DE LA SUBJETIVIDAD DE LA JUSTICIA HACIA LA OBJETIVIDAD DE LA PSICOLOGÍA
Enviado por SataBlack • 30 de Mayo de 2012 • 2.119 Palabras (9 Páginas) • 712 Visitas
Un primer problema que enfrentan todos los profesionales en cualquier contexto legal es la existencia previa de ideas, creencias y teorías acerca del porque las personas hacen lo que hacen: esta psicología del sentido común es característica universal de nuestra especie. Influye en todos nuestros actos, especialmente, como es lógico en contextos sociales, sean éstos legales o no, pues es nuestra herramienta fundamental para el entendimiento, la predilección y el control de la conducta de los demás.
El sentido común nos hace pensar que nuestro objeto de estudio (victima de violencia doméstica o agresor, entre otros), está guiado por los mismos tipos de creencias, ideas, motivaciones e intenciones, con dinámicas similares a como las percibimos en nosotros mismos.
Así, lo que creemos que es válido para nosotros debe serlo también en general para los demás (supuesto de igualdad entre el sujeto y objeto de estudio).
Si bien la psicología del sentido común hace parte de nuestra especie es peligrosa emplearla en contextos legales donde mis creencias frente a las victimas pueden revictimizarlas; por ejemplo, si la víctima suele denunciar de forma continua y se piensa: Si una mujer es maltratada continuamente, la culpa es suya por seguir conviviendo con ese hombre ó se cree que: si se tienen hijas/ os, hay que aguantar los maltratos por el bien de las niñas y los niños ó se concibe que: Un hombre no maltrata porque sí; ella también habrá hecho algo para provocarle; lo más probable es que no se tomen acciones para protegerla y hasta pueda colocarla en un riesgo mayor. En tanto para mi sistema de creencias es ilógico que yo sea agredida; sin embargo, aplico el supuesto de igualdad y creo que la víctima posee similar sistema de creencias al mío, lo cual se ha demostrado científicamente que no es cierto. (El conocimiento científico es a veces desagradable, en ocasiones tortura el sentido común y humilla a la intuición; por último, puede ser conveniente para algunos y no para otros).
De otro lado, la peligrosidad de la psicología del sentido común trasciende nuestro propio espacio cuando es aplicado en contextos legales. Si un juez o un comisario o cualquier otro funcionario que pueda por el ejercicio de sus funciones tomar decisiones que inciden en un cambio en la dinámica familiar emplea la psicología del sentido común, las decisiones por éste elegidas pueden cuestionar o reforzar un tipo de cultura violenta.
Ciertas perspectivas contemporáneas consideran la conducta individual como reflejo relativamente pasivo de fuerzas históricas y culturales.
En el extremo, algunos teóricos llegan a afirmar que la psicología individual no es más que una construcción puramente social: las leyes y principios de la psicología son, simplemente, los epifenómenos de procesos sociales. Desde esta perspectiva, pues, las uniformidades de la conducta individual se explican a base de degradar la autonomía de las mentes individuales y de atribuir influencia social causal a alguna entidad directamente colectiva.
Lo anterior nos demuestra que las decisiones que se toman en una instancia judicial no sólo afectan al individuo objeto del proceso sino a todo un contexto social, que como lo enuncie antes va a reforzar o cuestionar sus creencias, puesto que, el juez, comisario es el modelo que determina con sus acciones que está correcto o no.
En la consideración del cambio social hay que tener en cuenta también a los representantes de las instancias judiciales, sean éstos jueces, comisarios, inspectores, etc. Estos funcionarios, cuando aplican el Derecho, actúan como agentes de cambio jurídico y social en cuanto que también crean Derecho a través de las interpretaciones contenidas en sus decisiones judiciales.
Es desde ésta perspectiva donde la ciencia como actividad- como investigación - pertenece a la vida social; en cuanto se la aplica al mejoramiento de nuestro medio natural y artificial y por ende la ausencia de ésta a su detrimento.
Como venía diciendo, la psicología del sentido común es una herramienta fundamental para el entendimiento, la predilección y el control de la conducta de los demás.
Frente al tema del entendimiento y de la predilección, hemos de analizar los factores que influyen en la percepción de los que toman decisiones en cualquier instancia judicial. La importancia reside en las metas, objetivos y expectativas del funcionario judicial.
Las metas del funcionario judicial cuando percibe un usuario pueden ser:
Probar o confirmar sus propios valores: El funcionario judicial tiene una historia personal que determina unos valores con los cuales rige su conducta, si el funcionario judicial tiene creencias machistas y considera que las mujeres deben ser sumisas y en su grupo familiar se valora la sumisión. ¿ Cómo cree usted que evaluaría un caso donde la mujer víctima de violencia en vez de asumir una posición sumisa o pasivo agresiva, se comporta de forma asertiva?
Comprender la otra persona y las causas de su conducta: Si el mismo funcionario judicial cree que los hombres no son de fierro, es decir que no pueden controlar sus deseos sexuales y recibe una denuncia de una joven atractiva que enuncia que cuando fue abusada sexualmente tenía una minifalda, ¿Cual cree usted que puede llegar a considerar la causa del abuso y por ende a quien va a responsabilizar de los actos abusivos?, Además cree usted que él interpretará éstos actos como abusivos?
La subjetividad de la justicia también puede verse cuando en el proceso requerido para determinar la responsabilidad de un acusado en la producción de un delito o falta, siendo éste proceso bastante complejo como para justificar el uso de conocimientos psicosociales no se cuenta con ellos, aunque exista una larga tradición investigadora en el seno de la psicología social interesada en analizar las condiciones en las que se asigna responsabilidad y culpa a un individuo por un comportamiento que tiene consecuencias negativas para otra persona.
Estas investigaciones estudian las denominadas teorías de la atribución:
Las teorías de la atribución asumen que la percepción de las causas de los fenómenos sociales desempeñan un papel central en la forma en que entendemos la realidad que nos rodea y en como actuamos respecto a esa realidad. Desde esta perspectiva, las personas intentamos asignar causas a los sucesos importantes de nuestra vida y esta asignación de causalidad se hace de forma sistemática y tiene efectos importantes sobre las percepciones y reacciones posteriores. Nuestro comportamiento, especialmente cuando se trata de responder a las acciones de los demás, es una función de las causas a las que atribuimos lo que ocurre a nuestro alrededor.
Determinar si la conducta de la otra persona se ajusta a alguna
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