Disfasia, un trastorno en la adquisición del lenguaje
Enviado por Mohoena • 10 de Noviembre de 2011 • Monografía • 2.394 Palabras (10 Páginas) • 1.165 Visitas
Disfasia, un trastorno en la adquisición del lenguaje
Es uno de los trastornos del lenguaje más difíciles de diagnosticar y por ello de entender. Los niños que tienen este trastorno sufren, en ocasiones, la incomprensión de otros padres, de sus compañeros y profesores que tienden a etiquetarlos de lo que no son. Por ello es conveniente contar con la ayuda de expertos que informen y asesoren sobre este trastorno.
1. ¿Qué es la disfasia?
La disfasia es un trastorno en la adquisición del lenguaje que se manifiesta en una alteración en la expresión y comprensión del lenguaje.
Los niños disfásicos presentan déficit en el lenguaje, tanto a nivel comprensivo como expresivo.
Suelen utilizar gestos y mímica para poder expresarse.
2. Síntomas más frecuentes
Existen una serie de síntomas, que son los que aparecen con más frecuencia y que son los relacionados con la expresión y comprensión del lenguaje:
- Omisión de elementos gramaticales a al hora de organizar una frase.
- En ocasiones suelen manifestar pocas intenciones de comunicarse con los demás.
- Pobreza de vocabulario.
- Dificultad para utilizar los pronombres personales.
- No suelen utilizar preposiciones y conjunciones.
- Los verbos los suelen emplear en infinitivo.
- Dificultad en la adquisición de los morfemas como el género, número y morfemas verbales.
- Alteración de la comprensión, pudiendo parecer en ocasiones, sordos.
- Dificultad para recordar y repetir frases largas.
- Reaccionan muy bien a los apoyos no verbales y por ello la utilización de gestos les ayuda mucho.
- Repetición de palabras sin saber su significado.
Con frecuencia estos síntomas van acompañados de otros síntomas como:
- Alteraciones de estructuración espacial y temporal.
- Dificultades en las praxias orofaciales: movimientos que intervienen en la articulación de los fonemas.
- Alteraciones del ritmo.
- Dificultades psicomotoras: retraso en las destrezas motoras, lateralidad poco definida o adquisición tardía de la lateralidad.
- Déficit de atención e hiperactividad.
- Problemas de discriminación auditiva: tienden a confundir unos sonidos con otros o a no identificar determinados sonidos que sabemos son familiares para el niño.
- Alteraciones en la memoria auditiva: capacidad del niño para retener y reproducir una serie de números o palabras emitidas verbalmente.
3. ¿Por qué se produce este trastorno?
En muchos casos es difícil detectar cuáles podrían ser las causas. Sin embargo, en otros se sabe que puede estar relacionado con:
- Lesión cerebral o falta de oxígeno al nacer.
- Traumatismo craneoencefálico en el momento del parto.
- Enfermedades infecciosas como meningitis, encefalitis, etc. que afectan al sistema nervioso central.
Conviene aclarar que no es fácil saber si la disfasia se debe a algún tipo de lesión cerebral, no hay datos concluyentes al respecto. Por ello no podemos decir que estas sean causas del problema, pero sí podemos decir que influyen en el retraso de la maduración.
Hay otros factores que pueden agravar o desencadenar este problema como el mal ambiente familiar o los periodos largos de hospitalización.
4. Consecuencias
Consecuencias. Aislamiento social, dificultades académicas y trastornos psicológicos
Debido a la dificultad, tanto para expresarse como para comprender, se produce aislamiento social llevándole a tener dificultades para integrarse socialmente ya que al no hablar o no entender, tienden a aislarse. Esto puede llevar también a que se realicen diagnósticos erróneos como retraso en el desarrollo del lenguaje, sordera, autismo, etc.
Todas estas dificultades repercuten a nivel académico produciéndose, en muchos casos, fracaso en los aprendizajes escolares, sobre todo en el aprendizaje de la lectoescritura y aprendizajes básicos.
Como consecuencia de todo esto pueden llegar a sufrir trastornos psicológicos como alteraciones en las relaciones afectivas, problemas emocionales, rasgos de ansiedad, déficit de autoestima y en ocasiones manifiestan alteraciones del carácter.
5. Tratamientos más eficaces
La disfasia se puede ir superando poco a poco si se utilizan las estrategias y los métodos de intervención adecuados.
Conviene saber que cada niño es diferente y que el ritmo de aprendizaje de cada uno es distinto. Por ello es importante tener en cuenta la etapa evolutiva en la que se encuentra el niño/a y no marcarse objetivos para los que no están preparados.
A la hora de establecer unas metas y estrategias de intervención, es muy importante tener en cuenta la madurez neurológica y psicológica del niño.
En todo caso, conviene contar con la colaboración escolar y familiar. Es fundamental que los padres estén bien informados de lo que le ocurre a su hijo/a y hacerles participes del tratamiento.
En cuanto a las estrategias de intervención, conviene aclarar que son diferentes y todo depende de cada caso pero las más generales podemos decir que son las siguientes:
- Ejercicios de discriminación auditiva: se le enseña a distinguir sonidos distintos que son familiares para el niño. Esto se suele hacer a través de grabaciones y se le pide al niño que intente adivinar de que sonido se trata. Por ejemplo: sonidos de estímulos que están en el ambiente del niño (el viento, tormenta, los pájaros, las campanas, etc.), sonidos de instrumentos musicales, sonidos de animales, etc.
- Trabajar la memoria auditiva: Es frecuente que el niño aprenda palabras y que las olvide o distorsione después. Por ello es importante que el entrenamiento vaya dirigido al análisis y síntesis de la palabra. Es muy útil marcar el ritmo con golpes o palmadas al mismo tiempo que se está diciendo la palabra.
- Ejercicios para aumentar vocabulario: se suele empezar por conceptos y palabras que son conocidas para el niño y progresivamente aumentar el nivel de dificultad. Cuando el niño ya posea un número suficiente de palabras, pasamos a clasificarlas e incluirlas en categorías. De esta forma le damos funcionalidad al vocabulario que va aprendiendo.
- Ejercicios y praxias buco-faciales: El objetivo es conseguir una correcta pronunciación de los fonemas. Estos ejercicios consisten en ejercitar y trabajar todos los órganos que intervienen en la articulación de los fonemas (la boca, lengua, labios, respiración, etc.). Se les
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