Como los ataques de pánico y la ansiedad se relacionan con los universitarios

COMO LOS ATAQUES DE PÁNICO Y LA ANSIEDAD SE RELACIONAN CON LOS UNIVERSITARIOS

La ansiedad, al igual que ocurre con la depresión, pertenece a los trastornos psicológicos más registrados en los centros de salud en población general y con más presencia en el campo universitario. Hay otras situaciones en el campo universitario que tienen la posibilidad de tener efecto negativo en la salud psicológica y promover la aparición de ansiedad patológica.  Como el ingreso en la Universidad, ejemplificando, puede conllevar significativos cambios en las ocupaciones diarias de los alumnos (separación del núcleo familiar, incremento de responsabilidades, reevaluación de las ocupaciones que hacen, etcétera.). En sí mismo, el planeta universitario muestra unas propiedades y exigencias organizativas y académicas que algunas veces conducen al chico hacia actitudes adaptativas generadoras de ansiedad y notable perturbación psicosocial con disminución del rendimiento.

La conducta ansiosa en una situación de examen además es un constructo multidimensional que se define como un grupo de respuestas emocionales con elementos cognitivos, fisiológicos y conductuales que acompañan y alteran el manejo y que consta de preocupaciones sobre probables secuelas negativas o de fracaso en una situación evaluativa.

Es viable que la necesidad de obtener un correcto rendimiento académico se logre transformar en un componente estresante para los alumnos. Una vez que la inquietud por tener una ejecución académica es alta, en especial previa a los análisis, la ejecución podría ser deficiente, al nivel de que el estudiante repruebe, postergue o abandone de manera definitiva sus estudios. La ansiedad disminuye la efectividad en las labores estudiantiles, auxilia al desarrollo de malos hábitos y puede ocasionar resultados negativos a extenso plazo que integran ausentismo, ejecución académica pobre, deserción y fracaso estudiantil e inconvenientes psicopatológicos.

La ansiedad es un mecanismo adaptativo para gestionar bien mi realidad. Frente a una situación de "riesgo", de amenaza, la ansiedad se desencadena para que el individuo reaccione de la manera correcta ente dicha alarma.

Que padezcamos un ataque de pánico o de ansiedad, donde mi temor va más allá de un cierto límite, mi grado de ansiedad supera el umbral servible que me hace ser incapaz de gestionar mi realidad, vivo un rato de temor patológico, sin embargo, no sufro el trastorno.

Dependiendo de cómo estructuremos esta vivencia, de los mecanismos que pongamos en marcha para afrontarla, tenemos la posibilidad de generar el trastorno (uno no nace "panicante", lo construye; la buena noticia es que se puede desmontar).

Un mecanismo que has puesto en marcha y experimentado que no funciona, es intentar tranquilizarte, mejor dicho, intentar mantener el control de los límites fisiológicos. En el instante que tratamos de mantener el control de los límites fisiológicos que tienen que andar espontáneamente (la frecuencia cardiaca, la respiración, la sudoración, etcétera.), inicio a alterarlos. En vez de calmarlos, los desencadeno; cuanto más intento controlarlos, más peligro tengo de perder el control. Este juego entro yo y mis sensaciones está en la base del pánico. De esta forma que previene mantener el control de los indicios.

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