Delincuencia y corrupción: dos armas letales para la sociedad mexicana

Sociales

Anaya Roldan Tania

Grupo: 1557

Delincuencia y corrupción: dos armas letales para la sociedad mexicana

Introducción

Actualmente, la delincuencia y la corrupción en  nuestro país son uno de los problemas más graves que estamos enfrentando los mexicanos día con día. Este problema no es reciente, pues desde hace mucho tiempo han sido factores que conllevan a que se vea quebrantada la seguridad y la paz de la comunidad, así mismo ha dejado que este país caiga en un estado de autoritarismo por parte del sistema político, despojado el equilibrio armónico que se establece en la sociedad.

Actualmente los mexicanos nos hemos acostumbrado a hablar de corrupción, pues esta se ve en cualquier parte, desde el pequeño soborno o “mordida” que se le da a los  policías, hasta el pago que hacen las personas a un burócrata para acelerar algún proceso que suele ser largo o molesto, considerándolo como una solución práctica o simple. Esto demuestra que en México la corrupción se extiende por cualquier parte como en negocios, en la educación, en empleos y hasta en la iglesia. Pero esto no acaba aquí, la corrupción ha rebasado límites, ya que se ha extendido a áreas gubernamentales infringiendo leyes con el fin de beneficiar los  bolsillos de unos cuantos.

Por otra parte, la delincuencia que es algo cotidiano en nuestro país, es fiel reflejo del proceso y acontecer histórico de nuestro tiempo, debido a que esta va cambiando conforme se transforma la sociedad, pues quienes están dedicados a cometer estos actos ilícitos, emplean nuevas maneras para llevar a cabo sus propósitos negativos. En consecuencia,  la delincuencia se refuerza, se moderniza y se organiza para tener mejores resultados y por ende ha sabido aprovechar el acto de la corrupción, pues cuantas veces no nos hemos enterado de que la policía judicial, estatal y federal ha estado implicada en múltiples secuestros, asaltos, robos, tráfico de drogas y otras actividades criminales; así también en todos lados es conocido que organizaciones delictivas han proporcionado recursos económicos para hacer funcionar campañas de elección popular de algunos candidatos inclusive llegándose a hablar de jefes de estado y presidentes de la nación.

Por lo visto la delincuencia y la corrupción son dos fenómenos que van de la mano y que han tenido a la sociedad mexicana cohibida en el miedo, la inseguridad, la violencia, la desigualdad y en la resignación durante décadas, no solo por  parte de los delincuentes o malhechores, sino también por parte del gobierno y de la policía que supuestamente “ve por nuestro bienestar”, pero que ha permitido que la propia mafia se transforme en nuestro gobierno.

Esta problemática es algo que todos sabemos y que todos vivimos día a día, pero como pueblo oprimido lo callamos o simplemente lo vemos como algo normal. Por eso es importante hablar de este tema, de mostrar que este no es un problema reciente, que nosotros, lo mexicanos hemos vivido más de cien años agachados enriqueciendo a altos mandos no solo con dinero, sino también con miedo y sufrimiento, entregándoles nuestras vidas, nuestros derechos y nuestros valores.

Es importante abordar este tema desde el año de 1900 a la actualidad para dar a conocer algunos pequeños aspectos de cómo la delincuencia y la corrupción han tenido repercusiones en  la sociedad mexicana y preguntarnos ¿México es realmente un país justo, democrático y próspero?

Así mismo, para abordar mejor el tema es necesario mencionar ¿Qué es delito? y ¿Qué es corrupción?

Según el Diccionario Jurídico Mexicano, el delito “es una acción u omisión ilícita y culpable expresamente descrita por la ley bajo amenaza de una pena o sanción criminal”. Para nuestro derecho positivo, el delito “es el acto u omisión que sancionan las leyes penales”. Así mismo “El delito debe ser visto como una conducta que realiza un individuo sin importar su condición económica, posición cultural o diferencia sexual que altera el orden de la sociedad.”

Entretanto, la corrupción es el uso ilegitimo del poder público para el beneficio privado comprendiendo el uso ilegal y no ético de la actividad gubernamental, haciendo uso arbitrario del poder, por lo cual, como menciona Morris la corrupción es “una conducta política contraria a las normas políticas”.

Delincuencia y corrupción en evolución con la sociedad mexicana

Una vez terminada la revolución, la sociedad mexicana se encontraba dividida en ricos, burócratas y pobres: la “alta burguesía” la cual formada por extranjeros, mexicanos ricos herederos y aquellos enriquecidos por su propio esfuerzo; la “pequeña burguesía” y la “clase media”  que se les distinguía por el calificativo de “gente o personas decentes” pues eran personas aún “refinadas” entre la condición menos humilde, estas personas por lo general tenían ocupaciones en el sector de servicios públicos y en zonas urbanas y se caracterizaban por su burocracia y empleonía; el “proletariado industrial” la clase trabajadora en fábricas quienes no tenían las condiciones óptimas de trabajo y de subsistencia.

En relación con las clases rurales se incluían a los “pequeños propietarios” que eran indígenas que habían conservado sus tierras; el “mediero” que era el tipo más frecuente de pequeño cultivador y quien tenía una condición llena de privaciones y crisis económicas; y por ultimo al “peón”, quien se caracterizaba por su analfabetismo, la idolatría y el alcoholismo, además siempre se encontraba endeudado con la tienda de raya. (Revueltas, 2005).

Otra clase social más, es la del “lumpemproletariado” formada por el mundo miserable de las grandes ciudades, en la cuales habitaban los mendigos, papeleros, carteristas, ladrones, jugadores y asaltantes, entre otros.

En estas ciudades se vivía una gran incertidumbre, inseguridad, hambre y miseria, pues durante la Decena Trágica, la ciudad de México se encontraba sucia y pestilente, solo reinaba la oscuridad y el hambre; los saqueos, robos, violaciones y asesinatos se convirtieron en algo común de todos los días. Las balaceras los crímenes y los fusilamientos, eran noticia a cada momento. Los ricos se hicieron pobres y los pobres se hicieron difuntos, fue el tempo en que se tenía escasamente dinero, pero no había nada que comer.

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