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Aspectos psicológicos y psiquiátricos del adulto mayor


Enviado por   •  22 de Octubre de 2012  •  Tesis  •  6.311 Palabras (26 Páginas)  •  729 Visitas

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Aspectos psicológicos y psiquiátricos del adulto mayor

Se ha logrado un avance en la esperanza de vida del ser humano que la ha prolongado más años, en especial en donde las condiciones de salud se han elevado, conjuntamente con ambientes más propicios y los estilos sanos de vida. Claro que sin olvidar que la genética también influye (1).

El conocimiento en Occidente, bajo los patrones de la ciencia en su conjunto, ha colaborado en obtener logros conceptuales con relación a las últimas etapas de la vida del ser humano que conocemos como viejo, anciano, o persona de edad. Así, se habla de la tercera y cuarta edad, la vejez, la ancianidad, la edad en plenitud, la senilidad, de la senescencia, etc.. (1).

La vejez, vista como cualidad, cada vez se aleja de términos que la deshumanizan. En tal sentido debemos diferenciar palabras que identifican diferentes aspectos y representan diferentes repercusiones. Por ejemplo, senectud referida esencialmente a procesos biológicos y senilidad a procesos psicológicos (1).

También, las expectativas de más años de vida de la población han aumentado de vida en muchos países desde hace tiempo y México no es la excepción. El CONAPO nos dice que la esperanza de vida de los mexicanos es de actual de 75.3 años, aumentará a 78.1 años en 2010 y a 83.7 en 2050. Es decir, que para 2010 serán casi 7 millones de adultos de más de 65 años, para 2020, 11 millones y para 2050 32.43 millones (2, 3) .

Con el proceso de especialización que caracteriza a la modernidad, se construye un campo específico y múltiple de conocimiento que desde los organismos mundiales ubican a esta población entre los 60 o más años. En México hemos tenido como problemas que se le denomina generalmente “tercera edad” cuando ésta correspondería realmente al climaterio y la cuarta es para los adultos mayores, o se le pone nombres románticos como “plenitud o años dorados” a partir de los 60 años, que se alejan de la ciencia y de la verdad, en la que debemos educarnos desde pequeños. El desarrollo, que incluye a la vejez, y la muerte, son inevitables. Además, ha habido negligencia al preparar una estructura para proveer servicios y soporte para los adultos mayores quienes pronto ocuparán una tercera parte de la población pues nuestra pirámide de población e irá envejeciendo (3) Y para colmo los proyectos de jubilación que existían no pudieron ser llevados a cabo por falta de financiamiento para la cantidad de personas que ahora viven más años y la enorme cantidad de adultos mayores que no les alcanza su jubilación o que simplemente carecen de dicho apoyo (4).

Así mismo, en nuestro país (como en muchos otros, principalmente los occidentales) se vive la ambivalencia de haber atesorado como gran valor a la juventud, la casi desintegración de la familia extensa, dejando más espacio a la nuclear, en donde se dejan fuera a los “abuelos”, quienes antes convivían diariamente con todos los miembros de la familia de diferentes edades, lo cual los estimulaba afectiva e intelectualmente; dándose que a su vez funcionaban como maestros de las siguientes generaciones que aprovechaban su sabiduría. No se necesitaba casi de asilos para ancianos (3).

En nuestra sociedad está presente lo que algunos autores llaman “Paradigma del Cuerpo Joven” (5) en donde el tipo de sociedad imperante hace cada vez más difícil la vida familiar de convivencia de tres generaciones. A esto se añade la preferencia casi obsesiva de nuestros medios publicitarios por el cuerpo joven como ideal estético: joven, bonito, muy delgado y desde luego muy lejos de lo que puedan ser canas, arrugas y otros defectos del cuerpo viejo. Es lógico que en un ambiente así, el hombre y la mujer de edad sientan que ya no tienen que ofrecer.

Actualmente se vive en medio de la influencia de los medios de la comunicación masiva que alaban a la juventud y olvidan “poner en la fotografía familiar” a los abuelos y darles su lugar como “los maestros”, “los sabios”, quienes pueden brindar su experiencia. Así podemos recordar al personaje de García Márquez (6): Juvenal Urbino en donde refiere a las costumbres de su época versus las inconveniencias de “la modernidad”. o Jeremías de Saint-Amour, un cristiano a la antigua que consideraba que la vejez era un “estado indecente” que debía impedirse a tiempo.....

El Instituto Nacional de Apoyo a los Adultos Mayores en México, ubica al Adulto de la “Tercera edad” a los 60 años pero algunos beneficios de ayuda económica se dan en la Ciudad de México hasta los 70 años (7). Helga Arce (8), de la Universidad de la Concepción en Chile ( Apsique Internet. 2005) ubica a la vejez a los 75 años y la Organización Panamericana de la Salud (9,10) la ubica a partir de los 65 años y decidió denominarla “Adulto Mayor” que abarca una visión integral, interdisciplinaria y holística.

Sin embargo, no todos los seres humanos crecen, se desarrollan y envejecen en forma similar, ni en cuanto a morfología ni en cuanto a función se refiere. Basado en lo anterior se habla de:

- Edad Cronológica, determinada en función del tiempo transcurrido desde el nacimiento, medido por los años, meses, días.

- Edad Biológica, corresponde al estado funcional de los órganos de nuestra economía comparados con patrones estándar establecido para cada edad o grupo de edades.

- Edad funcional, expresa la capacidad de mantener los roles personales y la integración social del individuo en la comunidad.

Así podemos ver personas relativamente jóvenes muy “envejecidas” o por el contrario personas de edad más avanzada con actitudes, actividades y pensamientos aún joviales que se reflejan en su apariencia física.

La teoría psicológica del envejecimiento se caracteriza por los cambios conductuales que se relacionan con las influencias ambientales que influyen y se reflejan positiva o negativamente en los adultos mayores. Cada persona mayor es un individuo al cual cada experiencia vital y cada modificación en su entorno ejerce un efecto sobre ella.

Por ello, la actitud de la sociedad ante los adultos mayores y los familiares y amigos en especial, influyen en cómo se conceptualiza la persona y con ello, cómo vive sus últimos años de vida. La vejez, más que un problema de salud pública es uno de carácter social y como tal debe ser encarado. (9, 10, 11).

Después de los 65 años, el individuo vive una etapa normal del desarrollo, los principales problemas que enfrentan los adultos mayores son los que les creamos a través de la política y la economía que afectan su estatus en mayor grado que el envejecimiento en sí. Los grupos claves en

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