Análisis Psicológico De La Película "Atrapado Sin Salida".
Enviado por Jerssair21 • 22 de Noviembre de 2014 • 1.540 Palabras (7 Páginas) • 1.743 Visitas
Análisis Psicológico de la película “Atrapado Sin Salida”.
R.P. McMurphy, es un hombre, adulto, de apariencia normal, con vestuario informal y adecuado para la época en la que se desarrolla la película (1963), y que a pesar de estar en un hospital psiquiátrico, utiliza la mayor parte del tiempo su ropa; tiene una buena apariencia personal y se observa aseado, a diferencia de los demás pacientes, que se tornan descuidados y enfermos. En el trascurso de la película, su aspecto personal se va deteriorando, descuidando su apariencia general y observándose cada vez más cansado y enfermo.
Se encuentra alerta y es capaz de responder adecuadamente a los estímulos del ambiente (inclusive después de los electrochoques) pudiendo crear sus planes de fuga con todos los recursos que capta de su medio. No obstante y por obvias razones, su alerta se pierde luego de la lobotomía, ya que no responde al llamado ni a los movimientos, y queda en duda si respondería a estímulos dolorosos.
Establece un adecuado contacto visual con las demás personas, pero tiende a perderlo en las entrevistas, quizá por desinterés; luego de la lobotomía, pierde dicho contacto, al perder la conexión con el medio externo.
La actitud de McMurphy frente a sus compañeros es de amistad, aunque a veces tiende al egoísmo; con respecto a la enfermera, la actitud es básicamente de odio y agresividad.
En cuanto a su conducta motora, se puede decir que es adecuada y no presenta movimientos involuntarios; coordina adecuadamente sus movimientos y tiene una actitud postural normal. Luego de la lobotomía, debido a la pérdida de la función ejecutiva, no realiza movimientos voluntarios, aunque su aparato motor esté conservado ya que camina con los enfermeros.
R.P. al llegar al hospital se encuentra ubicado en persona, tiempo y espacio; y en cuanto a su afecto, se observa eutímico, aunque su estado en muchas ocasiones es eufórico, expresando éste afecto a través de su gestos y movimientos corporales más enérgicos y por medio de expresiones verbales; en dichos momentos pareciera vivir una fiesta interior, queriendo celebrarlo todo e intentando contagiar a los demás con su alegría, aunque ésta empieza a declinar con el paso de los días, al darse cuenta de que la situación en la que se encuentra no es un juego, sino una realidad, que además busca aplacar su euforia; por tal motivo, al final de la película se observa con hipotimia, desesperanza y preocupación.
Además, suele tornarse irritable, especialmente cuando los demás no hacen las cosas como él desea y tiende también a involucrarse en peleas. Vale resaltar, que dentro de los motivos que lo hicieron encarcelar y posteriormente hospitalizar, está su historia repetitiva de agresividad, que se precipita de manera exagerada frente a ciertos actos de la enfermera.
Su atención es adecuada (euprosexia), de modo tal que es capaz de establecer una apropiada conexión con el medio ambiente y puede elegir del mismo los estímulos relevantes, de hecho, tiene una gran capacidad para seleccionar los elementos que más le interesan, como ocurre cuando desea escapar.
Cabe resaltar que durante las entrevistas con el señor que lleva su caso y durante las terapias, se muestra algo desconcentrado, cambiando el tema de conversación y evitando el contacto visual con los interlocutores, pero más que tratarse de disprosexia considero que es desinterés en los temas desarrollados, a lo que se le suma su tendencia a aburrirse con facilidad. Con respecto a éste último punto, McMurphy busca constantemente algo en que distraerse, se aburre en la monotonía y necesita actividades enérgicas para sentirse bien (ver fútbol, ir a pescar, hacer fiestas, etc.) y en ocasiones no le importan las consecuencias, sólo complacer sus deseos.
R.P. tiene un pensamiento con contenido adecuado y en cuanto a su curso, se puede decir que maneja un lenguaje fluido, claro y coherente, aunque en ocasiones tiende a la irrelevancia (especialmente al dialogar con las figuras de autoridad), pero se debe más a su egocentrismo, su desinterés y deseos de “disgustar” a ciertas personas que a un trastorno verdadero del lenguaje, ya que si se le presiona, puede comunicarse adecuadamente, tal como lo hace con sus compañeros.
En cuanto a la sensopercepción, R.P. no presenta ninguna alteración evidente y con respecto a su memoria, tanto anterógrada como retrógrada están conservadas.
Por otro lado, se puede decir que es una persona inteligente, lo cual se deduce de su comportamiento e ideas, ya que planeaba sus huidas de manera adecuada, emplea de
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