¿Cuántas cosas he perdido por miedo o inseguridad?

En nuestra vida cotidiana, a menudo solemos dejar de hacer, postergamos, evadimos, sin detenernos a pensar en las razones que hay detrás de esa decisión. ¿A qué le temo?, ¿Qué me impide dar el paso?, ¿Qué puedo perder o ganar si me arriesgo?, ¿Cuántas cosas he perdido por miedo o inseguridad?

Existe variadas teorías que pretender explicar el desarrollo humano desde diferentes enfoques. Estas teorías son importantes dado que nos dan luces del porqué las personas actúan, aprenden, se relacionan de cierta forma. Sin embargo ninguna de estas teorías es suficientemente amplia para explicar todos los aspectos que influyen en que el individuo sea y actúe como lo hace.

Basado en alguna de estas teorías, y tomando a un autor de los trabajados en clases, mi objetivo será analizar un caso, asociar la conducta según la teoría y sugerir posibles acciones que llevarían a este sujeto a su desarrollo integral.

A continuación presento el caso:

“Un adulto de 40 años no logra invitar a una chica a salir, pues tiene mucho trabajo pendiente en la oficina”.

Para desarrollar este análisis reflexivo, he decidido inclinarme por la Teoría Psicosocial de Erik Erikson (1950), la razón es que esta teoría habla de la influencia de los otros en la construcción del yo, divide el desarrollo de la personalidad en estadios y al tener el dato de la edad podemos situarlo en una etapa específica de su evolución , además esta teoría nos puede ser útil ya que al ser un planteamiento psicoanalítico, nos permite observar las fortalezas y debilidades, y como se adapta al proceso de cambio constante que es la vida, para luego trabajar sobre ellas.

Erikson creyó que el tema principal a través de toda la vida era la búsqueda de la identidad y resaltó como la sociedad puede ser determinante en el desarrollo de sí mismo, en esta teoría Erikson plantea que existen 8 etapas o estadios que van desde la infancia hasta la vejez y  enfatiza que cada etapa conlleva una crisis, la que debe ser resuelta buscando el equilibrio del rasgo o tendencia positiva por sobre el negativo. La resolución efectiva de la crisis fortalece el “yo” y nos hace adquirir una virtud o fortaleza. Si la crisis no es resuelta de forma apropiada esta interferirá con el sano desarrollo del ego.

Las 8 etapas de Erikson son las siguientes:

1.- Confianza v/s Desconfianza. Desde el nacimiento hasta 12 a 18 meses. Virtud: esperanza.

2.- Autonomía v/s Vergüenza y Duda. Entre los 12 a 18 meses y los 3 años. Virtud: voluntad.

3.- Iniciativa v/s Culpa. Entre  los 3 y  5 años. Virtud: propósito.

4.- Laboriosidad v/s Inferioridad, entre los 5 y 13 años.  Virtud: Habilidad.

5.- Búsqueda v/s Difusión de identidad. Entre los 13 y 21 años. Virtud: Fidelidad.

6.- Intimidad v/s Aislamiento. Entre los 21 y 40 años. Virtud: Amor.

7.- Generatividad v/s Estancamiento. Entre los 40 y 60 años. Virtud: Cuidado.

8.- Integridad v/s Desesperación. Desde los 60 en adelante. Virtud: Sabiduría.

Al considerar estas etapas de las que nos habla Erikson, puedo señalar que el adulto de nuestro caso se encuentra viviendo la etapa “intimidad v/s aislamiento” según Erikson, la intimidad es una fuerza que lleva a confiar en alguien con quien quiera y pueda compartir el amor, esto implica ser fieles a estos lazos, además de compromisos significativos, por otra parte, como oponente a esta tendencia está el aislamiento afectivo, el distanciamiento que se expresa en el individualismo y egocentrismo sexual o psicosocial, individual o de ambos. Un justo equilibrio entre la intimidad y el aislamiento fortalece la capacidad de que surja la virtud del amor, una forma de dedicarse y de entregarse al otro, de crecer en el amor hacia los demás. A partir de esto puedo hipotetizar que este adulto no ha logrado aún la virtud que se genera en esta etapa que es el amor, las razones pueden ser variadas: falta de madurez emocional, relaciones que no le han brindado seguridad, conducta ligada a la imitación de alguna persona que es un referente en su vida, inseguridad en sí mismo y en el mundo, etc. lo cual me induce a considerar la posibilidad de que pueda existir alguna falta de resolución exitosa de una o más de una de las etapas que la preceden.

A mi juicio  la primera etapa de “confianza v/s desconfianza”, es la más relevante y actúa directamente sobre nuestro caso, para entenderlo debemos saber que en esta etapa los bebes comienzan a desarrollar una sensación física de confianza por medio del vínculo con su madre o quien cumpla la función de cuidador, esta sensación se logra a través del cuidado amoroso y constante, este vínculo será el que definirá las futuras relaciones frente a otras personas y a los objetos de su mundo exterior. Por otro lado está la desconfianza que promueve a que el infante reconozca al mundo como un lugar inseguro, donde las relaciones sociales no se pueden establecer, esta situación también se da cuando la persona ha estado bajo una extrema sobreprotección. Desde esta mirada puedo concluir que el sujeto no logró superar con éxito este estadio, hubo una prevalencia del rasgo negativo por sobre el positivo lo que hizo que se frenara su curiosidad por conocer cosas nuevas, creando de esta manera vínculos inestables e inseguros con el entorno. Naciendo así en él una sensación de inseguridad  que le ha impedido relacionarse, como en este ejemplo con una chica.

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