Cada día nosotros como seres humanos estamos pensando en cómo desarrollarnos en la sociedad con lo que nos rodea

Cada día  nosotros como seres humanos estamos pensando en cómo desarrollarnos en la sociedad con lo que nos rodea, las personas con las cuales tenemos contacto cada día en el trabajo, en la casa, en el estudio y en todos los lugares y situaciones en las que nos encontramos; siempre buscamos a como dé lugar el poder ser aceptados como personas o partes importantes en nuestro entorno o simplemente, que nos tomen en cuenta para tomar una importante decisión sobre un algo en lo que estemos involucrados, pero esto es lo que nos lleva siempre a una polémica, o más bien, a una “batalla interior”, en la que nos vemos envueltos cada vez que queremos tomar una decisión y nos encontramos entre la espada y la pared, es decir, entre tomar una decisión correcta o incorrecta, como en el ejemplo que nos muestra Aristóteles del capitán que tiene que tomar una decisión importante entre salvar a su tripulación o salvar la carga que lleva en su barco, así como lo expone el psicoanalista Fernando Savater en su libro “Ética para Amador”.

Pero muchas veces, de acuerdo con lo anterior, nos tomamos las mal llamadas “libertades”, en este caso, hago referencia al hecho de cuando nos tomamos la “libertad” para tomar decisiones que nos incumben no solamente a nosotros, sino también a los que nos rodean, sin tener en cuenta la manera en que esto puede afectarnos, y es allí donde Fernando Savater en su libro “Ética para Amador” nos enseña la diferencia entre libertad y libertinaje. El autor anteriormente mencionado, nos da grandes pistas, en las cuales nos dice que la libertad es la capacidad de tomar decisiones sobre lo que queremos hacer y lo que no queremos hacer, en cambio el libertinaje, de acuerdo con el autor, es el abuso que hacemos de esa libertad, y creemos entonces que absolutamente todo debe hacerse como queremos caprichosamente que sea y no como debe ser.

Cuando el autor nos habla de órdenes, costumbres y caprichos se refiere a la manera en que nosotros asumimos los distintos comportamientos en la sociedad, es decir, a lo que nosotros asumimos como ordenes, a lo que asumimos como costumbres y a lo que asumimos como caprichos. En lo que hace referencia a “órdenes” el autor las describe como las acciones que hacemos nosotros mismos pero que provienen de otras personas que nos dicen que hacer o que no hacer, por ejemplo, en el libro el autor nos expone su caso con su hijo Amador, diciendo que él simplemente le dice a su hijo que debe levantarse para ir a la escuela, en cuanto a costumbres hace referencia a lo que hacemos automáticamente sin necesidad de tener que tomar la decisión de hacerlo o no hacerlo, sino que lo hacemos simplemente porque sabemos que se debe hacer por “costumbre”, es decir, que lo hacemos también porque otros lo hacen al igual que nosotros  o porque por cultura se hace, y en cuanto a caprichos se refiere, como se dice vulgarmente (sin ánimos de ofender) a hacer lo que se nos da la gana.

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