BASES NEUROBIOLÓGICAS DEL DESARROLLO DEL LENGUAJE

Redes Funcionales Cognitivas

Como resultado de una combinación de características de las distintas regiones del cerebro se pueden distinguir tres áreas corticales, las primarias que son las de proyección simple sensorial o motriz, las secundarias que son aquellas que corresponden con la corteza premotora y la corteza asociativa sensorial unimodal adyacente a las áreas primarias, y las terciarias que son las de asociación plurimodal y la corteza prefrontal. Estas áreas poseen algunas conexiones que son específicas entre ellas.

Luria propuso un modelo que puede resumir el funcionalismo neurocognitivo, plantea una sistematización de la actividad cerebral superior en tres bloques funcionales. Las estructuras centroencefálicas y límbicas constituían el primer bloque funcional y se encargaban de la vigilia, la direccionalidad y la selectividad cognitiva y fijación de los contenidos de aprendizaje. Las áreas posrolándicas constituían el segundo bloque funcional que se encargaba de la recepción e integración de las percepciones; el tercer bloque funcional que estaba constituido por la corteza prerolándica se encargaba de la planificación, la decisión y el control de las respuestas adaptativas.

Se han postulado, después, algunos esquemas funcionales cerebrales según los cuales la cognición y el comportamiento están asentados sobre unas “redes” neuronales interconectadas en donde se muestra que la textura de la actividad mental está caracterizada por una flexibilidad casi infinita pues los problemas cognitivos no serían resueltos por una progresión secuencial jerárguica hacia metas predeterminadas sino mediante una consideración simultánea de las múltiples posibilidades y a la vez limitaciones para llegar a la satisfactoria solución.

En la actualidad, se concibe que cada área cortical asociativa contiene el sustrato neural de los componentes de diversas funciones complejas. Muchas manifestaciones cognitivas comportamentales patológicos por déficit muestran la participación de todos los componentes de las distintas redes en las que interviene el componente dañado.

En los sistemas funcionales complejos participan también estructuras mesiales (sistema límbico, área motriz suplementaria) y estructuras subcorticales (tálamo y ganglios basales) lo que le hacen tener un aspecto espacial tridimensional del que se derivan los modelos actuales que combinan el proceso jerárquico secuencias y procesos paralelo.

Cerebro y Lenguaje

Las funciones formales del lenguaje tienen su asiento neural sobre una extensa porción del córtex perisilviano primario, secundario y terciarios del hemisferio cerebral izquierdo en el 87% de los seres humanos, un 8% asienta su lenguaje sobre el hemisferio derecho y solo un 5% lo hacen de manera repartida entre los dos hemisferios. A las regiones perisilvianas del hemisferio derecho conciernen las funciones supraformales de prosodia y de adecuación comunicativa.

Para el lenguaje escrito se requiere también el funcionalismo de la corteza calcarina y de sus áreas adyacentes secundarias de asociación visual. Ahora, el proceso del lenguaje oral requiere de estructuras neurales como:

- Las vías terminales

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