Autoconcepto ¿Quién Soy?
Enviado por 56533316 • 2 de Noviembre de 2013 • 1.413 Palabras (6 Páginas) • 322 Visitas
Al terminar la pregunta de “Soy…” uno puede tener una idea complementaria de su autoconcepto, así mismo poseer sus esquemas de yo: patrones mentales con los que organizamos nuestro entorno e influyen en nuestro modo de organizar la información social. Esto quiere decir que influye cómo uno interacciona, razona, almacena y actúa; ayuda a catalogar experiencias.
Es en la memoria donde repercute la definición o el concepto que uno tiene de sí, efecto de referencia es el nombre practico de como alguien almacena y recuerda la información o datos relevantes y trascendentes, almacenándolo rápida y coherentemente. Sencillo es, procesamos los datos que mejor nos describen mucho más rápido que si los usaran para describir a otros. Nuestros recuerdos se construyen a partir de nuestros intereses.
El efecto de autorreferencia sobreestima el grado de atención de terceras personas hacia nosotros debido a nuestro sentido del yo, nos creemos el centro de atención. Un ejemplo notorio es cuando nos comparamos con otras personas si están o fueron juzgadas por sus hechos o trabajos; si estamos centrados en el yo sentimos que los demás nos evalúan y catalogan. Al ser conscientes de nuestro sentir se suele vivir bajo la ilusión de transparencia. Esto es, cuanto más consientes estamos de nosotros mismos mayor es dicha ilusión.
Como ya se mencionó, las respuestas a la pregunta “Soy…” dan pauta al autoconcepto, pero, ¿Qué significa el concepto de yo? Una pista clara puede ser el individualismo que se denoto a inicios del siglo XX en occidente como la voz de la cultura popular, valerse de uno mismo. Esto, como se sobreentiende, ocurre en países desarrollados; cuando se florece entre riquezas, entre urbanismo y medios de comunicación masivos, existen muchas formas de individualismo, pero su característica es el bienestar y felicidad propio. Ejemplo los adolescentes se desprenden de los padres para resalar la identidad independiente, depender de uno para uno.
Sin embargo, en países orientales, en América central y del sur (países tercermundistas o en vías de desarrollo) prevalece el colectivismo. Aquel que Shinobu Kitayama y Hazel Markus lo catalogan como identidad interdependiente; la gente es más crítica de su persona y lo que menos necesita son opiniones buenas de sí misma. La identidad se define tomando en cuenta el grupo al que se pertenece. De igual modo aquellos que pertenecen al colectivismo son capaces de concluir la pregunta “Soy…” más rápido que aquellos basados en el individualismo. Supongamos, propone el texto, que un integrante colectivista es separado del grupo y mandado a un país individualista, ocurre que se perdería todos los lazos sociales que denotan su yo, quienes son.
☺ Visión del yo independiente. ☺ Versión del yo interdependiente.
Independiente. Interdependiente.
El yo es De uno mismo, personal, se marca por las intenciones y preferencias propias. Social o grupal, se toman en cuenta las voces del conjunto.
Lo que importa Yo: realizaciones, mi profesión, mis derechos. Nosotros: Metas grupales, respeto y solidaridad.
No acepta La conformidad. El narcisismo.
Ejemplo “Primero yo, después yo y hasta el último…yo”. “No se soportara la benevolencia”.
Culturas que lo respaldan Occidentales individualistas. Terceros mundos colectivistas.
La autoestima en los sistemas colectivistas está extremadamente ligada con lo que otros piensan de uno y de otros grupos. Por el contrario, la valoración personal en el sistema individualista; los valores ajenos, las emociones, sentimientos e ideologías importan menos. Un claro ejemplo, si a alguien le amenazan sus derechos o su identidad personal se sentirá enojado y molesto
Valorando el sentimiento de positividad, los pertenecientes al colectivismo opinan que la felicidad proviene del entorno, de la relación social positiva, del sentimiento de pertenecer a un grupo, que se recibe compañerismo y respeto. Para algunos occidentales (individualismo) dicho sentimiento proviene de la superación, del sentir orgulloso, superior, eficaz y sobresaliente.
Diversos estudios han demostrado o plasmado que la gente interpreta mal sus propios pensamientos. Tal fue el ejemplo de Richard Nisbett y Stanley Schachter en 1966 cuando pidieron a alumnos de la Universidad de Columbia resistir una serie de descargas eléctricas, algunos, bajo el efecto de una píldora que ocasionaría los mismos efectos que las descargas. El resultado con aquellas personas que recibieron la dosis fue más alarmante porque insistirán que las descargas, que crecían en intensidad, fueron más fuertes ya que se habían olvidado de la
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