Caida Oscura
Enviado por svera1673 • 2 de Julio de 2015 • 623 Palabras (3 Páginas) • 260 Visitas
Noches oscuras
La noche estaba viva latiendo con el pulso
de incontables multitudes . Caminó
entre ellos, sin ser visto, indetectabl
e, moviéndose con la fluida gracia de un
depredador de la jungla. Su esencia le in
vadía la nariz. Ropa perfumada. Dulce.
Champú. Jabón. Alcohol. Drogas. SIDA. El
dulce e insidioso olor de la sangre.
Había mucha en esta ciudad. Ganado, ovej
a, presas. La ciudad era el coto de
caza perfecto.
Pero se sentía bien ese día, aunque la sa
ngre le susurraba, tentándole con la
promesa de fuerza y poder, el seductor fr
enesí de la excitación, se abstuvo de
satisfacer sus deseos. Después de tantos siglos de caminar por la tierra, sabía
que las promesas susurradas estaban va
cías. Ya tenía una fuerza y poder
enormes, y sabía que el frenesí, aunque podía
ser adictivo, era la misma ilusión
que proporcionaban las drogas en los humanos.
El estadio de esta moderna ciudad
era enorme, con miles de personas
aglomeradas dentro. Caminó pasando a los
guardias sin dudar, con la seguridad
de que no podrían detectar su presencia.
El espectáculo de magia que combinaba
escapismo, desaparic
ión y misterio
estaba casi finalizando, y conteniendo el al
iento un silencio de anticipación había
caído sobre la multitud. Sobre el esc
enario una columna de niebla rosa surgió
desde el punto donde, un momento ant
es, la maga había estado en pie.
Se mezcló entre las sombras, su mirada gr
is pálida recorrió el escenario. Entonces
ella emergió de la niebla, la fantas
ía, el sueño de todo hombre, de calidas y
húmedas noches. De raso y seda. Mística, misteriosa, una mezcla de inocencia y
seducción, se movía con la gracia de una encantadora. El espeso pelo negro
azulado caía en cascada formando ondas hasta sus delgadas caderas. Un vestido
blanco de estilo Victoriano cubría su
cuerpo, moldeando sus altos y turgentes
pechos así como su delgado tórax y la estrecha y diminuta cintura. Pequeños
botones de perlas bajaban por la parte delant
era del vestido, abiertos a partir de
los muslos, revelando incitantes vistazos
de piernas bien formadas. Gafas oscuras
de fabricación especial ocultaban sus ojos
pero atraían la atención a la lujuriosa
boca, los dientes perfectos, los pómulos clásicos.
Savannah Dubrinsky, una de las más grandes magas del mundo.
Él había soportado casi mil años de negro vací
o, sin alegría, sin rabia, sin deseo,
sin emoción. Nada, excepto
...