Cómo se va formando nuestra autoestima

¿Cómo se va formando nuestra autoestima?

Básicamente, la autoestima es la valía y el aprecio que sentimos hacia nosotros mismos, con base

en nuestro autoconcepto: la imagen que tenemos de nosotros mismos. Una buena autoestima

propiciará un amplio autoconocimiento de nuestras habilidades, metas y necesidades, y derivará

en la autoaceptación.

La autoestima se comienza a forjar, quizás, desde el momento en el que nacemos, pues nosotros

llegamos a este mundo sin saber absolutamente nada, y desconociendo quiénes somos. Y

entonces nos comportamos como “esponjas” ávidas de absorber, aprender y emular todo lo que

se presenta en nuestro entorno. Así, en base al apego que tengamos con nuestros padres (más

adelante lo analizaremos) y las opiniones de familiares, amigos, compañeros, profesores, vamos

construyendo nuestro “yo” ideal, el cual constantemente comparamos con nuestro yo real.

Aprendemos aquellos patrones y estereotipos sobre lo que la sociedad considera bueno y malo,

para comenzar a valorarnos o despreciarnos.

El grado de autoestima que uno posea incide en la posibilidad de éxito de sus relaciones sociales.

Quienes poseen una buena autoestima, pueden expresar abiertamente lo que sienten, lo que les

gusta y no les gusta, para poder resolver diferencias de un modo pacífico y empático. Por el

contrario, las personas con una autoestima baja pueden atravesar diferentes problemas al

momento de socializar: sienten que su palabra no vale, y entonces callan ante lo que les desagrada

o lo que les gustaría decir, pues además temen ser criticadas o repudiadas. Tienden a ser celosas

cuando alguno de sus amigos (o su pareja) empieza a prestarle más atención a otra persona; esto

provoca un sentido de inferioridad en ellas. Incluso son sujetos sumisos y susceptibles a abusos y

relaciones tóxicas.

El apego evitativo forja adultos que prefieren evadir cualquier tipo de relación sentimental

profunda. El apego ambivalente provoca que el adulto sea alguien desconfiado e inestable

emocionalmente, y que busque siempre su realización en la aprobación de los demás. Y por

último, las personas con un apego desorientado-desorganizado hacia sus padres definitivamente

no podrán establecer relaciones sanas, no serán congruentes y consistentes con sus acciones, e

incluso podrían presentar trastornos mentales.

Bibliografía

• ¿Cómo se forma la autoestima? (16 de noviembre de 2017). Obtenido de Clínicas Origen

Psicología y Psiquiatría: https://clinicasorigen.es/se-forma-la-autoestima/

• Russek, S. (s.f.). La autoestima y las relaciones. Obtenido de Crecimiento y Bienestar

Emocional: https://www.crecimiento-y-bienestar-emocional.com/autoestima-relaciones.html

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