Caracteristicas de Personalidad del Mexicano
Enviado por Rubén Doxie Martinez de Castañeda • 8 de Junio de 2017 • Apuntes • 2.471 Palabras (10 Páginas) • 487 Visitas
CARACTERÍSTICAS DE PERSONALIDAD DE TRABAJADORES MEXICANO
Atendiendo a su posición geográfica y a sus recursos naturales, México es un país que podría ser rico y poderoso. De hecho, es un país subdesarrollado, tercermundista. Ni produce lo suficiente, ni administra bien lo que tiene, y muchísimos de sus habitantes viven en la miseria.
Los hombres más dinámicos y de más visión (funcionarios del gobierno, capitanes de las empresas, educadores, directores de personal) se preocupan al ver que al paso del tiempo nuestro país se rezaga y que nuestro subdesarrollo se acentúa. Los más conscientes analizan la situación y se ponen a estudiar:
- ¿Cómo hacer que nuestra gente se desarrolle?
- ¿Cómo administrar mejor?
- ¿Cómo producir más?
- ¿Cómo motivar al personal a ser solidario con la empresa?
- ¿Cómo lograr la calidad y la excelencia?
En algunos medios empresariales y gubernamentales se maneja con abundancia la literatura sobre finanzas, sobre administración y sobre productividad. Para todos estos temas pululan entre nosotros obras escritas en Japón, Estados Unidos, Canadá, Inglaterra…
Por otra parte, los profesionales que salen de las universidades comprueban a poco andar que no les bastan los conocimientos y habilidades técnicas; muchos problemas en el desempeño laboral surgen en torno al manejo del elemento humano. Y cualquier ejecutivo, gerente, director o jefe de departamento va aprendiendo, a veces con tropiezos y fracasos, que la productividad, la eficiencia, la calidad son resultado de más de la gente que de los sistemas y de los recursos técnicos y materiales. Si representemos con un triángulo los tres elementos clave de la empresa productiva, la base –ancha, sólida y confiable- no puede ser otra que el factor humano.
Toda persona que ocupa un puesto directivo, y todo profesionista, están abocados a buscar y a encontrar una orientación dentro de la esfera humanan en la que se desenvuelven.
La gente no es igual en los diferentes países. Aunque todos participamos de la naturaleza humana y de la misma especie homo sapiens, los mexicanos, los alemanes, los japoneses y los canadienses no somos iguales en cuanto a seres humanos y no somos iguales en cuanto a trabajadores. Y las razones están a la vista. Una observación elemental enseña que cada uno somos producto:
- de la herencia biológica que nos dieron nuestros padres.
- del medio ambiente.
- de nuestras reacciones y decisiones.
PERSONALIDAD
Ya la Herencia Biológica, es decir, los 46 cromosomas con sus miles de genes, determina grupos humanos característicos y deferentes unos de otros. Los genes que reciben los esquimales no son iguales a los de los cubanos, ni los de éstos a los de los rusos.
Pero el impacto del Medio es tal vez más evidente aún. El clima, los paisajes, la alimentación, el folklore local, la región, la estructura familiar; y luego las experiencias de cada uno van conformando personalidades muy peculiares; de modo que, si ya de por si un bebé mexicano es diferente de un bebé japonés, un mexicano de 40 años que ha vivido en México es aún más diferente, mucho más, de un japonés de la misma edad que ha vivido siempre en Japón.
Las raíces últimas de las conductas laborales hay que buscarlas en las psicologías. La cultura es una enorme fuerza determinante de los comportamientos. Es muy estrecha la relación que existe entre la cultura mexicana y la personalidad de los mexicanos. Y si muy a menudo el mexicano aparece poco trabajador, poco colaborador y poco efectivo, quien pretende comprometerlo con la productividad y con la calidad a base de discursos políticos, de reglamentos, de reestructuraciones organizacionales, de cursos administrativos, y de talleres de control de calidad, se queda a nivel de los síntomas, sin llegar al fondo del problema. Es como quien pinta y repinta una pared que se estropea por una humedad que se filtra desde afuera.
Los dirigentes con más visión y los capacitadores más sólidos se vuelven ahora hacia los pliegues y las entretelas de las idiosincrasias e identidades nacionales.
Si nuestro reto es comprender al mexicano y orientarlo, necesitamos con urgencia conocer la psicología del mexicano; a su vez, esta psicología, este modo de ser peculiar, se explica a través de las vicisitudes históricas. No se puede construir una psicología del mexicano si se ignora la historia de México. Ni tampoco es posible comprender al trabajador mexicano (o al mexicano en el trabajo) sin comprender la cultura mexicana en sus aspectos más fundamentales, no olvidemos que el trabajo es una función de la personalidad, y que el hombre se proyecta en su oficio o profesión.
Sus actitudes
Femando Benítez describe pintorescamente a los nietos de los conquistadores yendo durante años de oficina en oficina de la burocracia virreinal, pretendiendo "mercedes" que les resuelvan todas sus necesidades económicas sobre el alegato de ser nietos de sus abuelos, "defendiendo con uñas y dientes el sagrado derecho de no trabajar que para ellos habían conquistado sus antecesores". Y como contra parte, durante los siglos coloniales "prevalecía el criterio de que a la población nativa sólo se le podía inducir a trabajar por medio de la coacción y el látigo".
"Todos quieren ser señores para vivir en la ociosidad", decía Miguel José Sanz, abogado de la Real Audiencia y fundador del Colegio de Abogados de Valladolid (hoy Morelia) (1756-1814). Por otra parte, Indalecio Liévano Aguirre en su libro Bolívar nos da la clave de algunas actitudes laborales que prevalecen en las ex colonias españolas: "Millares de aventureros formados en las guerras de Italia y de Flandes y acostumbrados a la rapiña y al saqueo trajeron al Nuevo Mundo el clásico concepto español sobre la economía: desprecio por las artes manuales e intelectuales que crean la fuente de producción, y el deseo de apoderarse simplemente de la riqueza para gozar del esplendor que proporciona".
Encontramos que, en el siglo XVII, la Corona vende muchos puestos públicos (alcaldes, corregidores, etcétera); lógico es que tengan acceso a ellos sólo los ricos que concentran y acaparan el poder, estableciéndose el cargo público como instrumento de beneficios, riqueza y patrimonio personal y no como deber público y servicio a la comunidad.
A diferencia de lo que es hoy Estados Unidos, México no surgió como país de inmigrantes que llegaban a trabajar, luchar y competir más o menos en plan de igualdad. Aquí toda la estructura sociopolítica y religiosa era piramidal y estratificada; una sociedad de privilegios, no de méritos. El camino para adquirir dinero, poder y prestigio no era el trabajo esmerado y productivo, sino los nexos con Madrid, de donde llegaban los títulos nobiliarios, las cédulas reales y los puestos jugosos de poco trabajo y copiosas rentas. Al irse extinguiendo la encomienda (prohibida ya en el siglo XVI, pero defendida a capa y espada por los hijos y nietos de los conquistadores) fue surgiendo el repartimiento, y luego, poco a poco, la hacienda.
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