Calidad de vida en el contexto familiar: dimensiones e implicaciones políticas.

Problemas Selectos en Bienestar Humano

Reporte de lectura #10:

Calidad de vida en el contexto familiar: dimensiones e implicaciones políticas.

Sabemos que al tratar la calidad de vida nos inmiscuimos en un tema compuesto de muchas dimensiones relacionadas entre sí. Indudablemente, la calidad de vida se ve moldeada constantemente por la familia y el entorno que esta ofrece, configurando así la calidad de vida individual, específicamente en los hijos. En la lectura se menciona lo esencial que resulta definir, como siempre, lo que se entiende por calidad de vida y familia, así como tener presente el hecho de que ambos estarán alimentándose de manera recíproca, pues ambos nos hablan de la posibilidad de alcanzar la satisfacción personal.

El texto menciona los indicadores principales en la configuración de los dos elementos ya mencionados, comenzando por hacer énfasis en que ambos están inmersos en una subjetividad y una culturalidad, lo que nos posiciona en un campo totalmente ambiguo del ser humano y de su bienestar, resultando en una condición sumamente compleja de evaluar. Diversos autores que se citan en el texto, señalan distintas concepciones que aportan a la investigación, entre ellas la de Nordenfelt (1994), que añade el término "riqueza de vida" para referirse a los deseos y condiciones de vida que se integran a la experiencia humana. (En Iruela, 2003).

Considero que es pertinente hacer uso del autor anterior, ya que este significó en lo personal una aportación que amplía la visión de calidad de vida y bienestar humano, en todos los sentidos. Es decir, que si bien debe existir un nivel objetivo y otro subjetivo para evaluar la calidad de vida, es igualmente esencial incluir la riqueza vital, que en este caso nos habla de la satisfacción que siempre puede mejorarse, o bien, de la posibilidad que el individuo tiene a futuro para modificar su condición de vida. En este sentido, estoy totalmente de acuerdo con los autores.

En conclusión, hemos estudiado a lo largo del curso las necesidades individuales que surgen al momento de evaluar la calidad de vida y el bienestar. Entre estas, una de las más importantes es la salud física y mental, cuya estabilidad depende en gran parte del clima y vínculo afectivo familiar. Con esto, quiero terminar estableciendo que con lo dicho anteriormente, se confirma una vez más que las necesidades básicas del individuo (como base de su bienestar), se darán primero en el hogar para después ampliarse a otros niveles. Mi reflexión, basada en la premisa "Educar para la calidad de vida es educar para la vida del hombre en su sentido personal, social, laboral e incluso político" (Colom, Pérez & Vázquez, 2000), queda situada en el tiempo en que vivimos actualmente, en relación a la disminución de la calidad y el bienestar que se vive en ciertos contextos, a falta de una estructuración familiar adecuada. (En Iruela, 2003).

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