El Niño Que Mas Te Necesita

“EL NIÑO QUE MÁS TE NECESITA”

En una escuela, donde lo esencial es procurar satisfacer las necesidades de los niños, no deberían existir los niños problema; sin embargo existen.

El niño que para nosotros se perfila como problema no es el que saca bajas calificaciones, porque no calificamos; ni el que no hace la tarea, ni el que reprueba el examen, porque no hacemos exámenes. Para nosotros, el niño problema es aquel que empuja, pellizca, muerde, pega, arrebata, esconde, roba, insulta, etc.… y al final termina llorando, y peor si acaso ni siquiera puede llorar.

En algunos casos es difícil aceptar que algunos niños manejan tan altos niveles de agresión. Son niños, éstos que sufren mucho, sufren mucho más de lo que hacen sufrir a los otros y nosotros sufrimos con ellos al parejo.

No se trata de acusar al niños para que sus padres lo castiguen, sino, de tomar la defensa del niño y proponer nuevas formas en la relación familiar. Por lo general los conflictos surgen de la repetición de arquetipos educativos que irreflexivamente se heredan por generaciones y que son evidentemente caducos. Los niños son seriamente dañados con abandonos, humillaciones, golpes etc.

Los niños de tranquilizan notablemente cuando las condiciones que los enfadan se aminoran o desaparecen. Es difícil aceptar, si se piensa cómo es una relación entre adultos que tano se lastimaron, se insultaron, sean en un par de años tan buenos amigos. Cuando hay cambios de conducta y la agresión cesa, la aceptación de los compañeros no se hace esperar. Que difícil es hacer entender a los padres que el rechazo no es una causa si no un efecto. Al cambio de conducta se elimina ese rechazo; entre niños esto se da con facilidad.

Durante el tiempo de transformación del comportamiento, hay que enfrentar la situación en la escuela. Si un niño con muchos problemas aprende a hablarlos, está en mejor camino que aquel no puede expresarse, que no suelta prenda, que todo se lo traga. Es difícil y se necesita una paciencia infinita, profundizar en los problemas de los niños, concientizar a los padres y esperar, en este estira y afloja los buenos resultados.

Preocuparse seriamente por el bienestar emocional de los niños, permitirles expresarse, alentarlos continuamente en el momento preciso, comunicarse con los padres y convencerlos de las necesidades y carencias que tienen sus hijos, alivia las tensiones y resuelve positivamente los problemas de los niños.

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