Alianza Terapéutica Conductista

Universidad Arturo Michelena

Facultad de Ciencias Económicas y Sociales

Escuela de Psicología

Sexto Semestre

Modificación de Conducta

Sección 1M

ALIANZA TERAPÉUTICA DESDE UN PUNTO DE VISTA CONDUCTISTA

Profesor                                                                                                                                                    Autor

Lcdo. Estefano Mobili                                             Angélica Rebelo   C. I. V-24.458.549

Febrero, 2020

     Teniendo como principal guía aquella aproximación gramatical y conceptual de lo que podría ser denominado conducta propuesta por Freixa i Baqué, Esteve (2003), la conducta sería en su parte más elemental la suma entre lo manifiesto y lo encubierto o mental, puesto que el hecho de tener la piel como división no exenta al fenómeno de convertirse en dos diferentes; de dicha forma las funciones mentales se incluirían en la categoría de conductas que, “antes de haber sido interiorizadas, transformadas en “mentales”, eran auténticas conductas motoras, públicas, manifiestas, externas. En otras palabras, los procesos “mentales” no forman parte de la explicación, sino de lo que debe ser explicado”.

     Así mismo, el autor antes mencionado propone que la ubicación de la conducta en sí no está en el organismo que la ejecuta solamente, sino que al ser posibles conjugarse como tales cuando se tornan verbos que indican acciones (y por lo tanto, conducta) tanto los procesos mentales como los físicos, se hace posible establecerlos dentro de una propiedad relacional, en la cual existe una interacción precedente que no es posible ubicarla en el sujeto, sino que simplemente es; “y es por ello que se expresa mediante un verbo, que designa acción, y no mediante un sustantivo (de sustancia, esencia) que designa un objeto con res extensa.” (Freixa i Baqué, Esteve (2003)).

     Bajo la perspectiva antes expuesta, es menester entonces cuestionar el papel de la alianza terapéutica dentro del marco conductista y el efecto que la misma puede tener en el paciente, puesto que al categorizar de una forma bastante amplia a la conducta como una o varias interacciones podría ser adecuado extrapolar que lo mismo puede ser equiparado a dicho proceso que se da durante la formación de la alianza y que propone a ésta como la clave para la efectividad el tratamiento psicológico y terapia en el paciente.

      Es por ello que resulta conveniente referirse a aquellos procesos antes mencionados que cumplen con el papel de impulsores en el cambio terapéutico; Froján Parga, M. (2011) realiza un compendio de estudios junto a otros autores que pretende dar respuesta a ello, analizando lo que considera cinco principales pilares de la terapia psicológica, siendo el primero un modelo terapéutico basado en el análisis funcional como herramienta única que es capaz de cubrir la explicación de la problemática presentada por el paciente, diseño y aplicación de técnicas de intervención que ayude al desarrollo de funcionalidades que resulten más adaptativas.

     En el segundo, se realiza un extensivo análisis de la conducta verbal expresada durante la interacción terapeuta-paciente, donde se toma aquello dicho como clínicamente relevante; esto, dado que en el contexto clínico es concebido como algo completamente natural en el cual es posible la aparición de los problemas que suceden en un contexto ajeno a este, promoviendo que la conducta aparecida en el mismo se puede mostrar de igual forma en cualquier otro contexto social, dando cabida al abordaje de la conducta objetivo de tratamiento en terapia al poder utilizar las distintas contingencias de reforzamiento y/o castigo.

...