El Extranjero. De Albert Camus. "Preparandome Para Morir"
Enviado por ErickDarinel • 19 de Octubre de 2014 • 1.398 Palabras (6 Páginas) • 376 Visitas
Sin duda alguna todos en algún momento de nuestra vida vamos a morir, ese es nuestro destino, ya se leyó en el libro El extranjero de Albert Camus, en su editorial emecé, Cuarta reimpresión febrero de 2014, la narración de la lectura comienza con la muerte de una madre y termina con la sentencia a muerte de Meursault. Si bien es cierto cada vez estamos más cerca de la oportuna espera de la muerte, pero la gente se rehúsa hablar del tema como si de tal manera así pudiera evitar esta realidad, aquí presento algunas interrogantes que seguramente podamos nos ayudara a prepararnos a la llegada de lo que llamamos muerte: ¿Dejamos de existir al morir? ¿La muerte de otras personas ha cambiado mi manera de ver mi muerte? ¿Por qué debo prepararme para morir? Sin duda alguna estas preguntas son la puerta que abrirá la mente de muchos que aun sabiendo que vamos a morir no acudimos a prepararnos, la lectura de el extranjero nos invitara a ver la muerte desde un punto diferente.
Por eso hablar de la muerte nos enlaza a un mundo desconocido; por eso debemos dejar claro que el concepto muerte suele llamar la atención de muchos, por que el ser humano busca hallar respuestas a lo que le es desconocido y por eso en un libro de una organización religiosa al hablar de la muerte explica que: “Las religiones del mundo ofrecen distintas respuestas. Algunas enseñan que los buenos van al cielo, y los malos a un lugar de tormento. Otras dicen que pasamos al reino de los espíritus para estar con nuestros antepasados. Y hay religiones que afirman que entramos en el mundo de los muertos para ser juzgados y después nos reencarnamos, es decir, volvemos a nacer en otro cuerpo.” (p 57) todas las personas busca la respuesta a muchas preguntas y varios afirman tener la verdad, pero en si los pensamientos no dejan de ser ideas con cierto acercamiento a lo que el hombre busca.
Pero el punto esencial de esta lectura no es saber quién tiene la razón, pero si conocer que existen varios puntos de vista.
Ahora bien si pensáramos por un momento que algún día vamos a morir y este recuerdo no lo dejamos pasar ningún instante estoy seguro que aprenderíamos a vivir nuestro día a día. Aunado a lo que digan las religiones o la filosofía y simplemente pensáramos que somos seres transitorios y tarde o temprano moriremos talvez solo así, nos apresuraríamos hacer mejores ciudadanos y agradecidos con nuestro entorno.
Por ello como preámbulo planteamos la primera pregunta que nos adentra a lo que queremos saber y prepararnos ante la muerte, pero: ¿Dejamos de existir al morir? La muerte es contrario de la vida, de modo que los muertos no ven ni oyen ni piensan. Ni una sola parte de nosotros sigue viviendo cuando muere el cuerpo. Nuestra vida es como la llama de una vela. Cuando se apaga, no va a ningún sitio, sino que sencillamente deja de existir y hasta aquí termina nuestra historia.
Pero menciona Bhaktivedanta en su libro referente a la muerte: “Cada uno de nosotros está abandonando su cuerpo gradualmente. La última fase del abandono de este cuerpo se denomina muerte. […] ¿Qué le ocurre a esa persona? Mame ti: regresa a Krishna. Si uno ha de ir a Krishna, entonces tiene que preparar su cuerpo espiritual” (pp. 38) entonces ¿Dejamos de existir al morir? si alguien pudiera respondernos con certeza muchos nos preocuparíamos menos de lo que estamos, pero como todos plantean hipótesis o soluciones inmediatas, digamos entonces que la muerte solo es el término de nuestra misión en la tierra. Krishna que es un testigo que se encuentra en cada uno de nosotros, según la creencia occidental dice que nos debemos preparar para regresar a él. Entonces si todos vamos a morir y sin tener la seguridad a donde vamos, porque no nos ocupamos por vivir.
Si hemos de morir como dice la lectura cuando hace énfasis: “Y bien, tendré que morir” (p 148) no podemos dejar de existir, tenemos que trascender es aquí cuando vemos la importancia de prepararse, para transcender, es claro que Meursault no le interesaba transcender, pues si
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