Caso trastorno por atracon

“La gordita”

Andrea Simpson pesaba 90 kg cuando acudió de nuevo a su primer terapeuta solicitando ayuda por sus problemas de alimentación de peso que tanto la habían perjudicado desde que era una niña. Volvía a tener un patrón de alimentación incontrolado en forma de atracones, había ganado más de 18 kg en 6 meses.

Andea recodaba como en sus primeas etapas escolares sus compañeros la llamaban “la gordita”, y como mantuvo frecuentes discusiones con su madre a lo largo de toda su infancia adolescencia por sus problemas con la comida y el peso. Durante su etapa en el instituto se pasaba el día picando. Después de cada bocado se decía a si misma que ese era el ultimo y se prometía empezar una dieta, aunque siempre acaba siendo incapaz de cumplirla. Estaba mu avergonzada por su peso, peo cada ve engordaba mas. La mayor parte de veces solía come a solas para no se observada por los demás. Al graduase en el instituto, con una altura de 1.67 m, pesaba 76 kg.

Andrea cree que sus atracones aparecieron durante su etapa en el instituto. A poco de comenzar sus estudios logro perder aproximadamente 1 kg haciendo régimen entonces empezó a alteña periodos de restricción dietética con otros de sobre ingesta que solían prolongarse de semanas a meses. Durante los periodos de sobeingesta, solía tomarse un gran desayuno (p. ej., varios huevos con queso, dos o tres rebanadas de pan y dos grandes vasos de zumo de naranja). Luego se llevaba a su dormitorio grandes cantidades de comida (p. ej., dos o tres bocadillos de manteca de cacahuate, dos o tres docenas de galletas, patatas chips y a veces queso) comiéndoselo todo durante las siguientes horas hasta sentirse físicamente incómoda y quedarse dormida. En esa época solía estar muy deprimida y avergonzada en relación con su peso. No recuerda haberse sentido fuera de control durante sus atracones, porque siempre pensaba que pararía una vez ingerido el bocado que se estaba comiendo, aunque esto raramente sucedía. Durante los años de instituto solía tener fluctuaciones de peso, ya que este oscilaba entre 65 y 90 kg.

En su último año de instituto, Andrea alcanzó un peso normal, y después de graduarse contrajo matrimonio. A partir de entonces volvió a comer demasiado, incluso durante la luna de miel. Su marido estaba enfadado con ella debido a su manera de comer y a sus aumentos de peso. Solían discutir sobre este punto y sobre su falta de honestidad respecto a la comida (motivada sobre todo por la vergüenza que sentía por lo que acababa de comerse). Ella cree que sus problemas con la alimentación contribuyeron significativamente a su divorcio posterior.

Durante los años siguientes, Andrea siguió padeciendo problemas con su peso y alimentación. Fue a los Vigilantes del Peso en varias ocasiones, intentó varias dietas que aparecían entrevistas, utilizó anfetaminas prescritas médicamente o adquiridas de forma ilegal y mantuvo diversas

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