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"BREVE REPASO DE LA LOCURA


Enviado por   •  20 de Octubre de 2014  •  6.794 Palabras (28 Páginas)  •  1.493 Visitas

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“BREVE REPASO DE LA LOCURA

A LO LARGO DE LA HISTORIA”

"El que lucha con monstruos, debe tener cuidado de no convertirse a su

vez en monstruo. Si miras durante mucho tiempo al fondo del abismo, el

abismo terminará por entrar en tí"

(Nietzsche).

"Sólo enfermando al vecino, es como uno se convence de su propia

salud".

(Dostoievsky)

ESTEFANÍA LUIS MARTÍN

- SOCIOLOGÍA-

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1. INTRODUCCIÓN.

Desde los tiempos más remotos se han atribuido causas sobrenaturales a las

enfermedades mentales. Su estudio científico no comenzó hasta muy recientemente. Y

con ello el alivio de los "locos".

Una piedra en la cabeza, una condena del alma, una posesión diabólica, un

encantamiento, un delito, una conducta antisocial, un vicio... todas estas cosas han

definido a la locura a lo largo de la historia y, sorprendentemente, algunos de estos

calificativos han perdurado hasta hace bien poco. De hecho su consideración como

enfermedad o deterioro es relativamente novedoso, durante la mayor parte de la historia

de la humanidad y en la mayoría de las civilizaciones, a los trastornos psíquicos se les

ha considerado una condena; a los enfermos, culpables; y a los encargados de su

atención, inquisidores, cuya misión era librar a la sociedad del mal.

2. DESDE LA PREHISTORIA HASTA LA ETAPA CLÁSICA (GRECIA Y

ROMA).

Precisamente, el origen del estudio de la locura está íntimamente ligado a la religión. Ya

el hombre primitivo atribuyó una causa sobrenatural a la enfermedad mental, lo cual no

le privó de abordar cierto enfoque terapéutico. Se han encontrado cráneos trepanados de

hace más de 10.000 años pertenecientes al neolítico europeo que demuestran que ya

entonces la curiosidad humana identificaba la cabeza como la caja que albergaba los

secretos de la conducta trastornada. Este tipo de evidencias se han encontrado con

especial profusión en las Islas Canarias, el Norte de África y Rusia.

También se han hallado restos de prácticas similares en Perú y en Bolivia que

demuestran un alto conocimiento médico y una gran osadía a la hora de afrontar los

comportamientos patológicos. En muchos casos, el cráneo mostraba evidentes huellas

de haber sobrevivido a una confrontación física, por lo que los paleontólogos opinan

que la operación tenía como objetivo liberar al paciente de alguna presión traumática

que afectaba a su conducta.

"Es muy posible que entre los pueblos precolombinos de Perú y Bolivia las

trepanaciones se practicaran con la idea de que un espíritu maligno había poseído al

paciente, lo que causaba su demencia. Por ello, se abría un agujero en el cráneo para

permitir la salida del agente dañino". Lo más sorprendente es que en muchos casos el

resultado de la operación era satisfactorio. En gran número de cráneos se han hallado

huellas de cicatrización y de curación de la herida infligida, lo que demuestra que el

paciente sobrevivió.

La intención de exorcizar al demente no es, ni mucho menos, exclusiva de aquellas

culturas. En las antiguas civilizaciones como la hebrea, griega, china y egipcia también

hallamos testimonios de prácticas para combatir los espíritus de ciertas personas cuyo

comportamiento no se correspondía con el de la mayoría de la población. La única

forma de afrontar la locura era expulsando a los demonios del cuerpo.

3. ETAPA CLÁSICA: GRECIA Y ROMA.

Tanto desde el punto de vista popular como desde la práctica médica, la concepción de

la locura como un fenómeno extranatural se mantiene hasta Hipócrates (460-377 a.C.).

El gran pionero griego de la fisiología señaló por primera vez un posible origen natural

de los trastornos mentales basándose en la idea de que toda enfermedad tiene su origen

en el desequilibrio entre los cuatro humores corporales: sangre, bilis negra, bilis

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amarilla y flema. Hipócrates es, además, autor de la primera clasificación psicológica de

los temperamentos (colérico, sanguíneo, melancólico o flemático) e incluso llegó a

diferenciar tres categorías de trastorno mental: manía, melancolía y frenitis, ideas que

perduraron casi inalteradas hasta el final de la civilización grecorromana.

La principal aportación hipocrática al conocimiento de la locura consistió en vincular

directamente el mal mental a las enfermedades del cuerpo. Sin embargo, en la Grecia

clásica ya empiezan a describirse trastornos cuya dimensión es claramente psicológica.

Estos problemas relacionados con el comportamiento recibían un tratamiento emocional

específico que se centraba, en gran medida, en la relación entre el enfermo y la persona

que lo atendía.

El teatro desempeñaba un papel fundamental en estas terapias, ya que se le atribuía una

función purificadora o catártica en cuanto que servía de representación de las pasiones

del público. Los sofistas llegaron más lejos y propusieron el diálogo y la lectura como

"medicinas del alma" e incluso desarrollaron un "arte de aliviar la melancolía" relatando

los propios sueños a un interlocutor autorizado.

La cultura romana recogió gran parte de los postulados griegos sobre la mente, aunque

con algunos matices reseñables. Asclepíades, un pensador nacido en el 124 a.C., se

muestra contrario a la teoría humoral de Hipócrates y sugiere por primera vez la

influencia del ambiente en el comportamiento patológico. Además, alza su voz contra el

tratamiento inhumano que se le daba a los enfermos mentales y contra su

encarcelamiento. Él fue el primero que distinguió entre alucinaciones, ilusiones y

delirios, y propuso una división entre males mentales crónicos y agudos.

Pero sin duda, la mayor aportación de la época la realiza Galeno (130-200 d.C.), quien

sintetizó todos los conocimientos de sus antecesores y realizó una nueva clasificación de

los trastornos de la psique. Según su opinión, las causas de la locura podían ser

orgánicas (lesiones, exceso de alcohol, cambios menstruales...) o mentales (miedos,

desengaños, angustias...). Además, sostiene que la salud anímica depende del equilibrio

entre las partes racional, irracional y sensual del alma. Este médico romano realizó el

último gran esfuerzo por comprender

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