Detrás De La Pizarra

Ensayo:

Detrás de la pizarra

La cinta detrás de la pizarra, es un ejemplo claro de la existencia de los distintos tipos de niñez, que llegan a nuestros salones, ejemplifica la dura realidad de que no todos los niños tienen una misma infancia, algunos llegan muy estimulados, otros pertenecientes a familias estables, otros llenos de sentimientos de cariño y protección, pero otros se sienten solos, vienen de hogares con problemas de drogas y alcoholismo, niños de padres o madres que no saben leer y por lo tanto no les pueden ayudar en sus tareas, estudiantes que han sufrido violaciones, agresiones tanto físicas como psicológicas, niños y niñas con hambre que esperan con ansías la hora de ir al comedor, niños criados en altos niveles de negligencia, hogares carentes de cariño, encontramos también niños y niñas provenientes de una patria lejana que tienen que aprender nuevas costumbre y tradiciones ajenos a sus raíces, sumado a esta problemática topamos con distintos tipos de familias, padres a cargo de sus hijos o hijas, madres a cargo de sus hijos, abuelitas y abuelitos a cargo de sus nietos o nietas, niños y niñas abandonados.

En mi caso personal y no muy lejos de la temática de la cinta, este año estoy recibiendo un grupo de veintidós niños y niñas en primer grado, dos de ellos vienen del hogarcito de Santiago los cuales su madre está en la cárcel y muestran en su cuerpo heridas de agresiones físicas, tengo cinco niños de padres nicaragüenses que no saben leer, y un niño que ha sufrido violación por parte de su padrastro, además de niños y niñas provenientes de hogares con problemas de alcoholismo y drogas. Ver esta cinta me motivo a pensar que si es posible y que si se puede, lo cual me anima a buscar la mejor manera de envolverlos y hacer que se sientan muy felices y con muchos deseos de aprender, ofreciéndoles un cálido y agradable ambiente que sirva para motivarlos y estimularlos.

Saber que la cinta trata de un hecho real demuestra que con amor se puede lograr, a la vez concientiza de no tomar actitudes como la docente que estaba antes de llegar la protagonista, la cual no logró ningún cambio y abandonó el trabajo manifestando su negligencia, falta de ética, valores y humanismo, educar es muy difícil y desgastante, pero si aprendemos a ver en cada rostro de esos niños y niñas sus ansías por aprender, sus besos como demostraciones de agradecimiento, sus gestos, sus sonrisas al contar un cuento, al pintar, al crear los conocimientos realmente vale la pena hacer lo que hacemos y es nuestro deber dar y luchar por proporcionar lo mejor que podamos y hacer que estos niños y niñas se enamoren del estudio, vean en él un cambio de vida, esperanza, ilusión y futuro.

El enseñar y el aprender debe de ser llamativo, divertido, con sentido, adaptado a las necesidades y edades de nuestros alumnos y alumnas, está en nuestras manos

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