Dejemos Hablar A Los Niños
Enviado por snoopy1703 • 9 de Enero de 2013 • 3.031 Palabras (13 Páginas) • 277 Visitas
“LA NACIÓN VS LAS REGIONES”
Autor: Jorge Zepeda Patterson.
“Esas enseñanzas históricas nos dan fortaleza y nos permiten
enfrentar los retos que tenemos por delante: afianzar la gobernabilidad
democrática; consolidar el Estado de Derecho, garantizar los derechos
sociales de todos los mexicanos, especialmente de quienes tienen
menos recursos, y consolidar un país equitativo e incluyente.”
-Vicente Fox Quesada.
Con una entrada un tanto polémica, de retos de papel, nunca de acción, se trata de ilustrar la doble moral en la que ha estado inmerso nuestro país desde el 2000, año en que históricamente se cambió de partido oficial en el poder federal. La reflexión se deja abierta.
En el escrito que se analiza, el autor expone de manera diacrónica, el aferro al poder y el rehúso a cumplir responsabilidades, que ha mostrado el Estado mexicano a través de su centro político. Esto desde una perspectiva del siglo XX. El propósito, según el autor mismo, es de “explorar hasta qué punto las identidades territoriales constituyen un factor político en México.”[1] Desde mi perspectiva, podríamos cambiar el título de “territoriales” a “regionales”, para hacer menos debatible el objetivo de su escrito. A continuación se presentarán los puntos más importantes del mismo.
HISTORIA DE UN OMBLIGO
En este apartado, el autor defiende la idea de que la formación regional en México, se dio como resultado de su historia, y de los designios del centro político del país. Cito: “La de México es una historia destilada de los procesos que simultáneamente forman a la nación, al Estado y a las regiones.” Entonces, tomando en cuenta que vivimos en una república federal que más bien se presenta en la práctica como centralista, estamos de acuerdo con Zepeda, en que esta forma de gobierno ha sido un método para organizar el país, porque a través de sus múltiples movimientos sociales, ha caído en el riesgo de ser tierra de nadie.
EN EL PRINCIPIO VA EL CENTRO
“Eternamente en construcción, pero sin plan maestro,
esa manía de levantar un templo sobre otro templo.”
J.M. Aguilera.
Aquí Zepeda Patterson hace hincapié en la elección de Tenochtitlán como base de la civilización colonial. Esto por varias razones, en parte porque ya contaba con una estructura antes que los gachupines arribaran, y en parte porque tiene un lugar privilegiado en Mesoamérica.
El autor expone que la táctica de la corona fue implementar en el mismo centro hegemónico, una red de centros urbanos regionales piramidales, que, obviamente, convergían económicos, políticos, social y religiosamente en la antigua ciudad azteca.
LOS ORÍGENES DEL REGIONALISMO
Con toda la seguridad de sonar juiciosa, tengo que comentar que los movimientos armados en México han sido sólo para derrocar algo que no pueden reemplazar. Así sucedió con la Independencia y con la Revolución, una vez que obtuvieron el poder, no supieron qué hacer con él.
En otras palabras, pero con el mismo sentido, señala Zepeda que “en la medida que la Independencia se resolvió en el terreno político y no en el militar, quedó pendiente la definición del país al que se quería llegar.” Entonces, no fue la falta de ideales, sino la falta de concreciones lo que provocó que el nacimiento de la Nación Mexicana se fuera directamente a la renta y no pasara por el cine. El liderazgo del país naciente no comenzó a caminar con el pie derecho.
Lo anterior, entre otras cosas, provocó que se cimentaran los regionalismos en gran parte del territorio mexicano. Los parroquialismos, aunados a los sentimientos de pertenencia local, explica el autor que fueron utilizados por los Federalistas para engañarse a sí mismos y engañar a todos de que eso era política.
Es en ese ánimo de país, donde entra una época, si no de esplendor, al menos de relativa calma.
DON PORFIRIO Y LAS ÉLITES REGIONALES: UN CENTRALISMO MATIZADO
“Esa gallinita quiere maiz[4]”.
- Porfirio Díaz.
Como no soy admiradora del Porfiriato, el paseo por esta época mexicana por demás conocida y comentada será breve. A continuación, los puntos más importantes mencionados por Zepeda como legitimadores del régimen de Díaz en su apartado:
• La época: demandaba unificación política y económica nacional.
• Expansión capitalista: demandaba institucionalizar la vida político-económica de países como México.
Ahora las consecuencias de dicha época:
• Emergencia de una nueva regionalidad.
• Despolitización de las identidades regionales.
• Desplazamiento de los centros económicos hacia el norte y sureste.
• Re-establecimiento de la Ciudad de México como centro de poder.
REGIONES REVOLUCIONARIAS
REGIONES REVOLUCIONADAS
“You say you want a revolution…
Well, you know, you better free your mind instead.”
- The Beatles.
Según Ríus en su libro amarillo nuevo titulado “La revolucioncita mexicana”, y tantos otros autores en otros documentos, la Revolución Mexicana fue una guerra de guerrillas, no un movimiento uniforme. Cuando el 20 de Noviembre de 1910 se echó a andar la indumentaria revolucionaria, fueron pequeñas explosiones de rebelión; unos poquitos por acá, otros por allá, otros ni por enterados. Y así continuó, no fue un movimiento de organización e implementación masiva.
En este apartado, el autor expone esa idea, basado en la perspectiva regional. Se dice que en aquellas zonas donde realmente hubo conflicto armado, se hicieron arreglos claros y contundentes entre una y otra rama del poder (los que querían un cambio y las antiguas estructuras). También dice que en las regiones donde la revolución se olvidó de pasar, se hicieron arreglos de recomposición organizativa entre los poderes locales y el central, a favor del último.
LA NACIONALIZACIÓN DE LA PROVINCIA
Aquí me parece adecuado señalar que la historia oficial mexicana, es, como ya muchos sabemos, una historia de bronce. Hay algunos malos, pero hay muchos muy buenos; hay héroes. Lo anterior lo comento porque es de suma importancia lo que el autor menciona en relación a que la historia de todas las rebeliones locales en contra del poder central, se hacen de menos a la luz pública. ¿Dónde está Acteal en nuestras aulas?
También concuerdo con el autor en su punto de vista acerca del reduccionismo en terminología del Estado: en esta época todo es lo mismo, llámese Nación, Estado o Gobierno, sea una
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