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EL YO DIVIDIDO. UN ESTUDIO SOBRE LA SALUD Y LA ENFERMEDAD, DE R. D. LAING


Enviado por   •  1 de Febrero de 2016  •  Documentos de Investigación  •  4.087 Palabras (17 Páginas)  •  763 Visitas

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EL YO DIVIDIDO. UN ESTUDIO SOBRE LA SALUD Y LA ENFERMEDAD, DE R. D. LAING

Este libro revisa de forma muy profunda a la esquizofrenia y expresa una postura muy humana sobre el trato y la apreciación de los pacientes esquizofrénicos, su contexto y su núcleo familiar. Plantea una forma de relacionarse con el paciente esquizofrénico mucho más profunda y humana.

Los temas que este libro toca principalmente son:

PRIMERA PARTE

  1. Fundamentos existenciales-fenomenológicos de una ciencia de las personas

La relación con el paciente en cuanto persona o en cuanto cosa. La persona a quien llamamos esquizoide se siente a la vez más expuesta, más vulnerable a los otros que nosotros mismos, y más aislada. El hombre normal aprende a mentirse a sí mismo para no ser de “vidrio” como los esquizofrénicos “Todo lo que puede ver, no soy yo”. Un esquizofrénico carece de toda esperanza.

El lenguaje al ser una representación simbólica de lo que nos define y define a los otros, es un factor trascendental para la comprensión de lo que definimos, y al definirlo, podemos dar cuenta que lo comprendemos. Al utilizar terminologías evasivas, lo único que logramos es retrasar una explicación al no enfrentarla directamente. Estoy consciente de que es una gran responsabilidad lidiar con tópicos tan difíciles como la psiquis de una manera directa por la crudeza de las declaraciones, pero creo firmemente que no existe otra alternativa más promisoria para acercarnos a una comprensión más integral de lo que somos y como llegamos a construirnos, tanto en el ámbito personal, como por medio de lo y los que nos rodean.

  1. Fundamentos fenomenológico-existenciales de la comprensión de la psicosis. Se entiende que un paciente es psicótico cuando se da una falta de congruencia, un choque entre él y yo.

· La interpretación como función de la relación con el paciente. El meollo de la experiencia de sí mismo que tiene el esquizofrénico debe seguir siendo incomprensible para nosotros. Mientras estemos cuerdos, y él loco, no podrá cambiar la relación. Pero la comprensión, en cuanto esfuerzo para captarlo y alcanzarlo en su significado, mientras permanecemos en nuestro propio mundo y lo juzgamos por nuestras propias categorías que, inevitablemente, no valen para él, no es lo que el esquizofrénico desea o necesita. Debemos reconocer, incesantemente, su carácter distintivo, su diferencia, su separación, su soledad y su desesperación.

En lo que respecta a la actitud esquizoide, veremos como el individuo se encuentra dividido entre el yo y su mundo, partiendo del concepto de que el mundo no podría existir sin el sujeto que lo define, ya que lo que definimos para nosotros es, en relación al hecho de que el estudio de ubicarnos en el mundo se mira desde nuestra perspectiva propia y se retroalimenta con la información que recibimos como eco de otros. Esto se hace por medio del principio de la intencionalidad que nos ilustra lo que se está buscando a la hora de evaluar a los individuos.

  1. Inseguridad ontológica

No estar seguro de lo que es la realidad, los otros, el mundo, uno mismo. Existencia parcial.

Podemosentender la conducta psicótica, como señales de una enfermedad, y verla como expresión de su existencia ya que esta interpretación es una inferencia de la forma en la que el otro está sintiendo y actuando. Al relacionarse con el paciente, es de suma importancia señalar y diferenciar las entidades que lo hacen ser una persona y las cosas con las que se involucra esta persona, ya que siempre existe una identificación por parte del paciente para con el terapeuta y se necesita crear un ambiente apto, en el cual el paciente se pueda identificar con el otro (en este caso el terapeuta) y se sienta cómodo para comenzar a comprenderse así mismo, es decir, afecta a la relación el no distinguir entre persona o cosa.
Para entender esta perspectiva por parte de la persona que observa a alguien como persona y cosas alrededor es necesario comprender que cada quien sea quien sea, sabe de su propia existencia de manera temporal y dinámica, por lo que, reconoce a los otros como entes reales y vivos. Se requiere un firme sentido de la propia identidad para poderse 
relacionar con otros individuos, de esta manera la relación pende de un hilo, ya que se amenaza la identidad propia en cada choque social, y produce un miedo a ser tragado, esto se define incluso en cosas tan delicadas como ser entendido, amado o hasta quizás visto. Las personas que temen ser tragadas eligen el aislamiento.

1. Ser tragado a todas y cada una de las relaciones amenaza con la pérdida de identidad al individuo.

2. Implosión. Choque de la realidad. El individuo siente que está vacío, pero este vacío es él. Cualquier contacto con la realidad amenaza con tragarlo, es una amenaza a la identidad.

 3. Petrificación y despersonalización. Terror (parálisis). La despersonalización es una técnica universalmente empleada como medio de tratar con el otro cuando se vulva demasiado cargante o perturbador. Uno ya no se permite a sí mismo responder a su sentimiento, quizás se disponga a considerarlo y a tratarlo como si no tuviese sentimientos.

Este miedo es a algo que se llama, despersonalización, o sea, todas aquellas actitudes que nos aterrorizan y nos impelen a tratar a otros como un ello, carente de sentimientos o subjetividad. Sin autonomía, reduciéndolo a una cosa inerte, sin vida, en este sentido, el tratar al otro como un ello, se abre la posibilidad de percibirse a sí mismo como alguien drenado de subjetividad, tan es así que también se encuentra una alternativa al tragarse a sí mismo para evitar ser tragado, y convertirse por si solo en piedra para no ser convertido en piedra por alguien más. Otra vertiente es querer tragar, aplastar o nulificar la autonomía del otro para poder estar en una zona segura, sin embargo, al agredir primero, se hacen blanco de agresiones futuras en lugar de pasar desapercibidos como esperan, y la seguridad que buscan se hace más complicada.
Se da uno cuenta que es una persona aislada, ya que por feliz o triste que me encuentre, existo solo, ya que no puede nadie sentir como yo o solucionar mis problemas, ni yo solucionar las del otro, sencillamente porque él no es yo ni yo soy el. 

SEGUNDA PARTE

  1. El yo encarnado y no-encarnado.

Esta división es un intento para enfrentarse a la inseguridad básica o de incluso trascenderla.

Sin embargo hay fenómenos comunes que fomentan la despersonalización, como puede ser el hecho de que en la propia familia se compare con palabras como “eres tan intolerante como tu padre” o “eso lo heredó de ti”, esta comparación que al final resulta ser una invitación llega al grado de acorralar a la persona y tomar actitudes que tal vez no le agraden o incluso sean extrañas para ella.

Yo encarnado

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