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Apoyo social percibido y conductas alimentarias en estudiantes


Enviado por   •  10 de Julio de 2024  •  Tarea  •  10.714 Palabras (43 Páginas)  •  48 Visitas

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UNIVERSIDAD PRIVADA DE TACNA[pic 1]

FACULTAD DE EDUCACIÓN, CIENCIAS DE LA COMUNICACIÓN Y HUMANIDADES

ESCUELA PROFESIONAL DE HUMANIDADES

[pic 2]

APOYO SOCIAL PERCIBIDO  Y CONDUCTAS ALIMENTARIAS EN ESTUDIANTES DE PRIMEROS CICLOS DE LA CARRERA PROFESIONAL DE INGENIERÍA CIVIL DE LA UNIVERSIDAD PRIVADA DE TACNA, 2024.

Plan de tesis presentado por:

Joseph Jaick Flores Medrano

TACNA – PERÚ

2024


Plan de Tesis

  1. Datos Generales

1.1.1. Título del Plan de Tesis

        Apoyo social percibido y conductas alimentarias en estudiantes de los primeros ciclos de la carrera profesional de ingeniería civil de la Universidad Privada de Tacna, 2024.        

1.1.2. Autor

        Flores Medrano, Joseph Jaick.

1.1.3. Línea y sub Línea de Investigación

        1.1.3.1. Línea de Investigación. Medición de las condiciones de vida psicológica, social y cultural de la comunidad regional.

        1.3.3.2. Sub línea de Investigación. Salud y prevención.

1.2. El Problema

1.2.1. Planteamiento del Problema

Las conductas alimentarias entre la población juvenil continúan siendo un tema relevante en salud pública, dado su impacto significativo en el bienestar físico y psicológico de quienes las experimentan. Problemas como la bulimia, la adopción de dietas inapropiadas y la falta de control sobre la ingesta de alimentos son especialmente preocupantes entre los jóvenes, dado que pueden tener consecuencias graves para su salud integral. Esto subraya la necesidad urgente de implementar intervenciones y programas educativos efectivos dirigidos específicamente a este grupo demográfico.

Según Gaete & López (2020) los trastornos alimenticios afectan principalmente a adolescentes y mujeres jóvenes. Se ha notado un aumento de estos problemas en países en desarrollo.

Los Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA) entre los jóvenes mexicanos son un problema significativo de salud pública que está generando cada vez más preocupación. Diversos estudios y reportes de organizaciones relevantes han documentado un aumento en la frecuencia de los TCA durante la última década, destacando los graves riesgos que estos trastornos representan para la salud tanto física como mental de los adolescentes y jóvenes.

En una investigación llevada a cabo en México, Valencia-Niño de Rivera et al. (2018) encontraron que los niños y adolescentes desarrollan sus preferencias por ciertos alimentos consumidos en la escuela, influenciados significativamente por el ambiente familiar. Durante este proceso, la educación nutricional impartida en las escuelas y por otros agentes también juega un papel crucial.

En un estudio que analiza la evolución de la prevalencia de comportamientos alimentarios de riesgo (CAR) en jóvenes mexicanos desde 2006 hasta 2018, se observó que la prevalencia de CAR normativos aumentó del 11.9% al 15.7%, mientras que la de CAR no normativos aumentó del 12.1% al 21.9% durante este periodo. Estos comportamientos fueron más comunes en mujeres, en adolescentes con sobrepeso u obesidad, pertenecientes a estratos socioeconómicos más altos y residentes en áreas urbanas (Villalobos et al., 2020).

De acuerdo con la Secretaría de Salud [SSA] (2020) en México, la alta prevalencia de obesidad plantea una paradoja, ya que coexiste con una fuerte presión social hacia la delgadez, lo cual podría incrementar el riesgo de Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA). Esta presión social, influenciada por los medios de comunicación y la cultura de la dieta, es un factor que favorece la aparición de TCA en el país. Además, las dinámicas disfuncionales familiares, la falta de comunicación y los conflictos entre padres e hijos también pueden aumentar el riesgo de desarrollar TCA en los adolescentes mexicanos.

Estudios de Sáez-Opazo et al.(2023) se ha realizado un análisis en Chile sobre las conductas alimentarias de riesgo durante la crisis de COVID-19, se detectó en adultos de las comunas de Chillán y Chillán Viejo una proporción sobresaliente a la registrada en los estudios previos. Las causas relacionadas con los Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA) observados fueron consistentes con las expectativas.

Por otro lado, España enfrenta una alta prevalencia de obesidad, lo que crea una paradoja donde la presión social por la delgadez convive con problemas de sobrepeso. Esta situación podría incrementar el riesgo de desarrollar Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA).

De acuerdo con Loria-Kohen et al. (2021) la educación nutricional (EN) en España desempeña un rol crucial en el tratamiento de los trastornos de la conducta alimentaria (TCA), facilitando que los pacientes modifiquen sus actitudes y hábitos relacionados con la alimentación, superen sus temores y adopten patrones alimentarios saludables, lo cual favorece su recuperación nutricional. Sin embargo, existe falta de consenso y estandarización en cuanto a los métodos para llevar a cabo esta educación. Es fundamental implementar programas educativos en escuelas y comunidades españolas que promuevan una imagen corporal positiva, estilos de vida saludables y la detección temprana de los TCA entre los jóvenes.

Las conductas alimentarias en el Perú son complejas y requieren una atención constante por parte de las autoridades y la sociedad en su conjunto. Las guías alimentarias y los esfuerzos para abordar la inseguridad alimentaria son pasos cruciales hacia una mejor salud nutricional en el país. Según los datos recopilados, se estima que la anorexia afecta gravemente al 5% de los adolescentes peruanos, lo cual subraya la necesidad de un apoyo multidisciplinario y familiar para superar esta condición. Es fundamental llevar a cabo un tratamiento psicológico, incluyendo terapia individual centrada en la autoestima, la gestión de pensamientos distorsionados y el manejo emocional del paciente. La terapia familiar también juega un papel crucial, reconociendo el hogar como un componente vital en el proceso de recuperación. Además, existe una presión social y cultural que fomenta ciertos estándares de belleza y delgadez, contribuyendo al desarrollo de trastornos alimentarios en la población peruana. La publicidad, los medios de comunicación y la influencia de las redes sociales desempeñan roles significativos en la perpetuación de estos ideales de belleza inalcanzables para muchas personas. Por otro lado, la situación económica también influye en las conductas alimentarias de la población, ya que el acceso desigual a una alimentación saludable puede resultar en patrones restrictivos o atracones compulsivos, especialmente entre los grupos socioeconómicos más vulnerables. Para abordar esta problemática de manera efectiva, es crucial implementar políticas públicas que fomenten la educación nutricional y previenen los trastornos alimentarios desde temprana edad. Asimismo, es necesario garantizar un acceso equitativo a servicios de salud mental y nutrición en todo el país. Campañas de sensibilización dirigidas a la población general, con especial atención en adolescentes y jóvenes, son esenciales para aumentar la conciencia sobre los trastornos alimentarios y promover hábitos alimentarios saludables en el Perú (EsSalud, 2022).

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