El Comportamiento Sexual De Los Ratones
Enviado por refeler • 12 de Enero de 2015 • 551 Palabras (3 Páginas) • 271 Visitas
MADRID.- El control del comportamiento sexual de cada sexo no está en el cerebro, como se creía hasta ahora, sino que es una cuestión de narices: depende de cómo se reciben en el órgano olfativo las feromonas, esas sustancias químicas producidas por las glándulas sexuales de algunos animales para atraer a una posible pareja. Al menos, así ocurre en las hembras de los ratones, según han podido comprobar científicos de la Universidad de Harvard (Estados Unidos).
Biólogos moleculares del conocido Instituto Médico Howard Huges de Harvard han revelado que un órgano sensorial de la nariz llamado vomeronasal (OVN), que es encargado de detectar las feromonas ajenas en numerosos vertebrados terrestres, está detrás de la actitud femenina o de la masculina. Al parecer, en las hembras este OVN no está activo y por ello no actúan como los machos en sus apareamientos. Es decir, que el comportamiento sexual no es sólo una cuestión hormonal.
Para llegar a esta conclusión, los científicos, bajo la batuta de la bióloga Catherine Dulac, convirtieron en auténticos machos a las hembras de unos roedores mutantes de laboratorio, a los que se les había desactivado el gen que controla la actividad del OVN.
Estas hembras, en contra del comportamiento habitual entre sus congéneres, al llega a su edad adulta salían detrás de sus compañeros de jaula, cumplían el ritual del cortejo, realizaban continuos intentos de monta levantando los cuartos traseros de los machos con sus hocicos e incluso hacían movimientos copulatorios pélvicos típicos del sexo contrario. Respecto a sus preferencias, andaban detrás indistintamente de roedores de ambos géneros.
Además, los investigadores comprobaron que las hembras con el órgano vomeronasal manipulado reducían todas sus conductas femeninas, incluso las de hacer los nidos y cuidar las crías después del nacimiento. Si una normal dedica el 80% de su tiempo a esta tarea, las mutantes no lo hicieron durante más de dos días; es más, se mostraron dóciles a las insinuaciones de los machos aún en período de lactancia, algo insólito entre las no manipuladas. "Nadie se había imaginado que una mutación tan simple como ésta podría inducir a las hembras a comportarse como varones", ha declarado Dulac.
Para ratificar estos resultados y descartar que el órgano vomeromasal hubiera creado, durante el desarrollo, unos circuitos nerviosos concretos para las hembras, hicieron una segunda prueba: suprimieron, mediante cirugía, el OVN de los tabiques nasales de un grupo de adultas normales. Y todas ellas, como ya hicieran las mutantes, comenzaron a comportarse como machos, sin que sus niveles de testosterona o estrógenos hubieran variado.
Masculinidad reprimida
Duloc y sus colegas, que publican estos resultados en la revista digital de Nature, recuerdan que hasta ahora se pensaba que eran
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