El Niño Y El Juego

El niño y el juego

A menudo se piensa que un niño pierde el tiempo jugando y que juega solo para entretenerse, pero en realidad los niños aprenden jugando.

En una comparación burda podemos observar a los diferentes cachorros de las especies animales y en todas ellas encontraremos que las crías realizan actividades que podrían aproximarse a juegos y que están dirigidas a realizar ensayos con habilidades que más adelante serán relevantes para lograr la supervivencia en su ecosistema.

Durante la infancia el juego representa el principal medio por el cual el niño experimenta y aprende todo lo que sucede en su medio ambiente, como si se tratara de un ensayo de habilidades, el juego se convierte en un espacio en el que el niño encuentra la posibilidad de expresar situaciones que podrían ser desagradables en su entorno, le permite expresar sus emociones y aliviar tensiones o bien disfrutar mucho más de aquellas circunstancias que le causan alegría, diversión y que le proporcionan placer, produciendo en cierta forma un equilibrio entre el individuo y su entorno.

El juego le brinda al niño la posibilidad de lograr un desarrollo integral en el ámbito psíquico, físico, cognitivo y social.

Al jugar, el niño aprende y estimula sus capacidades de pensamiento, entre ellos, la atención, memoria y el raciocinio. El juego permite que el niño haga uso de su creatividad, desarrolle su imaginación y posibilita el aprendizaje significativo puesto que la actividad lúdica capta el interés y la atención del niño.

Es difícil precisar en qué momento empieza a jugar un niño, se trata de una actividad que aparece paulatinamente en su desarrollo. Desde pequeño, el niño comienza a utilizar el juego como principal herramienta para conocer el medio ambiente que le rodea a través de sus sentidos y actuando sobre él, explorando su entorno y estableciendo relaciones con el mundo externo, por este medio el niño aprende a convivir con las personas.

En sus primeros años el aprendizaje del niño depende casi por entero de experiencias sensoriales, en lo que podría ubicarse como los ensayos de un juego con actividades motoras o movimientos corporales que le permiten explorar el mundo que le rodea mediante sus reflejos innatos.

Los movimientos repetitivos mediante los cuales un bebe pretende dominar una técnica (por ejemplo tomar y soltar un objeto) a partir de una práctica, le permiten lograr movimientos más articulados y con un fin especifico reproduciendo reacciones en los objetos (por ejemplo al mover una sonaja).

Por medio de la experimentación estos juegos le brindaran la posibilidad de desarrollar movimientos orientados a un fin específico, al mismo tiempo que va desarrollando habilidades motrices y cognoscitivas.

También el juego se utiliza como un medio

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