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EJES QUE SUBYACEN EN LA EVALUACIÓN PSICOLÓGICA


Enviado por   •  18 de Marzo de 2021  •  Ensayo  •  1.873 Palabras (8 Páginas)  •  118 Visitas

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EJES QUE SUBYACEN EN LA EVALUACIÓN PSICOLÓGICA

María Eugenia Villalobos[1]

Al menos tres ejes guían la evaluación clínico psicológica: la fundamentación conceptual, el reconocimiento de la subjetividad individual y el contexto, considerado este como el lugar en el cual se lleva a cabo la evaluación y donde la persona expresa su propia organización psicológica, constituida a partir de las significaciones establecidas a lo largo de su experiencia de vida. La organización se manifiesta en los modos relacionales, en la disposición postural, gestual y verbal. Nuestra perspectiva considera al sujeto en la singularidad de su constitución - su subjetividad -, por lo tanto no es la historia la que cobra fuerza para nosotros, sino cómo el sujeto mismo le da sentido.

El trabajo clínico es un ir y venir comprensivo de los modos como el sujeto se ha constituido. Desde esta postura buscamos en las expresiones, comportamientos o modos de agenciar la actividad, descubrir el sentido que juega en la vida de la persona las significaciones que otorga a la experiencia y el sentido del comportamiento en la totalidad de la organización. Cada abordaje tiene una razón de ser, hace parte de nuestros cuestionamientos, de las interpretaciones, de la observación y la escucha y se integra en la comprensión que se teje del sujeto en su totalidad. Por ello, en la práctica clínica la conceptualización implica una revisión constante, sobre nuestro sentir subjetivo y sobre la comprensión que se va teniendo del consultante, de allí que si bien hay una comprensión que beneficia la intervención, también hay una nueva comprensión que enriquece el marco conceptual.

El constructo teórico del cual se parte, no sólo debe propiciar la escucha y la mirada sobre lo que pasa en las elaboraciones del sujeto, sino que su fundamentación y apropiación deben permitir encontrar los elementos relevantes que se movilizan en sí mismo, ello favorecerá el plantearse interrogantes que dirigidos al consultante, podrán propiciar la actualización de las significaciones, que generadas en el espacio de consulta, conducirá a que el consultante establezca sus propias preguntas sobre sus conflictos y el lugar que se da a sí mismo en su universo relacional.

Para que las interacciones sean fructíferas y la comprensión pueda propiciarse, el clínico debe saber crear un sistema de relaciones en un espacio – tiempo instaurado para que en ese encuentro intersubjetivo se favorezca la emergencia de las significaciones. Esta forma de relación sólo podrá tener la virtud de constituirse en una experiencia de elaboración vivificadora y comprensiva de la subjetividad, si el clínico ha podido abordar en profundidad los constructos teóricos de quienes los fundamentaron, sin olvidar el sentido epistemológico con los que fueron articulados.

De igual forma, ello sólo es posible si el clínico reconoce su propia subjetividad pues, es este reconocimiento el que le permitirá la toma de distancia de los marcos teóricos para conquistar una conceptualización propia que le permita establecer una relación genuina con el consultante. Es él, en su singularidad, quien debe dirigir el proceso evaluativo, atento a conservar la especificidad del consultante y a dejarse guiar por el sentido que lleva la solicitud que éste realiza.

Eje conceptual

El constructo teórico es el instrumento que el profesional posee para interpretar la realidad, en el caso de los individuos para interpretar su conducta y reconocer la subjetividad. Sin embargo, durante el proceso de evaluación el psicólogo no aplica teorías, si bien su formación profesional pudo haber seguido los desarrollos de los grandes pensadores, quienes incursionaron en las profundidades psíquicas; el conocimiento de esos constructos es lo que permite tomar la distancia suficiente para constituirse en un profesional auténtico, con la autonomía para establecer la comprensión de la subjetividad de quien está con él en un proceso de evaluación. La comprensión de los modos como la persona establece la experiencia del encuentro, permite al psicólogo aproximarse a la comprensión del sentido de la conducta en la totalidad de la organización.

Sin una conceptualización propia sobre la constitución del sujeto y el objeto de la psicología[2] el profesional no podrá comprender la conducta como sentido totalizado, ni ofrecer relaciones vivificantes que permitan el movimiento dialéctico de la objetivación entre aquello que se observa y los procesos subjetivos que se producen en el encuentro.

Ese saber profundo sobre el desarrollo del sujeto psicológico, le permitirá comprender los sentidos que ha podido establecer un niño, joven, adulto, hombre o mujer en el recorrido de su vida, pesto que cada persona lleva en sí, el sello de las significaciones que le fue dando a las experiencias. Ese sentido de sí se expresa en sus silencios, en sus actos, en el contenido de sus verbalizaciones, en las formas de relacionarse. Sin esa comprensión, el psicólogo no podrá favorecer en el consultante las movilizaciones psicológicas que lo angustian, puesto que no sabrá cómo situar la comprensión del origen de estos y el sentido que se actualiza en los actos.

Así, el constructo teórico no sólo debe permitir la escucha y la mirada sobre lo que pasa en las elaboraciones del sujeto, sino que su fundamentación y apropiación debe haber permitido al psicólogo trascender el conocimiento de su propia subjetividad. Esto permite reconocer las movilizaciones que emergen en sí mismo, manteniendo presente que la realidad psíquica es particular a cada individuo, que nada es absoluto ni definido y que lo pertinente es encontrar los sentidos y significaciones que cada uno da a la experiencia.

El clínico debe reconocer el encuentro entre dos subjetividades, si bien en ese encuentro se manifiesta el consultante, también emergen sus propias movilizaciones y es sólo a partir de la comprensión profunda de los significados propios, lo que permitirá al psicólogo guiar el itinerario relacional que favorecerá tanto al consultante como a él mismo, trascendiendo las manifestaciones, los comportamientos, con interpretaciones que consideren la comprensión hecha sobre el sujeto basado en la totalidad de su conducta.

Eje de la centración en el sujeto

En general la psicología mantiene el énfasis en analizar la realidad externa como elemento que  afecta la constitución del sujeto; es necesario que como psicólogos que pretendemos reconocer la subjetividad, mantengamos claro que si bien hay que reconocer la realidad externa que afecta la transformación subjetiva e íntima del sujeto, es fundamental situar en él la responsabilidad de su constitución y de su condición de ser que vive la experiencia y la significa. El sujeto es agente de su propia construcción.

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