DESESTRUCTURACION DE LA FAMILIA Y SU REPERCUCION EN LA CONDUCTA HUMANA

DESESTRUCTURACION DE LA FAMILIA Y SU REPERCUCION EN LA CONDUCTA HUMANA

Actualmente surge un declive de toda una civilización, como en su momento lo vivió el imperio romano, quien rendido al epicureísmo, fue menguando su inicial esplendor (a todo nivel) hasta convertirse en ruinas de un pasado glorioso que si bien aportó tanto a la humanidad, hubiese podido ser mayor, si no se hubiese perdido en el desasosegado laberinto de su propia perdición.

Y no se trata de “futurología”, sino de una prospectiva en lo atinente a la familia y a la estructuración de nuevos estilos de ésta, que pueden llegar a impactar y causar graves daños en la  dimensión de nuestra sociedad al imponerse una verdadera reigeniería social a través de la colonización ideológica que ha sido denunciada no solo por el Papa Francisco, sino por el mismo Juan Pablo II  quien ciertamente afirmaba que era un auténtico proyecto que de manera “sistemática, programada y organizada ha venido desarrollándose^[1]” apoyado por organizaciones multilaterales y grandes medios de comunicación quienes reciben ingentes cantidades de dinero para financiar un cambio cultural, en el que se justifican todo tipo de atentados en nombre de la libertad individual.

Históricamente hemos visto el avance de nuevos estilos de “familia” que recurriendo a estrategias como “la piedad”, “la no discriminación” o “la victimización”  buscan la aceptación moral, social y legal de las mayorías a fin de introducirse poco a poco en mentalidades muchas veces carentes de análisis y sentido crítico, ya lo decía Chomsky cuando escribía sus famosas técnicas de manipulación de masas., utilizando más el aspecto emocional que la reflexión.

Y esto no se trata de teorías o hipótesis ni mucho menos, ya que es una realidad que se vive en todo el mundo y cuyo fin último, es entre otros destruir a la familia:

"La familia nuclear debe ser destruida, y la gente debe encontrar mejores modos de vivir juntos. ...Sea cual sea su significado último, la ruptura de las familias ahora es un proceso revolucionario objetivo”^[2].

Esto obedece a un largo proceso de revolución que encuadra en los últimos siglos y que ha llevado a quebrar los cimientos de la naturaleza de la familia sometiéndola a una deconstrucción que dio inicio con la ilustración, y que junto con el “ laissez faire, laissez passer” desencadenó una metamorfosis cultural que trajo consigo el advenimiento de “la muerte de Dios”, el “Nihilismo” y la “Nausea” en el cual el hombre revelándose a la existencia de Dios, transmutando sigilosamente la dictadura del relativismo, como en su momento la denunció  Ratzinger,  permeando y aceptando la liberación de cualquier ideología como válida aún a costa de los derechos naturales, dando lugar a figuras como la de Gianni Vattimo quien defiende el pensamiento débil que pregona que  “la verdad es solo para mí”, y que por lo tanto  “Hay que aprender a vivir sin certezas absolutas”.^[3]

RESULTADO

Surge así, lentamente, pacientemente una generación nueva, anestesiada, adormecida, una sociedad indiferente, llena de desidia por el otro, con total desinterés por los problemas reales, y con un temor desmedido a su enfrentamiento.

Indefectiblemente, la inyección de esta colonización ideológica a través de todos los medios posibles, durante tantos años, termina impactando a la población, emergiendo el hombre light quien según el psiquiatra Enrique Rojas: «Es una persona superficial que tiene cuatro ingredientes: hedonismo (placer y más placer), consumismo (tanto tienes tanto vales), permisividad (haz lo que quieras) y relativismo (nada tiene importancia)».^[4]

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