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EVALUACIÓN DE PROGRAMAS E INSTITUCIONES DE EDUCACIÓN SOCIAL


Enviado por   •  27 de Agosto de 2020  •  Trabajo  •  5.638 Palabras (23 Páginas)  •  100 Visitas

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GRADO - EDUCACIÓN SOCIAL

Asignatura: EVALUACIÓN DE PROGRAMAS E INSTITUCIONES DE EDUCACIÓN SOCIAL, código 63014173

PRUEBA DE EVALUACIÓN CONTINUA - 2019/2020

  1. Responda con claridad y precisión a las siguientes cuestiones:
  1. Exponga de forma breve las técnicas de naturaleza cualitativa que se puedan utilizar en el campo de la investigación educativa.

Las técnicas de naturaleza cualitativa surgen como crítica a los modelos clásicos de evaluación que hacen hincapié en los resultados obtenidos. Este enfoque cualitativo pone mayor énfasis en la participación e implicación de los sujetos y resalta la importancia de la evolución del proceso, lo que nos permitirá aportar modificaciones en el desarrollo de la intervención educativa.

Entre las técnicas más utilizadas en este ámbito encontramos:

  • Entrevista abierta no estructurada: Se basa en la relación personal entre el entrevistador y entrevistado, permite la recogida directa de información y captar el mensaje del entrevistado sin ningún filtro previo. Las preguntas suelen ser abiertas, permitiendo mayor libertad y expresión más libre. Según su campo y nivel de directividad, se distinguen tres tipos de entrevistas: focalizada, clínica y no dirigida.
  • Grupos de discusión: Tipo de conversación en grupo, guiada por un moderador, planeada y diseñada para obtener información de un campo concreto de interés, en un ambiente no directivo. Permite establecer acuerdos entre los implicados sobre los efectos provocados por dicha intervención.
  • Observación participante: Se contempla la realidad participando en ella de forma directa, permitiéndole conocer la vida del grupo desde dentro, pero sin intervenir en su desarrollo. La participación puede ser de dos tipos:

- Natural: si se pertenece al grupo.

- Artificial: si sólo se integra en él para llevar a cabo la investigación.

  • Técnica Delphi: Busca respuestas consensuadas de un grupo de expertos a una serie de cuestiones. Se utiliza para determinar el alcance y pertinencia del problema que origina la intervención, ocupándose de las necesidades de los colectivos y los objetivos a alcanzar. Agentes implicados:

- Equipo de trabajo: directivos y técnicos.

- Informantes clave.

  1. Evaluación y mejora.

La mejora es un anhelo del ser humano y, para ello, es necesaria la acción sistemática y perfectiva de la educación, la cual se concreta en acciones que, debido a su gran complejidad, necesitan de la evaluación como una actividad técnica con una doble perspectiva: ayudar al logro de objetivos y mejorar técnicamente los programas para que sean más eficaces, eficientes y satisfactorios, edición tras edición.

La evaluación contribuye enormemente a la mejora, cosa que se explica por dos razones, una de carácter actitudinal y otra, técnico:

- Actitudinal, ya que para mejorar, es necesario asumir cualquier realidad, por buena que sea, siempre puede mejorarse. Una actitud evaluadora permite valorar las realidades de forma realista y conlleva una predisposición de las personas a implicarse en todas las acciones de mejoras.

- Información aportada por la evaluación debe ser adecuada y suficiente para poder tomar decisiones eficaces y efectivas sobre una realidad. Para ello, la evaluación debe proporcionar información que atienda a todos los componentes del programa: las carencias y necesidades que pretende dar respuesta, los resultados alcanzados por cada objetivo, el diseño del programa y su ejecución y cada uno de sus elementos técnicos (técnicas, instrumentos, …).

La evaluación se convierte así en un medio excelente para la mejora de programas y de su eficacia final.

  1. Información y datos en el marco de la evaluación.

Para que una evaluación sea de calidad, debe existir armonía y coherencia entre los objetivos del programa y el sistema de evaluación. Para valorar la calidad de los objetivos, podemos recurrir a dos fuentes para la recogida de información:

- Expertos del ámbito específico del programa, que valoren si los objetivos son de calidad (importancia y relevancia) y su formulación adecuada.

- Destinatarios del programa, directos o indirectos, cuya mayor o menor implicación dependerá de los interesante y útil que les resulte el programa.

Los objetivos de los programas educativos suelen caracterizarse por su diversidad y complejidad. Los programas educativos giran en torno a la persona (individual y social) y por ello, deben tener unos objetivos muy concretos y específicos que tengan en cuenta la interrelación de las dimensiones intelectuales, afectivas, éticas y sociales de las personas.

Por ello, el evaluador debe utilizar diversidad de técnicas e instrumentos para evaluarlos, que sean adecuados y suficientes para ofrecer la información que se necesita. Es imprescindible la armonía y coherencia entre los objetivos y la información que se recoge para ser evaluada.

Para pasar de los objetivos a la información y que ésta sea de calidad, es decir, fiable, válida y valiosa, deben definirse de forma clara y concisa las manifestaciones que se tomen para valorar el logro de los objetivos y procurar que la información sea lo más matizada y específica posible para facilitar la posterior toma de decisiones.

La información es el fundamento de una buena evaluación, por ello, es necesario planificar su recogida, en uno o varios momentos dependiendo de las características de la evaluación. Para obtener una información de calidad, es necesario establecer aspectos como quién la recogerá, cuándo, con qué técnicas e instrumentos, cómo se registrará la información y qué tipo de análisis se llevará a cabo.

  1. Conceptos generales sobre los estándares.

Los estándares son reglas del “buen hacer”, es decir, principios que orientan a las personas evaluadoras a la hora de llevar a cabo una evaluación de programas.

Los estándares de calidad a los que atender a la hora de encargar, diseñar, dirigir, llevar a cabo y valorar las evaluaciones, se concretan en cuatro grandes categorías y a su vez en una serie de normas a las que debe atender la persona o equipo evaluador:

  • Estándares de utilidad: normas para asegurar que la evaluación ofrezca información necesaria y adecuada para cada parte implicada, interesada o afectada, ayudando a identificar qué está bien o mal, qué es lo más importante y las formas de abordar mejoras.
  • Estándares de viabilidad: normas para promover una evaluación realista, prudente, diplomática y moderada.
  • Estándares de honradez: normas para asegurar que la evaluación se lleve a cabo según normas legales y principios éticos, respetando al máximo el bienestar de los implicados e interesados en la evaluación.
  • Estándares de precisión: normas técnicas para asegurar que la evaluación ofrezca información de calidad sobre la realidad estudiada, para que sea posible determinar el valor y mérito del programa.

  1. Calidad de la evaluación de las necesidades.

La evaluación de necesidades, al igual que la evaluación de programas, es una tarea compleja y no pueden realizarse valoraciones y juicios de forma espontánea. Por ello, es conveniente establecer algún tipo de estándares y criterios, claramente definidos y establecidos de antemano, que orienten a las personas evaluadoras al llevar a cabo dicha tarea.

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