Antecedentes sobre las Parafílias

Antecedentes sobre las Parafílias

La historia tiene mucho que decirnos sobre las parafílias. Recorriendo la literatura erótica de diferentes épocas vemos que lo nuevo es algo viejo, ya que las parafílias son tan antiguas como el hombre.

En la biblia, por ejemplo se menciona lo siguiente: “¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No erréis; ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones” (San Pablo, 65 d.C.)

Nos hablan de zoofilia: “Ni con ningún animal tendrás ayuntamiento amancillándote con él, ni mujer alguna se pondrá delante de animal para ayuntarse con él; es perversión” (Moisés, 2500 a.C.) Es decir, las parafílias y variantes sexuales no son problemas nuevos para el ser humano.

Durante el acto sexual las mujeres experimentan mucho menos placer que los hombres, pero lo sienten durante más tiempo. Si los hombres sienten un placer más intenso, se debe a que su descarga es más brusca y provocada por una excitación más aguda que la experimentada por las mujeres (Hipócrates, 350 a.C.)

Varios siglos después llegamos a la Época Victoriana, que es el periodo definido como una variación en las sensibilidades y asuntos políticos que han sido asociados con los victorianos que comienza realmente con la promulgación del Acta de Reforma de 1832, en ésta época, los estados modernos consideraban que gobernar era como el juego de los placeres, considerándolo patológico y ridículo según escritos de la época todo lo que se alejara de la procreación y la felicidad del matrimonio, asociándose a la enfermedad la muerte y el placer absoluto: el verdadero paradigma de la perversión en la época era la homosexualidad y sobretodo la masturbación, la masturbación en mujeres, ya que en esa época cuando la mujer tenía problemas hormonales, la enfermedad la llamaban histeria femenina, la cual no tenía remedio y solo podía ser aminorada por medio de masajes de clítoris (equivalentes a lo que hoy en día reconocemos como masturbación

50 años después, en Alemania se publica el manual Clásico de Doctrina Erótica, Karl Forberg, que refiere una gran variedad de comportamientos sexuales.

El comportamiento sexual humano, según sus cuatro objetos posibles: 1. uno mismo, 2. el otro sexo, 3. el mismo sexo y 4. animal (Humboldt)

Para 1843, el médico ruso Heinrich Kaan, en su libro Psicopatías Sexuales, plantea una clasificación de enfermedades mentales sexuales. Se comienzan a utilizar términos como “desviación”, “aberración” y “perversión”.

“El sexo como la religión le dan al arte el medio para expresarse. Ambos, la religión y el sexo, juegan a crear situaciones extrañas, estimulan la imaginación de las mentes creadoras, fundamentan las composiciones, despiertan la sensualidad” (Krafft-Ebing 1886 p. 237)

Magnus Hirschfeld(1919), sostenía que la homosexualidad no podía ser considerada como una enfermedad, sino que formaba parte de lo que denominaba “escalones intermedios entre el hombre completo y la mujer completa”.

Así llegamos a Sigmund Freud, Freud sugiere que las perversiones no eran una exclusiva propiedad de minorías enfermas, sino propiedad común de todos.

En uno de los artículos que analicé sobre las parafílias en universitarios, realizado por Elena Cañizo Gómez y Fernando Salinas Quiroz en Diciembre del 2010 se encontró que muchas parafílias son las que se practicaban en el pasado, y que ahora dependen del sexo, edad, universidad, si tienen pareja o no.

Lo básico sobre las parafílias

Hay diversos tipos de parafílias en el mundo de hoy, unas son muy conocidas o aceptadas por la sociedad y otras son poco aceptadas moralmente o desconocidas. Una de las parafílias más comunes hoy en día y vista mucho en México es la pedofilia, en el país se ha visto en lo que sería la religión católica, en donde varios sacerdotes se han visto parte de algún escándalo sexual. Según la cuarta edición revisada del “Manual de estadística y diagnostico de enfermedades mentales” publicado por la APA, en EUA basados en 3022 casos, se identifica como el deseo o la fantasía y el acto de tener relaciones sexuales con un niño o niña joven. Hay gente que debido a esto va a prisión, o a psiquiátricos en donde lo que se busca es tratar de reingresarlo a la sociedad, pero sigue habiendo un alto índice de reincidencia, el 20% de los criminales sexuales reinciden (Lósela 2002; Quinsey, Rice y Harris 1995) aunque el promedio general de reincidencia delictiva, aunque no sea sexual es del 50%. En cuanto a otras parafilias que son reconocidas por su extravagancia una de ellas es la necrofilia, la cual se presenta cuando hay una atracción sexual hacia cadáveres, al punto de tener relaciones sexuales con ellos, esto no solo es de cadáveres, también se habla del ámbito de necrofilia cuando se tiene relaciones sexuales con gente en estado de coma, otro crimen que esta penalizado en el país, debido a que hay casos de clínicas del seguro social en el cual se ha denunciado que cuidadores, o enfermeras han intercambiado a sus pacientes en estado de coma por dinero a gente que puede tener relaciones sexuales con ellos. Estas dos parafilias sexuales se le atribuyen a una juventud o una niñez con grandes problemas y serios problemas de autoestima, según la APA, una gran cantidad de los casos de parafilias sexuales de este tipo se deben a abusos sexuales durante la niñez, aunque no está comprobado, debido a que no todos los casos han sido gente violada de niñez, tal es el caso de Henri Blot, quien en 1886 fue acusado de usurpación de un ataúd, en el cementerio Saint Ouen y cuando el juez le pidió su veredicto sus palabras fueron “cada quien tiene sus pasiones, la mía son los cadáveres”. Al haber una parafilia o un fetiche serio durante la juventud se puede convertir en algo más serio en un futuro, es por ello que es mejor prevenir. Otra parafilia conocida hoy en día es la zoofilia, la cual al principio no fue mal vista ya que mucha mitología y fenomenología de las culturas la consideraba debido a que en sus historias se encuentra mucho para explicar diversas situaciones, incluso en el DSM-III-R de 1987 la parafilia de zoofilia era considerada como no especifica, ya que no afectaba en si a la personalidad del sujeto, ya que no tenía conflictos, ni agresiones con humanos. La zoofilia consiste en el acto sexual con animales, y aunque en el país no es considerada como delito, para algunas religiones, entre ellas la católica, lo es, en libros como “El evangelio según Jesucristo” del escritor José Saramago, hay un pasaje que en el cual un pastor esta con Jesús, quien al confesarle que aún seguía siendo casto, le sugiere que tome una oveja para perder su

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