Adolescencia En Los Bordes

“ Adolescencia en los bordes. Problemáticas del adolescente en la sociedad actual.”

Quién sostiene la autoridad ,hoy?

Los chicos de hoy han dejado de ser considerados objetos de tutela para convertirse en sujetos de derechos. Los niños de hoy tienen derecho a expresar sus puntos de vista, mas allá de su edad.

Esta nueva concepción legal de la infancia supone un enorme cambio cultural. Transformándose así el universo familiar. La escuela y el entorno familiar habían sido los responsables de su formación. Pero hoy su formación se comparte con los medios masivos de comunicación. Hoy existen múltiples agentes de socialización. La sólida distancia jerárquica de adultos y niños empezó a tambalear. Redundando un nuevo tipo de relación entre los chicos y los adultos. Ante esto cambia el lugar de autoridad del adulto.

Muchas veces sentimos, frente a nuestros niños y adolescentes una gran distancia. Nos cuesta entenderlos, comprender lo que les pasa. Los vemos tan diferentes a como éramos nosotros a su misma edad que nos desconciertan.

“Lo que sucede es que hay tanto miedo de que los niños o adolescentes se sientan presionados que toda puesta de limites es vista como un abuso de autoridad. Entonces se opta por dejar que se las arreglen solos y los chicos quedan vacíos de pautas culturales” (Di Signi Obiols, 2006).

A partir de la segunda mitad de siglo XX el hombre pierde poder y autoridad. Deja de ser el modelo a imitar. En oposición a la cultura adulta, fue surgiendo una cultura adolescente que se definió por rebelión a todo lo que había instituido la cultura burguesa decimonónica. Para esta cultura adolescente, los jóvenes pasaron a ser los dioses, los modelos de si mismos y, progresivamente, de la sociedad en su conjunto. El mercado los descubrió y produjo para ellos.

Ser adulto ya no es un ideal. Adulto paso a ser sinónimo de viejo y desacreditado en un mundo que pone al joven sobre un pedestal. El cuerpo debía mantener la juventud eterna, la adolescencia que duraba pocos años se fue extendiendo.

En los años 60 y 70 la revolución sexual cambia al mundo occidental muy profundamente. La sexualidad se vio liberada de varias presiones. Los niños también fueron objeto de la desrepresion. Se difundió el concepto de trauma psíquico y la consigna fue no traumatizarlos para evitarles futuras neurosis. Los limites, las normas, fueron vistas como la expresión misma de esa coerción y, por lo tanto, debían ser evitadas.

Así aparecieron nuevos tipos de adultos con virtudes y defectos.

Los Adultos Tradicionales son aquellos que no innovan o lo hacen lo menos posible. Son conservadores, esta a contracorriente de sus hijos, le hacen culto a la formalidad y a la rutina. Poseen la ilusión de congelar el tiempo de manera de negar los cambios que atenten contra la estabilidad perfecta. Apuestan a la responsabilidad y esfuerzo. A menudo se manejan con una fachada formal y verticalista pero con fuertes contradicciones internas que producen conflictos en sus hijos.

Los Adultos Adolescentes de la última mitad de siglo son adultos por edad y experiencia pero no aceptan ubicarse en un lugar diferente respecto de los jóvenes, en lo que hace a responsabilizarse por ellos y ponerles límites. Han declarado su juventud eterna y la sostienen con: gimnasia, dietas, cirugías, cremas, camas solares, ropa en talles y moda estilo informal, jerga adolescente, viviendo en la noche o ganándose la vida de día y no perderse la fiesta de noche. Existe así un rechazo por ocupar el rol adulto. Estos adultos son llamados también adolescentotes o pendeviejos ya que reniegan de ser adultos. Ante sus hijos estos adultos aparecen como “no padres”: no a realizar sacrificios, no a poner límites, no a establecer cierto marco normativo. Estos hijos están más ocupados siguiendo las vicisitudes de las vidas de sus padres que viviendo la propia. Sirven de consejeros sentimentales de los padres, organizan la casa para los hermanitos menores. Quedan ubicados en el lugar vacante de adultos que sus padres no quieren llenar, pero así pierden la posibilidad de vivir su propia adolescencia. Lo que les cuesta es rebelarse: no hay contra que hacerlo.

Los Adultos Inseguros son aquellos que se preguntan constantemente que es ser adulto. Consumen consejos de profesionales y libros de autoayuda, en continua búsqueda de su rol. En la relación con los jóvenes manifiestan fuertes contradicciones, hasta desconcertarlos pasando del “compinchismo” al autoritarismo, de la charla informal al grito pelado en cuestión de minutos. Tienen fuertes conflictos con su poder y con su autoridad. Siente que las cosas se le van de las manos. Temen enojarse porque temen perder el amor de sus hijos. Son padres que pueden sufrir agresiones por parte de sus hijos. Se encuentran entre dos fuerzas: los padres que los sometieron y los hijos que los someten. Viven con un grado de estrés significativo. Los adolescentes encuentran en ellos las enormes brechas que dejan y se filtran por ellas.

Los Chicos de Hoy, del siglo XXI, crecieron con el televisor encendido. La adolescencia se prolonga cada vez mas, para esta generación saludar, pedir por favor, agradecer, pedir permiso resulta antiguo y se niegan a utilizar esas formalidades. La publicidad y el consumo han crecido con ellos y forman parte importante de sus vidas. La publicidad también los ubica en el lugar de modelo social.

“La adolescencia ha sido definida como una etapa de la vida propia de los sectores medios urbanos, identificable por un modo de vida, un modo de vestir, gustos musicales, un aspecto físico. Los sectores populares no tienen la posibilidad de disfrutarla. El trabajo, los embarazos prematuros, no permiten vivir esa moratoria; la falta de dinero no permite sostener la ilusión de ser eternamente jóvenes a los adultos pobres que envejecen prematuramente”.

La llamada cultura de la juventud en realidad es una cultura de gente que no es joven, pero que ha decidido disolver su adultez. La cultura de la noche excluye a los adultos, acepta a los “adultos adolescentes”. La cultura adolescente es amplia, todos tienen en común ser jóvenes y parecerlo, vivir la noche adscribiendo a alguna tribu urbana.

Un efecto importante que ha producido este cambio cultural fue el modificar la duración de las etapas de la vida.

Hoy en día la infancia se acorto, ya a los 8 -9 años los chicos comienzan a ser estimulados para adolescentizarse. La adolescencia se extiende desde la pubertad hasta un punto mal definido que puede llegar hasta los 30 o 35 años o no terminar nunca, porque ya no hay necesidad de salir de ella, ya que mantenerse joven es lo ideal.

La sociedad actual permite elegir, y una de la elecciones es la de parecer joven, ocultando lo feo y

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