CONCIENCIA PLENA A LA HORA DE ALMORZAR

CONCIENCIA PLENA A LA HORA DE ALMORZAR

El momento de almorzar es un proceder que se hace habitualmente y en muchas ocasiones se realiza de manera totalmente mecánica, debido a las prisas, como rápido, sin ser consciente de lo que me llevo a la boca. Nunca me he preguntado ¿por qué almuerzo? ¿es por hambre, llego la hora, ansiedad o simplemente por el placer de alimentarme?

La relación con el alimento es esencial y refleja la disposición que se tiene hacia el entorno y hacia nosotros mismos. El almorzar con atención plena es una práctica que debería ser consciente de las propias acciones, pensamientos, sentimientos y motivaciones.

Almorzar no se trata de un simple proceso, sino de una acción a la que hay que dedicar atención plena, ya que me da la energía para desempeñar todas las tareas y actividades de la vida diaria y laboral. Buscar un ambiente agradable y hacer conciencia en solo comer. Al sentarme a la mesa evitando cualquier distracción tomo unos segundos para agradecer que tengo alimentos disponibles y también agradezco a mi cuerpo que los recibe y utiliza. No tiene que ser un tema religioso, al sentirme agradecida, me doy cuenta automáticamente que mi cuerpo percibe esos alimentos con agrado, mejora mi ánimo y me concentro en almorzar; observando los alimentos, notando su aroma, reconociendo su textura y, por supuesto, sintiendo su sabor tomando mi tiempo, masticando y masticando bien cada alimento, despacio procuro comer bocados más pequeños, además, soltando los cubiertos de vez en cuando sobre el plato para disfrutar del olor, sabor, textura, del color y temperatura.

Usando todos los sentidos a la hora de comer los manjares y experimentando lo que cada uno me aporta, esto es un paseo, no una carrera, sentándome, ya que esto me ayuda a relajar y a prestar atención a lo que estoy comiendo. Las distracciones son una resistencia que aparecen constantemente, por ejemplo, no comer frente al televisor en funcionamiento, comer en un lugar agradable, con luz y bien ventilado. No importa que coma sola, se puede poner música pero que me dé paz, armonía y tranquilidad.

Me doy cuenta que la clave está en comer despacio, complacerme de cada bocado, haciendo práctica de la conciencia plena como un instructivo para entender las necesidades de mi cuerpo y saber que necesito realmente disfrutar poco a poco cada alimento en mi boca. Centrando toda la atención en el acto de comer, cultivando la observación y aceptación de las sensaciones corporales y emocionales sin prejuicios, simplemente disfrutando y sintiendo gran gratitud al almorzar.

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