Dos Influencias De La Psicología Humanista

Soeren Kierkegaard (1813 – 1855).

Se le considera el verdadero padre del existencialismo, fue contemporáneo de Karl Marx, ambos pusieron en cuestión de forma radical los fundamentos del orden social existente.

Kierkegaard reduce todo el mundo social a cada uno de los hombres y sitúa su esperanza en la relación del individuo consigo mismo: “cada uno debe trabajar para sí en lo referente a su propia salvación”.

Kierkegaard se ve rodeado por un mundo donde domina la “nivelación”, de este modo, hace en su obra un gran referente con respecto a su propia vida, la cual estuvo determinada por el destino de su padre, que una vez, de joven, en su desesperación por el hambre y el frío subió a un montículo y maldijo a Dios, a raíz de esto, su padre no pudo perdonarse esto y estuvo fuertemente convencido de que, a causa de ello, pesaba una maldición sobre el y su familia.

En su obra, Kierkegaard iguala la subjetividad, ligada al proceso con la verdad, pues la verdad no es objetiva, sino que depende de si aquel que la busca está afectado por ella y puede concebir el proceso de búsqueda como verdad: “hay que encontrar una verdad, que puede ser verdad para mi, encontrar la idea por la cual quiero vivir y morir. Extrae por tanto el concepto del hombre a partir de una especie de “experiencia personal”.

Según la teoría de la angustia de Kierkegaard, nos menciona que el miedo y la angustia son posibilitadotes del deseo de libertad, de este modo, la existencia humana se rige entre dos mecanismos, “elección y decisión”.

También este autor menciona que el trabajo es para el hombre un medio de liberación y de contacto con su propia naturaleza, debido a que en el trabajo, el hombre tiene contacto con su entorno, de alguna manera lo internaliza.

Martin Buber (1878 – 1965).

Fue un filosofo de la religión judía. Después de 1940, menciona que los hombres no deben de buscar ni un individualismo erróneo ni en el colectivismo.

En primer plano, coloca al individuo no como individual, sino como una dualidad como echo existencial.

Buber habla de dos actitudes fundamentales, la orientadora y la realizadora, la orientada dirigida hacia la seguridad y la realizadora que ofrece la posibilidad de traspasar las fronteras existentes.

Buber menciona que la dualidad es la esencia fundamental del mundo, todas las cosas llegan a una dualidad solo si el mismo ser humano se enfrenta con ambas polaridades y no intenta alejar las tensiones de las mismas. De forma análoga los dos mundos (de la orientación y de la realización), los dos mundos de la relación “yo – tú” y la correspondencia “yo – ello” se encuentran enfrentados y al mismo tiempo formando una unidad.

El yo en si no existe para Buber, sino que existe un yo, en relación al “tú”, esta relación del yo – tu es la que el autor propone como lo que produce un desarrollo

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