El aborto, un daño irreversible para la mujer chilena

El aborto, un daño irreversible para la mujer chilena.

El aborto voluntario, es la interrupción del embarazo, de forma intencionada o provocada. En Chile, en el año 1931, con la creación del Código Sanitario, mediante el Decreto con Fuerza de Ley N° 226, se estableció que, por razones terapéuticas, se podía interrumpir un embarazo.  Sin embargo, a partir del año 1989, el aborto terapéutico en Chile volvió a ser absolutamente ilícito, sustituyendo el artículo que lo permitía, por el artículo N°119, donde se estableció que, no podía ejecutarse ninguna acción cuyo fin fuese provocar un aborto.  Actualmente en Chile el aborto está permitido solo bajo tres causales, para salvar la vida de la madre, inviabilidad fetal o por violación.

El aborto siempre deja secuelas psicológicas en las mujeres que lo practican.

El aborto causa un cuadro depresivo permanente en la mujer que lo practica. Posteriormente aparecen sentimientos de culpabilidad irreversibles en ella. Según Gómez (2015) “Quien ha hecho o presenciado un aborto se queda para siempre con la impresión imborrable de que ha eliminado una vida humana” (pág. 29). Esto indica que el llevar a cabo este acto, acarrea una serie de efectos secundarios que sin duda marcarán de forma negativa la vida de la madre. Sin embargo, la práctica del aborto lleva inserta décadas en el espacio privado de las mujeres, no siendo un hecho reciente sino más bien un hecho que ocurre desde hace ya bastante tiempo. Aun así, las secuelas posteriores a este hecho, como el recuerdo, la culpa y el luto, han sido innegables al correr de los años.

El aborto voluntario aumenta el riesgo de dependencia de algún tipo de droga o alcohol. Las mujeres afrontan sus sentimientos negativos posterior a este suceso bebiendo más o consumiendo alguna droga. Según Fergusson (2006) “Destaca la asociación del aborto inducido con la dependencia de alguna droga ilegal, y también con dependencia de alcohol” (pág. 16). Esto significa que las mujeres que han practicado el aborto voluntario, buscan un escape para los sentimientos negativos que deja dicha acción. Sin embargo, hay quienes afirman que no existe un vínculo definitivo entre el aborto y el consumo de sustancias ilícitas. Aun así, es innegable que muchas de las mujeres que practican el aborto voluntario, no reciben apoyo psicológico, lo que sin duda las deja vulnerables, teniendo así más riesgos de caer en este tipo de consumo.

El aborto voluntario provoca deterioro en la sexualidad de la mujer, ya que interrelaciona sus sentimientos con frigidez sexual, esterilidad y distintas dificultades en la adaptación sexual. Según Ortega (2011)” Se ha detectado que aproximadamente un tercio de las mujeres estudiadas que han abortado de forma provocada sufre a corto plazo una inhibición y un deterioro en su deseo y placer sexual” (pág. 24). Esto significa que posterior al aborto, un porcentaje considerable de las mujeres que abortaron sufre graves alteraciones en sus relaciones y deseos sexuales, lo que sin duda no solo le afecta a ella directamente, sino también a sus relaciones interpersonales. Sin embargo, hay quienes afirman, que la sexualidad, por circunstancias, condiciones y otros factores se puede ver afectada tanto en mujeres que han abortado como en mujeres después de un parto. Aun así, con la re-experimentación que sufre la mayoría de las mujeres que abortan voluntariamente, las secuelas en el ámbito sexual son mucho más profundas y complejas.

...