápidamente en el hogar, excluyendo al niño de la familia, aislarlos de los seres queridos, afectándolo en sus estudios y en la relación con el mundo exterior.

Televisión:

Existe consenso al afirmar que las funciones básicas de la televisión consiste en entretener o divertir e informar; el uso excesivo de este medio de comunicación puede provocar, en algunas personas, problemas específicos: la violencia y la tele adicción.

Existe una tercera función, la de la educación permanente que nunca se cumple a causa del desinterés por parte tanto de los responsables de la programación como los del tele-espectador.

El consumo excesivo se presenta cuando el sujeto pasa demasiadas horas completando la programación y la fijación excesiva alude al hábito de penumbra, en la tele-adicción lo mas frecuente es que ambos fenómenos aparezcan asociados: Existe tanto abuso en la cantidad del tiempo dedicado a la contemplación como un déficit en el aprendizaje.

El abuso televisivo puede observarse a cualquier edad. En la infancia, la familia suele utilizar este medio para conseguir que los niños permanezcan tranquilos, sentados, silenciosos, y pasmados para que no molesten.

Los niños en edad escolar ven más de tres horas diarias la televisión. Además, permanece ente la pantalla casi la misma cantidad de hora que en la escuela; con ello se roba un tiempo precioso en el desarrollo personal, que debería dedicarse a la lectura, a la realización de deberes y a los juegos, y a procesos de socialización con otros niños (como por ejemplo en deporte). Concretamente los niños consumen un promedio de tres horas y medias diarias ante la televisión, lo que representa el 80 % del tiempo libre.

Si nos basamos en las series, mal llamadas “infantiles”, nos encontramos con un montón de héroes que sacan las tripas a sus oponentes porque se han metido con su chica. Los modelos de identificación son agresivos, prepotentes y triunfadores.

La tele-adicción aparece cuando el deseo por ver la televisión es sustituido por la necesidad absoluta. Como en otras adicciones, el sujeto no puede ejercer control sobre el impulso por ver la televisión y cuando no puede satisfacer esta necesidad patológica, se sentirá ansioso, irritable, sufrirá insomnio y también problemas digestivos, lo que constituye un claro síndrome de abstinencia. Los sujetos en edad escolar son los más susceptibles para caer en esta adicción y estén ciertas características personales que predisponen a ello, como falta de cultura en el contexto familiar y personal.

Enumeremos los efectos del “exceso” en los niños más pequeños

Son más agresivos, juegan a luchar y dar patadas porque han crecido con las artes marciales de los dibujos animados (mayormente dibujos japoneses). Los niños de 4 o 5 años no tienen capacidad critica, lo que ven en la televisión para ellos es la realidad. Ellos imitan lo que ven.

Pueden aparecer terrores nocturnos, pesadillas, miedo a apagar la luz, por las imágenes violentas que ven cuando aún no están preparados para asimilarlas. Tenemos que tener en cuenta que suelen ver la televisión cuando aun no saben hablar.

Pueden retrasar la aparición del lenguaje. El hemisferio cerebral es “el encargado” de las funciones verbales y ante la televisión se adormece, como vemos en el niño que por fin aparece tranquilo, con la boca entreabierta y la mirada muy fija, y por lo tanto recibiendo estímulos de naturaleza no verbal.

La televisión es un sistema de comunicaron unidireccional y esta privando al niño del maravilloso contacto que se produce, por ejemplo… cuando su madre le lee un cuento.

Sustituye al juego que para el niño implica un verdadero trabajo, puesto que mediante él desarrolla la imaginación, favorece la interrelación con otros niños, cuando el juego implica mas personas, y se le priva de lo que mas pueda gustarle: manipular, ensuciar, experimentar, curiosear, y aprender del entorno.

En niños de 8 a 12 años los problemas que

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