Del Juego A La Interpretacion

Del juego a la interpretación

Las actividades lúdicas juegan un papel importante en la psicoterapia de adultos, niños y adolescentes, éstas sirven como encuentro con los otros, fomentan la imaginación, la relajación, el esparcimiento y es un modo de resolver y enfrentar los problemas de una manera creativa. También, les permite ser más flexibles, enfrentar las situaciones dramáticas con más recursos y conectarse de una forma más relajada con el mundo.

Respecto al tema, el Dr. Donald Winnicott ,considera el jugar como una experiencia que acompaña al vivir en todas sus formas, dando al análisis la connotación de un juego inédito y original.(Winnicott,D. 1992).

A través del juego, en los adultos, se crea un mundo imaginario donde éste es capaz de liberarse del estrés y arriesgarse a recuperar el espíritu aventurero y la libertad perdida. A través de apelativos secretos, creados por el paciente para referirse a su terapeuta y el uso de los elementos presentes en el consultorio, se pueden observar formas secretas de cómo juega.

La psicoterapia es un juego donde el paciente y el analista interactúan juntos, se usa esencialmente como un primer contacto. En el caso de niños pequeños, se irá fortaleciendo la alianza terapéutica, primero se le invita pasar a la sala de juegos. El terapeuta debe ser capaz de ponerse al nivel cognitivo del pequeño presente y modificar su lenguaje para encontrar el nivel del desarrollo.

Todos los niños son diferentes, por lo que cada uno creará sus propios juegos e historias al utilizar los elementos de la sala. Algunos van a preferir las pinturas y otros los juegos de mesa. A través de esta situación, podrán expresar sus conflictos internos y los problemas que está intentando resolver desesperadamente, como el miedo, la ansiedad, la rabia, la angustia, entre otros. La actuación es de gran ayuda para representar lo que realmente molesta o perturba al niño, entre ellos los problemas escolares, con sus padres o hermanos.

Por otra parte, los cuentos y los disfraces, también pueden convertirse en excelentes recursos, porque con el primero se puede evaluar el nivel del lenguaje cognitivo y desarrollo del lenguaje presente y con el segundo, se logra interpretar a otras personas; después se invita al niño para que arme algún disfraz y actué como ese personaje. Algunas veces podrán representar al padre, la madre, algún hermano o persona que esté cerca de ellos, en otras ocasiones, podrán escenificar situaciones ocurridas en su hogar.

Respecto al procedimiento a seguir con los adolescentes, se debe contar con juegos de mesa, como: yenga, checkers, damas, domino y barajas, entre otros; con estos juegos podremos observar cómo manejan la presión, la frustración y el hecho de perder en el juego. En algunas ocasiones se podrá observar también, cómo algunos podrán enojarse o sentirse molesto, es aquí cuando se debe explicar que no siempre se puede ganar, ya que perder es parte de la vida y hay que aceptarlo, toda esta situación se explica según el nivel que el niño o adolescente esté.

Para resolver la situación, no es recomendable contar con artefactos tecnológicos, como: nintendo,i pad ,wii, entre otros, porque se interrumpe la interacción con el terapeuta y en el caso de que no tengan el juego se enviarán señales equivocadas ,ya que éste podrá creer que cada vez que asiste a terapia es con el propósito de poder utilizar el artefacto por ese espacio de tiempo, pues esa no es la idea que se quiere establecer con el paciente, por lo contrario, debe ver las sesiones como un momento donde pueda relajarse y expresar sus ideas ,miedos y pensamientos.

En el caso de adultos, se puede contar con objetos como almohadones y una cobija, estos elementos podrán ser de gran ayuda a la hora de la terapia, porque se puede observar cómo el paciente hace uso de ellos.

La interacción lúdica entre el terapeuta y el niño es esencial para iniciar el proceso terapéutico.

Es esencial que el terapeuta sea capaz de jugar, dejando a un lado a ese adulto rígido. Si el analista no es capaz de estar al nivel del niño o adolescente, no podrá entrar a su mundo y mucho menos establecer un buen rapport, el cual será la base para los avances en el paciente. Si el profesional no logra jugar, no está capacitado para su cumplir con su tarea y no se observarán progresos en el proceso terapéutico.

Cuando el terapeuta proporciona buen encuadre, se podrá observar como el paciente en el caso de niños; éste jugará libremente con los elementos de la sala de juegos; en adolescentes, bajará sus defensas y adoptará una postura más relajada y en el caso de los adultos se recostarán en el diván .En algunos casos, éstos podrán tomar una pequeña siesta, todo esto según lo que el ambiente proporcione. Los miedos, angustias,

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