Destruyendo la depresión con un ambiente de felicidad

Destruyendo la depresión con un ambiente de felicidad

A lo largo del tiempo se ha dejado la felicidad como punto a parte en el crecimiento de cada sujeto, ¿por qué?, quizás es el hecho de que no hay tiempo para esto, que hay ‘prioridades’ en las que se debe estar enfocados, por no decirlo de otra manera ‘hay cosas más importantes’; pero estos factores están trayendo diversas consecuencias, entre ellas el niño y la niña tendrán un encuentro de forma directa con la depresión; ¿es tan siquiera posible que niños y niñas de tan solo 6 o 7 años estén viendo el mundo con tristeza?, que se estén sintiendo vacíos e inconformes con sí mismos, ¿dónde queda su etapa del disfrute?, a su edad deberían ir experimentando y descubriendo el mundo que les rodea, sin embargo, a esto se le resta importancia ya que, ‘¿qué problemas podría tener un niño de esta edad?’.

¿Qué lleva a esto?, es la pregunta que todos cotidianamente se formulan, la depresión es un trastorno cerebral que generalmente sucede debido al contexto de cada sujeto, bien sea desde problemas familiares, problemas escolares, problemas laborales, perdida de algo o alguien o en muchos casos es falta de afectividad, por ende, el sujeto tiende a sentirse insuficiente en torno al mundo que lo rodea, no encuentra su propósito en la vida, no encuentra placer en su existencia y poco a poco estos pensamientos lo llevan a considerar el suicidio como única solución a sus sentires, que en el caso de los niños y las niñas muchas veces no saben cómo describirlo, debido a que hasta ahora están conociendo su entorno y conociéndose a sí mismos, no obstante, esto se puede abstraer debido a sus conductas corporales y a sus acciones demostrando su falta de interés con respecto hacía la vida en su totalidad.

La autoestima de cada sujeto se muestra en deterioro, auto-culpándose acerca de todas las problemáticas que le están rodeando y debido a su inseguridad acude a acciones auto-destructivas y en último caso, al suicidio, el cual, ha ido en aumento en los últimos años y después de esto ¿qué sigue?, los padres, los maestros, los amigos y amigas, se culpabilizan, se preguntan acerca de si el sujeto presento síntomas, si fue una crítica mal intencionada y una gran diversidad de cuestionamientos los cuales solo llevan a la culpa de este caso, a pesar de ello se sigue sin tener las suficiente prevenciones contra esto ya que esto es considerado como un tabú, aquello ‘imaginario’ y por otro lado es muchas veces una forma de “llamar la atención”.

Llamar la atención terminando con su vida, es absurdo tan siquiera pensar en este acto para el simple hecho de ser notado, podría ser verdad o quizás no, nunca se va a saber lo que sintió el sujeto al llevar a cabo este acto, ya que esto muchas veces es indescriptible y unos exámenes cerebrales no van a transmitir lo que en verdad sucedió y se encuentra lo significativo en todo esto, después de que el sujeto ya no se encuentra con vida y ¿dónde quedan aquellos síntomas que al parecer por nadie fueron notados?, ¿tendrá relevancia aquél suicidio para alguien además de sus familiares?, la respuesta es no, no tendrá relevancia, aquellos síntomas no serán notados en alguien más y se seguirá en el surgimiento de seres ignorantes donde esto no existe y es solo producto de la imaginación ya que esto no está bien concebido.

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