Alberto Meranio
Enviado por lujota60 • 4 de Septiembre de 2011 • 524 Palabras (3 Páginas) • 1.022 Visitas
LA VIDA SEXUAL Y AMOROSA
Alberto MERANI, médico psiquiatra argentino “… fue a lo largo y ancho de su vida productiva un enamorado de la vida, un arqueólogo de los orígenes del psiquismo, un rastreador de los desenvolvimientos imbricados de las funciones mentales; en fin, un psicólogo genético, materialista y dialéctico, según gustaba decir.” Es fundador de la psicobíologia, el cual aborda el estudio del individuo desde una nueva perspectiva: el animal y humano.
El desarrollo tiene naturaleza dialéctica, lo sexual también. Merani parte de que la vida sexual y amorosa tiene dos distinciones claramente definidas a saber: una biológica y otra afectiva. El hombre y la mujer que se entrega a los brazos de su amado no solo entrega lo físico de su cuerpo sino también lo afectivo y ambos van a buscar recompensa de igual similitud, con la finalidad de aplacar su hambre sexual y su sed de ternura.
Sin embargo, cuando hay un quiebre entre lo biológico y lo psíquico, se produce en el hombre la neurosis, capaz de modificar el equilibrio del medio interno básico para la sinergia orgánica y la continuidad vital del ser.
El ser humano no es un accidente, sino una fase culminante de todo el orden natural. Como consecuencia de la evolución del hombre, y del desarrollo de su sistema nervioso, procede de este todo sentimiento, pensamiento, emoción, recuerdo, deseo, lenguaje o capacidad de aprender, de razonar y de investigar. Solo el hombre puede gestar la creatividad y la imaginación. Sólo él puede iluminar a la naturaleza con la luz del entendimiento y dirigir conscientemente su vida y sus actividades dentro de una armonía voluntaria con este orden, pues solamente él, de todos los seres visibles, posee la facultad de comprensión racional.
Dentro de esa facultad la palabra se convierte en una prolongación de sentimientos, afectos y emociones con la cual aumenta su poder. La palabra como consecuencia del desarrollo socio-cultural se convierte en un agente entre la necesidad biológica y la ofrecida por la realidad. La palabra amorosa suplanta a la caricia (acto físico), también va a reemplazar al olfato (como sentido sexual) por la señal verbal (por un “te quiero”). La palabra es un fuerte estimulo que en campo de los afectos, del amor puede desembocar en la erotización. Despertamos a la sexualidad en la edad púber con la maduración sexual biológica, pero también se da inicio al desarrollo sexual psíquico, que no siempre van de la mano logrando que la persona tenga ansiedad rompiendo su equilibrio interno y externo.
La mujer ha sido víctima desde el surgimiento de las sociedades, siempre jugando un papel de segundo orden, como carne frente a la sociedad y al hombre, y la hicieron tal carnal que la sometieron a todo tipo de vejámenes. Ninguna de las revoluciones científicas o sociales que encabezo el hombre le dio libertad. La mujer de estos tiempos
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